Capítulo 34 | Amigos para una noche fría

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 —No sé si pueda hacer esto, Lara

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—No sé si pueda hacer esto, Lara.

—Vamos, Minho. Solo quiere charlar contigo.

—Pero, ¿qué tal si no le agrado?

—¿Bromeas? A mi papá le agrada todo el mundo.

—¿Qué es lo que debo decirle?

—Sólo deja que el haga las preguntas. Es muy agradable, estarás bien.

Lara tomó su mano y Minho asintió.

—Bien.

—Ya debo irme...¿Te veo esta noche, Minho?

—Seguro. Por favor, dile a los demás que les envío un saludo.

—Lo haré. No olvides llamarme cuando te vayas. Quiero saberlo todo.

—Está bien.

Después de que Lara se marchó, Minho respiró profundo y se atrevió a golpear la puerta, luego la abrió con cuidado. En cuanto lo vio, el padre de Lara esbozó una sonrisa débil, pero genuina.

—No te quedes ahí, pasa.

Minho obedeció con timidez, luego se sentó en la silla junto a su camilla.

—¿Cómo se encuentra, señor Fletcher?

—Estoy algo cansado, pero esperaba poder hablar contigo.

—Para Lara era muy importante que estuviera aquí.

El padre de Lara se movió un poco con dificultad y suspiró.

—Lara es una buena chica, ¿no es verdad?

—Desde luego que sí. Ella es muy buena.

—Me recuerda mucho a su madre —comentó con una sonrisa cálida. Minho asintió y se detuvo unos instantes antes de hablar.

—¿Cómo conoció a la madre de Lara?

—Ella y yo nos conocimos en la playa un verano. Estábamos de vacaciones con nuestras familias y coincidimos en el mismo lugar. Ella era muy torpe, ¿sabes? El primer día, rodó por las escaleras de su cabaña y se quebró el pie. Yo estaba cerca y la ayudé. Pasó todo el verano con un yeso.

—Vaya, qué mala suerte.

—Por supuesto que eso no le importó. Después de haberla ayudado, ella se enamoró de mí y me siguió a todos lados con esas muletas. Yo no estaba interesado en ella al principio porque en ese entonces ya salía con una chica, pero había algo en Mery que me enamoró.Quizás fue su forma de ver la vida. ¿Sabes, Minho? Ella siempre sonreía. Nunca se alejó de mí en todo el verano. Fue tan persistente que al final, se ganó mi corazón.

Minho se rió y sacudió la cabeza.

—Supongo que Lara es igual a su madre. Fue igual conmigo.

Cómo sonreír en un día de lluvia /COMPLETA/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora