Capitulo 4

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_La intrusa_

Pare de correr por unos segundos. Estaba muy enojada, me sentía la persona más inútil del mundo por haber salido corriendo, y sin las compras, me sentía absurda. No comprendo que pasa, por alguna extraña razón no puedo procesar bien las cosas cuando estoy cerca de ese chico.

Y lo más extraño de todo es que no lo conozco en lo más mínimo, no se desde cuando me doblego ante un chico. Debo admitir que es encantador, posee unos rasgos únicos. Sus ojos tan negros como la noche que no reflejan ningún signo de humanidad, al mismo tiempo reflejaban un destello de dulzura, como si tuviese a un Deimon diferente queriendo salir. Tampoco entiendo el hecho de que el habitara mis pensamientos en este momento teniendo cosas más importantes que hacer.

**********

Al llegar a casa tire las llaves en la repisa y mi bolso en el sofá. Me dirigí a la cocina, tenía que distraerme de alguna manera.

Cuando abrí el refrigerador y noté lo que este contenía dentro me maldije ¡Joder, mío dio! Non faccio niente di buono, nada, absolutamente nada me sale bien.

No había hecho las compras, solo salí corriendo como idiota. Estaba frustrada, quería desgarrar todo lo que se encontrara a mi alcance. Sostuve un jarrón de flores que se encontraba cerca del lavaplatos y cuando me dispuse a tirarlo con mucha presión al suelo, el timbre sonó. Me quede en la misma posición unos segundos mirando hacías la puerta de la cocina que daba paso a la sala.

Mio dio, non faccio niente di buono

[dios mio, no hago nada bien]

El timbre volvió hacer eco en toda la casa, así que de dispuse a dejar el jarrón en donde debía estar y me encaminé hacia la puerta. Mientras caminaba me frotaba las manos en los muslos para calmar mis nervios.

Al abrir la puerta no se encontraba nadie, miré a mi alrededor y el entorno se encontraba despejado.

Fijé mi vista hacia el suelo, en donde se encontraba una bolsa de compras, me incorporé para ver que traía dentro. Esto es como un milagro del Dios divino. Estaba repleta de frutas, embutidos, y uno que otros alimentos. Quería imaginar que los del super se apiadaron de mí y me hicieron ese pequeño favor como regalo.

Pero no, en lo muy profundo de mí, sabía que Deimon era el causante de que esta bolsa se encontrara en mi puerta.

Me dispuse a tomar la bolsa y volver a la cocina. Es algo curioso que la mayoría de los alimentos que se encuentran en la bolsa son los mismos que tenía planeado comprar.

No entendía por qué hacía esto, primero se comportó como todo un cretino sin compasión y ahora es una persona generosa, la verdad no lo entendía.

coloque todos los alimentos en donde pertenecían. Tenía mucha hambre, lo admito, por algo me dispuse a ir al super, cosa que no salió como lo imaginaba.

Busque entre las cosas que compro Deimon. Odio decirlo, pero si, en las compro, me estaría alimentando a sustento de él.

- ¡Genial! hay sopa china. Me sentía feliz. Sin percatarme de lo sucedido ya estaba con el alimento pegado a mí en un fuerte abrazo con una sonrisa en el rostro.

Al menos hizo algo que valió la pena. Así que me dispuse a preparar la sopa. Antes de preparar el alimento esta venia con una pequeña nota escrita donde decía que lamenta lo que sucedió hace unos minutos.

Luego de prepararla ingerí este rico alimento en un relajante lugar, que mejor lugar que mi patio trasero. Me senté a disfrutar del maravilloso ocaso mientras tomaba mi sopa.

En Mis Sueños ( Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora