El

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Existió alguien que pudo destruir y construir a un nuevo ser, que ahora vive, sabe y comprende que dentro de ella no hay mas dolor por que el sano sus heridas con su corazón roto.

El tan oscuro como el color de sus ojos, tan perfectamente imperfecto, cautivo su corazón llevándose todo rastro de dolor y agonía que nacía en ella como un precioso campo en días de primavera.

La peor decisión fue fingir amistad mientras por dentro morían de amor.

No hubo errores, solo decisiones...

Y aun el piensa en ella, como ella piensa en el.

El destino jugo en su contra, mientras ellos jugaban a no quererse.

El problema, es que quisieron decir adiós pero ninguno de los dos se atreve a olvidarse.

Cada noche llora y siente su rostro y su respiración acercarse a ella rozando sus labios, susurrando un " lo siento tanto" y es reconfortante como el vago reflejo de su imaginación calma el pensamiento de pensarlo y no poder tenerlo de vuelta.

El corazón frágil sufre de agonía por cada lágrima que su alma grita con desesperación por su partida, por aquel beso que se dieron con la mirada y no entendieron, por aquellos días que dejaron de hablarse por una absurda pelea, por aquel te quiero que jamas le dijo, pero sobre todo por jamas haber disfrutado el tiempo junto a el.

Se hicieron daño con tanto amor que su piel arde con tan solo recordarlo.

Y se repite cada día en su mente...¿Que haré sin el?

Fueron dos aves volando hacia el desastre, y la destrucción y la agonía formaron parte de un placer que mantuvo a sus corazones latiendo como uno solo.

No importa cuanto mas lo lamenten, el no volverá así se lo ruegue, y ella decidió ya no desearlo más.

Por eso nadie sabe lo que tiene hasta que otro se lo arrebata.

Y entonces entendió que de nada sirve no expresar lo que sientes si al final debes expresar lo que sientes al estar muriendo de amor y que vale mas fracasar en el intento, que morir en el intento de recuperarlo.

Porque el se fue de su vida sabiendo que debía encontrar todo lo que el perdió al sanar a un corazón con una fuga de desconfianza por culpa de atenerse a no ser lastimada.

Así la vida sigue.

No se detiene.

No te espera.

Te ilusiona.

El se canso de esperar.

Ella se canso de llorar por su adiós.

Después de el, ella no volvió a ser igual.

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Eileen Escorcha.

Lo que callamos en la mente© EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora