Infierno [JONGKEY] ♥

2. "Primera cita"

Capítulo 02: Primera cita

Key ahora se sintió decepcionado. Sabía que no se encontraría con un ángel guapo y poderoso, pero tenía una pequeña esperanza... y al final se enfrentaba a alguien que ni siquiera reconocía a un humano cuando tenía uno frente a él.

—Espera... ¿Alguna vez has visto a un humano antes? —Preguntó, frunciendo el ceño una ceja mientras orbes dorados lo miraban.

— ¿De verdad es una pregunta? —El ángel solo respondió.

—Parecías tan sorprendido que puedo preguntármelo.

— ¿Ah sí? yo también me pregunto qué hace un humano aquí.

—Hay muchos humanos en el infierno, desde nuestro mástil...

—No, por "aquí" quise decir en esta celda.

El prisionero no se movía en absoluto, pero Key no se sentía lo suficientemente seguro como para abandonar la pared. Permaneciendo en la distancia, se aclaró la garganta y jugó con su collar negro. ¿Se le permitía hablar tanto con él? No sintió ninguna presión alrededor de su cuello y eso era una señal de que su amo no se preocupaba por él en ese instante, ni tampoco escuchaba espías como lo hacía a veces.

—Vine a limpiarte. —dijo de forma simple mientras agarraba el balde por el mango. —Maestro lo ordenó.

—Lo que es mejor que un humano para hacer el trabajo sucio, de hecho... —El ángel pareció suspirar, haciendo que el humano se congelara.

—Eres extraño, de verdad. De todos modos, ¿me dejarás hacer mi trabajo? ¿Te quedarás quieto y no intentarás matarme por segunda vez?

—No mato humanos, soy un ángel.

— ¡Bueno, no estabas tan seguro antes!

—No te preocupes, pensé que eras una Furia.

—Casi matado e insultado, así que esa es mi vida en el infierno. Suerte la mía.

Sin decir nada más, Key se acercó al prisionero sin ningún temor, como si lo empujara algún instinto, y colocó el cubo junto a él. Con movimientos cariñosos, cogió al ángel por las muñecas y lo ayudó a ponerse de pie ya que este último casi tropieza cuando se pone de pie, enverdeciendo sus dientes. El sirviente alzó las cejas, pero no dijo nada mientras comenzaba a quitarse el trapo sucio. Pero detuvo su movimiento y dejó gritar a un sorprendido mientras daba un paso atrás, la tela volvía a doblarse sobre los muslos del otro hombre.

— ¿Qué es eso? —Preguntó Key, señalando la entrepierna del ángel.

— ¿Por qué estas gritando? Ni siquiera te toqué. —Dijo el prisionero, levantando una ceja. —Estoy encadenado, solo es un pequeño recordatorio.

—No, quiero decir... ¿por qué tienes un... un pene?

El ángel lo miró con sorpresa e incomprensión. ¿En qué estaba pensando este humano? ¿Realmente creía que un ángel varón no tenía partes genitales?

— ¿Por qué pareces tan sorprendido? —Preguntó, su tono se mantuvo bajo y suave.

—P-Pero... ¡Los ángeles son asexuales! —Los ojos del sirviente estaban muy abiertos como si acabara de descubrir la mentira de su vida.

—Ah... pues, no es así. Pero no importa, me han dicho que los humanos piensan eso de nosotros, sin embargo no es gran cosa.

— ¿Y nunca pensaste que sería bueno enviarnos un cartel o algo así? ¡Enseñamos a los niños que los ángeles no tienen sexo!