Ahora solo tú lo sabes

23 1 0
                                    

Para ambos la espera había sido eterna, más para Dharius que para Rowena, pues el ansiaba aún más estar cerca de aquella joven que había despertado en el una forma diferente de ver las cosas, habian pasado días desde aquel encuentro y cada vez se convencía más que sería la mujer de su vida.

Aquella mañana Dharius partió rumbo a la gruta donde por fin la vería, se había puesto su mejor ropa, había lustrado sus botas y escondido su varita entre sus ropas, estaba dispuesto a impresionar a Rowena y cortejarla si ella lo quería para solicitar a su padre le otorgará el permiso, pero antes debía conocerla.

Por su parte Rowena paseaba de un lugar a otro frente al ventanal de su habitación, tarde se le hacia para poder cambiar lugares con Candice y poder llegar hasta aquel lugar donde había citado a Dharius.

Estaba nerviosa sin duda, pues ese día le iba a contar uno de sus más grandes secretos, no quería admitir que él le atraía bastante sobre todo porque acababa de conocerlo, pero el había mostrado un gran interés en ella y ella no quería mentir, sabía que él tenía magia y el sabía que ella también, debían definir su situación antes de poder continuar con lo que fuera qué en esos momentos ellos tuvieran.

—Mi lady, puedo pasar?

Por fin Candice había llegado hasta ella y la hizo pasar, se aseguró de cerrar perfectamente su habitación antes de sacar los frascos de la poción multijugos, le dio uno a Candice y uno ella, ambas los bebieron, aquello no fue tan doloroso, para su fortuna eran similares en complexión, al terminar la transformación que era el efecto de la poción, cada una tomo la ropa de la otra.

—Ya, date prisa, entra a la cama, si trajiste las hierbas que te pedí? -Rowena buscaba en el pequeño bolso de Candice todo lo necesario para finjir que iría al pueblo y compar las hierbas para el té, pues Candice se quedaría en cama finjiendo malestar y haciéndose pasar por Rowena—. No vayas a olvidar tomar la poción cuando estén por pasar los efectos, nadie debe descubrirte o todo se arruinara.

—Si Mi Lady, no lo olvidaré, ahora vaya con el joven...

Rowena sonrió y salió apresurada del lugar evitando ser vista por sus padres y los mismos sirvientes, si la ponían a hacer algo, todo se habría arruinado.

—Sr. Weverly?

Rowena se adentró a la gruta donde se suponía que vería a Dharius, el lugar estaba algo fresco y húmedo, también un poco resbaladizo a causa de la lama y el musgo creciente en el suelo por donde pisaba, aún así ella continuó su camino para introducirse aún más.

—Lady Candice.. es usted?

Rowena no le había comentado como es que llegaría hasta aquel lugar y mucho menos con la apariencia de Candice.

—No, soy Rowena, en un rato se me pasará el efecto... -Rowena alargó su brazo buscando la mano de Dharius, no deseaba caer en aquella semi oscuridad de la gruta, pero antes de iluminar el lugar debían recuperar su físico- Ya no tarda en pasar el efecto, lo tome solo para que me diera oportunidad de llegar hasta aquí.

—Mi Lady, puedo hacer luz para usted sí le incómoda la oscuridad.

—No, la oscuridad no me incomoda, nunca lo ha hecho, además conozco este lugar desde hace ya tanto tiempo, es un poco resbaloso pero es seguro... Bueno eso creo.

—Ha estado en este lugar Mi Lady?

—Desde que era una niña... Puedo contarle una historia Sr. Weverly?

—Por supuesto Mi Lady, hágalo.

Para Rowena era la oportunidad perfecta para hacer pasar el tiempo y el efecto de la poción multijugos, además de confesarle uno de sus grandes secretos, que nadie más lo sabía.

—Cuándo era pequeña, jugando con Candice, me perdí y vine a dar a esta gruta, antes aquí vivía una hada del agua, que me pidió la siguiera visitando todas las tardes durante una semana, yo no sabía porque, pero la hada era muy bella y buena, durante los días que estuve viniendo a verla ella me contaba una historia diferente, y al séptimo día ella me dio un obsequio, dijo que era especial y que me haría aún más especial, me dio una joya, que según me daría la inteligencia y sabiduría de todo el mundo, realmente no sé si eso sea cierto.

—Mi Lady, no hace falta un objeto así para confirmar que usted sea la persona más inteligente y sabia que haya pisado está tierra.

—Aún así, creí conveniente que lo supiera, no se porque se lo cuento pero deseaba poder compartir este secreto con alguien.

—Su secreto está a salvo conmigo Mi Lady.

El efecto de aquella poción había desaparecido sin que se hubieran dado cuenta, Dharius por su parte iluminó el lugar, dejando ver la belleza de aquel sitio, la plática entre ambos iba de lo más amena, cuando Rowena recordó que debía volver, presurosa de despido de el y tomo una vez más aquella poción multijugos para poder regresar sin levantar sospechas, no sin antes haber acordado con Dharius volver a verse en aquel bello lugar, el cual se convertiría en el único sitio donde podían reunirse sin ser descubiertos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 30, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Diario de RavenclawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora