capitulo 24

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Parábola


Violeta 


Desde la cocina puedo escuchar como unos nudillos hacen impacto contra la puerta delantera. Me dirijo hacia la sala. Abro la puerta.

—Jeremy —mi expresión de sorpresa fue más notoria de lo esperado.

—Solo iba de paso y pensé en ver como sigues ¿Puedo pasar?

Le abrí paso para que este entre mientras miro fijamente el suelo. Cerré la puerta. Jeremy continuaba parado en la sala hasta que le indique que tomara asiento en uno de los sofás.

—¿Qué es lo que te trae por aquí realmente? Jeremy, porque ese cuento no me lo creo nada, ¿Te envió Deimon?

Mi voz es igual de fría que un Gisbert, no reflejaba emoción alguna, la cual el parece notar.

—Créeme que no estoy aquí por Deimon.

—¿Te busco algo de tomar? —Evadí su comentario.

—Solo agua, gracias.

Me dirigí hacia la cocina, tomé un vaso y vertí un poco de agua fría. Regresé a la sala y le extendí el baso a Jeremy, este se encuentra pensativo, con la mirada perdida.

Jeremy comenzó a hablar mientras le extendí el vaso.

—Una señora llamada Maryem padecía una enfermedad terminal que, a medida que pasaba el tiempo la consumía cada vez más. Maryem se divorcio de su esposo quedando sola con una pequeña de siete años; cuando su enfermedad avanzo decidió llevar a la pequeña Emy a un hospicio, donde cuidarían y educarían. Esto lo hizo con el temor de que su pequeña Emy no la ve morir, cosa que así mismo sucedió, Maryem murió mientras su pequeña Emy se encontraba en el hospicio —Jeremy suspira antes de continuar mientras tomo asiento a su lado.

—Al cumplir sus dieciocho años Emy fue a casa de su abuela materna, la relación entre ambas no era muy sólida, la relación se desvaneció como las alas de una mariposa, Emy se encontraba rota, triste, desolada. Huyo de casa al darse cuenta de que había quedado embarazada de su actual pareja. Con el tiempo Emy tuvo dos hermosos niños y una adorable niña.

—No estoy entendiendo nada Jeremy —este hizo ademanes con su mano izquierda para indicarme que aún no termina.

—Laela es la pequeña niña de Emy, tenia cinco mese de nacida cuando las autoridades les informaron a los pequeños hermanos que sus padres fallecieron en un accidente automovilístico. La abuela de Emy se hizo cargo de los pequeños, era una señora mayor que vivía una vida solitaria, sus tres bisnietos eran los únicos que calmaban sus días y le devolvían la alegría a su débil corazón latiente. Todos los días paseaba a los pequeños niños por un parque con una amplia laguna; se sentaba a escuchar el canto de las aves mientras sus pequeños jugaban. —En todo momento no despegue la vista de Jeremy, prestando atención a cada una de sus palabras —Con el pasar de los años la señora no podía sostenerse por si misma, su salud caía en picada hasta que llego el trágico día donde la señora falleció. Los niños fueron ingresados en un orfanato al igual que su difunta madre, hasta el día que se descubrieron que su padre había sobrevivido al trágico accidente. Los niños pasaron legalmente a manos de su padre, ya que estos no tenían otros familiares a los cuales acudir; hasta el día de hoy Laela ha fallecido quedando solo dos hermanos, el dúo perfecto, los dos contra el mundo.

—Es una historia bastante melancólica, todas esas muertes, esos dos pequeños ahora tendrán que cargar con todo ese sufrimiento. Pero ¿Cómo falleció Laela?

Jeremy reacciono como tren en frenesí provocando que sus ojos se cristalizaran.

—Esa es una historia que no me corresponde contarla —Inquirió clavando sus grandes ojos en mí.

—¿Por qué?

—Solo trato de aclarar las cosas, mostrarte el otro lado de la moneda, porque él miente, porque su miedo.

Los ojos de Jeremy se cristalizaron aún más, su cuerpo se tenso como si este estuviese cargando cinco kilos sobre sus hombros. Sus labios se entreabrían para emitir alguna palabra, pero no salía nada, le cuesta hablar.

Note como tragaba en seco, su mandíbula se apretaba con más fuerzas y los músculos de sus brazos se contraían. Coloque mi mano derecha sobre su rodilla indicando mi apoyo, Jeremy se encontraba vagando muy lejos.

—La amabas, ¿No es así?

—Como no te imaginas —Pudo emitir una palabra —Era la chica más increíble que había conocido, me enamore de su alma, era una chica muy valiente, daba la vida por los que le importaban, yo jamás seria tan valiente como lo fue ella.

—Seguramente lo dices porque no ha llegado el momento de serlo —Le regale una sonrisa de labios cerrados —Serás más valiente de lo que crees.

—Deimon siempre me defendía de los brabucones en la escuela, el junto con Bairon parecían mis guarda espaldas, me escoltaban a todas partes, ninguna chica se interponía entre nosotros porque nada arruinaría nuestra amistad.

—Es lindo que lo veas de esa manera, pero aun me interesa saber ¿Por qué me contaste esa historia?

—Porque soy yo quien tiene que finalizarla —La voz de Deimon se hizo presente entre nosotros, dejándome ensimismada y a Jeremy avergonzado. 

En Mis Sueños ( Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora