Capítulo 24 | El poema del ave

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Minho llevaba la carta en su bolsillo y pensó en desecharla

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Minho llevaba la carta en su bolsillo y pensó en desecharla. Es una mala idea. En cuanto entró al colegio el ambiente cambió. Los estudiantes se veían emocionados y entusiastas.

—Evans tenía razón —pensó —.Es difícil no animarse cuando todos lo hacen.

Minho entró en el salón y se sentó junto a Ben. Su amigo se veía especialmente feliz ese día.

—¿Sucedió algo?

—Sabes, la persona que me dio la carta fue Helen. Ayer la leí y bueno, no sabía que esa chica pensara todo eso de mí.

Minho sonrió ligeramente.

—¿Qué piensas?

—Creo que estoy enamorado de ella, Minho. Siempre lo estuve pero no lo sabía. No lo sabía hasta ayer. Voy a pedirle que sea mi novia —dijo dando un golpe en la mesa, luego le dedicó una mirada severa a Minho —¿Y tú? ¿Escribiste algo para Lara?

—¿Eh? ¡No! Claro que no.

En ese momento, Lara entró en el salón junto a Alison. Minho sintió que su corazón se aceleró. No estaba listo para hacerlo.

—Tienes hasta el final del día —susurró Ben.

En la clase de arte, la maestra Lippolis leía un poema acerca de un ave al que sus padres le habían hecho el nido más hermoso y grande cuando nació. Todos los días, los demás pájaros le decían lo hermoso que era su nido y lo envidiaban. El ave creció orgulloso y jamás lo abandonó , tampoco aprendió a hacer uno, pensando que cuando tuviera hijos, todos podrían vivir en el. Por su conformismo y ambición terminó perdiendo su nido, lo único que tenía. El poema acaba con la muerte solitaria del ave en medio de la carretera, porque ya no tenía donde refugiarse ni tampoco supo cómo construir un nuevo hogar.

Aunque la mayoría de estudiantes dormitaban, Lara no dejó de escuchar aquel poema con suma atención.

En el descanso, Minho caminaba por el patio en cuanto vio a Lara sentada en el césped junto a sus amigas. Lucía preciosa y eso le dolía. Ella sonreía y se veía tranquila. Minho estaba completamente enamorado de ella. ¿Cómo había sucedido? ¿Cómo fue que Lara logró cambiar lo sentimientos de Minho? Después fue a sentarse en el gimnasio, donde todo estaba en silencio y sacó la carta de su bolsillo. De pronto, recordó la vez en que ella y él estuvieron juntos en ese lugar, recordó todas las veces en que habían peleado y eso le hizo sonreír. Recordó el día en que Lara lo llevó en una cita y le mostró el cine y las malteadas, recordó su caminata por el parque a media noche y su hermoso rostro iluminado por las luces del lago, recordó el abrazo que se dieron bajo la lluvia y recordó también el último día en la terraza de aquel instituto cuando se besaron por primera vez. Minho se tocó los labios y sonrió. Hubiera dado todo por besarla de nuevo.

—Lara...¿por qué tenías que gustarme tú? Eres la chica más terca y persistente del mundo. Eres ruidosa y jamás te callas. ¿Por qué de todas las chicas, tenías que gustarme tú? —dijo en voz baja. Luego volteó el sobre de un lado a otro como si allí fuese a encontrar alguna respuesta. Entonces algo sucedió. Minho se dio cuenta de que estaba equivocado. No tenía que alejarse de Lara para evitar que sufra, tenía que estar con ella para hacerla feliz. Él quería hacerla feliz.

Cómo sonreír en un día de lluvia /COMPLETA/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora