Capítulo Dieciocho (+18)

675 30 0
                                    

Yo Mando, Tu Obedeces

*Maia*

Se suponía que esta sería una velada perfecta y diferente que la disfrutaría en un restaurante muy hermoso que se ubicaba cerca al mar, con velas que ponían un toque íntimo a la cita, una deliciosa comida y la agradable compañía de Sebastián que hacía su mejor intento por quitarse la imagen de dominante para ser el hombre detrás del personaje pues se cansó de ocultarse bajo una máscara invisible que se dedica a inducir a las mujeres en el bajo y peligroso mundo de la sumisión. Sin embargo, todo se arruinó por culpa de Xiomara que actuó como la espía silenciosa esperando mostrarnos una prueba que nos delataba y así lo hizo. ¿Cómo llegó a filmar el vídeo donde estuvimos teniendo relaciones en el penthouse de Sebastián y lo guardó a espaldas de todos? Ignoro su método, pero igual no le resultó porque le quitamos su celular y borramos su vídeo para que no me descubra y me saque en cara frente a toda la universidad que soy una chica que encuentra en el arte del BDSM, la vía más fácil para ganar la beca al final del año. Ahora todo está en mi contra, la bomba explotará en cualquier momento y si muestro mis sentimientos hacia Sebastián al mismo tiempo que revele mi secreto ante mi familia, todo lo que conseguí habrá sido en vano... No sé como saldré de esto, pero por mi mamá y mi hermano hasta por los viñedos que defiendo, soy capaz de enfrentar a mi padre para que no consuma su venganza.

"¿Maia? (Se acercó a mi) ¿Cielito, por qué traes esa carita de tristeza? ¿Algo te pasó en la universidad?", preguntó mi madre cuando me vio llegar a la casa con el rostro deprimido.

"¡Mamá! Soy una tonta, una pinche estúpida, no debí ir a la cita...", dije llorando y abracé a mi madre con fuerza.

"Déjame adivinar... ¿Sebastián te invitó a una cita? (asentí) ¿Le dijiste que estabas enamorada de él?", preguntó, pero eso no era el verdadero asunto que sucedió en el restaurante con Sebastián y por eso, le mentí a mamá.

"No... No le dije, me faltaron las ganas de hacerlo porque una compañera de la universidad con quien no me llevo bien, fue al restaurante y nos espió de cerca pues ella cree que tengo algo amoroso con Sebastián", dije, al menos eso era parte de lo que me pasó con Xiomara en la calle.

"¿Y qué hiciste? ¿Lo negaste todo ante la chica?", preguntó mi mamá.

"Sí, ya van dos veces que me pasa esto en un mismo día. Primero me fastidió en la universidad con Lorena y luego en el almuerzo con Sebastián que, para mi mala suerte, lo pospuse porque estaba cansada de que otros se metan en mi vida privada como si yo fuera la alumna más popular de la facultad", dije subiendo las escaleras con una taza de té que me preparé y cargando mi mochila, mientras mamá me seguía hasta mi habitación.

"¿Qué piensas hacer con la próxima cita con Sebastián que lo postergaste? ¿Lo cancelarás?", preguntó Águeda.

"No, al contrario. Él me invitó a su penthouse después de mis clases para que conozca a su tío y su prima que vuelven a Lima mañana tras pasar sus vacaciones fuera del país", dije alistando mis cosas para otra jornada laboral en la universidad.

"Ah, qué bueno, seguro será una compensación de la velada que no tuviste... ¿Y qué hay de esa chica que te vigilo a propósito?", preguntó mamá.

"¿Xiomara? (bebiendo un poco de té) Esa chica, como te dije, es muy antipática y grosera, y muy pronto tendrá lo que se merece, haré que se arrepienta por todo lo que me hace pasar... Espero que la universidad decida expulsarla por invasión a la privacidad y a la propiedad ajena, normas que tuvo la desdicha de violarlas en un solo día", dije esperando que el director de la facultad se encargue de darle un castigo ejemplar a Xiomara.

Maia: La Sumisa Joven | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora