Hace mucho tiempo he querido plasmar mis ideas en letras, ya que todos nacemos con un patrón en específico. Nada sale de la nada y todo tiene un porque, lo mas grande, lo más pequeño tiene una característica y una función. El mundo está lleno de gente hipócrita, amigos falsos y personas vacías.
Somos seres vulnerables, seres adictos al miedo del conocimiento y más allá de lo que tenemos en el presente, hay una vida que nos imaginamos y que todavía no cumplimos.
No fijamos la vista en lo que no es palpable y estamos hechos para pensar a que lo material que no podemos tener lo vamos dejando de lado. Hemos destruido la capacidad de expandir conocimientos de la realidad que nos rodea y sin querer somos eso que llaman el final de los tiempos.
Cada persona tiene una expresión distinta. Todo lo que anatómicamente llevamos dentro es igual, mas todo lo que llevamos en el corazón es muy diferente, es variable.
El peso del error humano es que la racionalización ha creado que llevemos límites a lo no común y solo guiarse por lo básico del conocimiento promedio que suponemos que todo ser debe tener.
Cada argumento conlleva a bases teóricas explícitas de un porqué, cuando y un donde se realizaron los hechos.
La mayoría de las personas aprenden a guiarse por un instinto más allá de lo que ellos pueden pensar, solo se fijan en que lo que ellos piensan es lo correcto y que los demás son el estorbo incorrecto que les molesta en sus vidas.
Somos personas tanto negativas como positivas, somos energía, podemos cargar tanto peso en nuestros hombros sin darnos cuenta, somos tercos, insaciables, pesimistas, egoístas, orgullosos de las adquisiciones que nos otorga la vida, pero sobre todo, somos un enorme embace lleno de secretos y palabras no dichas.
La imitación de una persona a otra ha estado presente desde el origen, nos adaptamos conforme el espacio dinámico en donde nos encontremos y analizamos un mecanismo de vida igual o similar al de cualquier individuo catalogado en nuestra mente, como un patrón a seguir por moda o costumbrismo. Nos adaptamos a que si nos lastiman también debemos lastimar, si nos mienten también hemos de mentir, si nos traicionan, iremos por la vida traicionando de igual o de peor manera.
Se nos enseña que es lo correcto y que es lo malo, como un balance que nos ilustran como ciclo donde la luz y la oscuridad comienza a tener vida propia embriagada de significado, pero ¿Cómo sabemos que es bueno y que es malo? ¿Cómo podemos saber que somos buenas o malas personas?
Es normal tener buenos o malos pensamientos, desde los más cotidianos hasta los no comunes, esos que solo son escuchados por nosotros mismos. Desde niños se nos ha enseñado a etiquetar cada cosa existente y dime ¿En que categoría anexarías a tus pensamientos?
El incremento de un pensamiento en un acto común, es codificado por una acción que se planea en segundos, en cambio la de un acto que no ha llevado a cabo un pensamiento, lleva como consecuencia la ruina de un error.
Estamos hechos de errores, somos una muestra que dio pruebas positivas pero que con el paso del tiempo se ha movido y evolucionando por su propio medio. Quizás no sabemos educarnos para la vida, no sabemos amar, ni perdonar, ni seguir adelante, nos cuesta pensar, nos cuenta ser diferentes, queremos mucho sin apreciar lo poco, queremos destruirnos unos con otros sin saber que juntos somos el pegamento que mantiene con vida el suelo que pisamos.
De aquí a otra página lo que quedan son palabras que jamás pude decir, tenemos miles de maneras de pensar, pero el corazón necesita que le digan lo que callamos en la mente.
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Lo que callamos en la mente© EDITANDO
PoetryLo que callamos en la mente trata de diferentes puntos de vista sobre temas que a veces son difíciles de sobrellevar en la vida. Te contare mis pensamientos y mi opinión sobre esos pequeños detalles ignorados que quizás para ti tenga la misma impor...