Capitulo 12

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_sintiéndome a salvo_

 Me sentía vacía por dentro, devastada.

Unas ganas de salir corriendo de este lugar y soltar a gritos todo ese dolor reprimido que llevaba guardado desde hace tiempo se apoderaron de mí. Quería llorar hasta que mis pulmones vociferaran agobiantes que necesitan aire. Pero por alguna razón me sentía confundida, no comprendía porque quería hacer todo esto. Todo era un caos en mi interior.

Deimon notó el profundo silencio en el cual me encontraba sumergida. Se acercó a mi lentamente y deposito un sutil besó. Sus labios se encontraban suaves y fríos. Por un instante pensé que todo estaría bien, que nada podría hacerme daño, me sentía a salvo. Pero estaría a salvo en los brazos de alguien como el, no recuerdo mucho de su estancia en mi vida, pero una corazonada me dice que no ha sido nada agradable su alojamiento en lo que suelo llamar mi mundo, sentía una punzada de miedo las entrañas se removían sin cesar. Un cosquilleo en mis dedos, y una gran necesidad de separarme de él. Pero aun así me sentía viva. Necesito ese calor que emana su ser, él es como el invierno y primavera, la calma que precede a la tormenta. Mi cielo estaba repleto de nubes grises, nubes que lloraban sin cesar, dejando caer sus lágrimas de dolor, y mientras ellas sufren los demás festejan su dolor más sin embargo otros sufren al compás de mis melancolías, a mis días suelo llamarles día ideal, pero cuando se trata de mí, no lo es. Deimon es ese desasosiego que se manifiesta después de la gran tormenta.

Su beso fue algo efímero pero reconfortante a su vez, quería que continuara, quería sentirme viva un rato más, pero mientras más viva me sentía más confundida me encontraba ¿esta mal que lo sienta así? Se supone que el amor se siente de una manera distinta algo que te transporta a otro mundo, te sumerge en una persona, pero estando en tu cuerpo y lo sientes como un viaje universal.

Después de aquel beso solo nos quedamos estáticos en nuestros lugares. El silencio invadía la sala de una manera tan descabellan-te que amenazaba con regresar tras finalizar cada oración que cualquiera de los dos pudiese decir, no sabía que decir, pero a él parecía no molestarle, se notaba a gusto y decidí no arruinarle el momento.

sostuve su mano entrelazando mis dedos en ellos. Quería hacerlo a pesar de no poder recordar nada, llegue al punto de no querer pensar tanto las cosas y solo disfrutar el momento, sentir la calidez de su suave palma me calienta el alma, le da un vuelco a mi corazón. Provocaba esas cosquillas incesantes en mi estomago a lo que muchos llamarían "cosquillas en el estómago"

—¿Qué sucedió? —no pude contener más las palabras que me atormentaban, las dudas sobre aquel accidente me traían confusa.

—Un descuido de un conductor. Se encontraba haciendo una llamada por teléfono, al parecer se le callo el celular y se inclinó para tómalo y perdió el equilibrio del volante. El golpe que te causo fue algo muy fuerte. Temíamos por ti.

Me quede unos segundos en silencio ante su argumento, me sentía al borde del colapso, frente al abismo lista para saltar sin más.

—Nunca pensé que me podría suceder algo como esto ya que la mayor parte del tiempo nos creemos dioses, inmortales, carente de todo daño que puede causar la humanidad. Ahora estoy bajo las tristes sabanas blancas de una camilla bajo el techo de un hospital —analizaba sus palabras con cautela, pero una parte de mi continuaba sin creer todo lo que esta sucediendo.

—Pero sucedió —se hizo espacio en la camilla para quedar acostado a mi lado.

—Ahora no sabremos si saldré de este lugar tan agobiante —el tono de vos que utilice para pronunciar aquellas palabras me dejaba con las evidencias sobre la mesa, estaba más que desalentada y aturdida.

Su mirada reflejo compasión y una sobredosis de empatía. Odio que me vean con esos ojos me hace sentir indefensa, mas de lo que ya me encontraba.

—Claro que saldrás de aquí, deja de decir esas cosas.

Recostó su cabeza en la camilla junto con sus brazos, estaba muy agotado. Cargaba consigo unas bolsas que adquirieron un tono morado opaco debajo de sus oscuros ojos que muy en grande se podía notar aquel desvelo que lo poseía. Detrás de esas sombrías actitudes que este refleja tenía la corazonada de que fuese otra persona, y que nada de lo que este aparentaba es real. Es como si fuese una fosa abismal, en donde se encuentra un indefenso niño pequeño queriendo salir y descubrir el mundo, pero lo reprimieran.

Deimon comenzó a rosar mi mejilla derecha con sus largos, fríos y sedosos dedos.

Un escalofrió invadió toda mi columna vertebral hasta llegar a mi nuca, sé que el solo quiere que me sienta bien y no me preocupe de lo que estuviera sucediendo, pero a quien engaño, por más que trate de aparentar que todo se encuentra normal el desespero me mataba por dentro.

unas lágrimas se escapan de mi cuenca sin mi consentimiento, recorriendo el corto camino que conduce a mi mejilla. No podía retenerlas más, la impotencia se hacía notoria.

—¡Que todo estará bien, mírame Deimon! soy un vaso de cristal repleto de agua que algún día intento zacear la sed de alguna persona y ahora terminó cayéndose al suelo, esparciendo en mil pedazos todo lo que algún día se suponía que me componía y dejando sediento aquella persona que me necesitaba. Intente recoger mis pedazos y pegarme con pegamento, pero vamos, a quien engaño. Por más que intente aparentar que estoy bien no lograre creerme esa vil mentira, solo me destruye aún más, porque vivo con esas cicatrices que me recuerdan quien fui en su día y quien no quiero volver a ser —Sin ganas intente ser fuerte, resistir, pero no podía soportarlo más, comencé a sollozar mientras las lágrimas caían sin césar. Deimon de inmediato se acercó más sumergiéndome en un fuerte abrazo. De nuevo volvió esa sensación de alivio, que me indicaba que todo estaría bien. Sus brazos me hacían sentir protegida, que nadie podría hacerme daño. Es como si al estar cerca de mi se formará un escudo protector.

—¿Te podrías quedar a dormir esta noche? —mis palabras salían en un hilo de vos apenas audible.

Lo pensó durante unos segundos.

—Lo que desees mi pequeña Blue.

Mi cabeza se encontraba recostada en su pecho, podía escuchar el latir de su corazón claramente. Esto se había convertido en una sensación inefable. Se sentía igual de reconfortante que estar en los brazos de tu madre, te sientes cómoda, despreocupada de lo que sucediera en el mundo. Comenzó a pasar su mano por mi cabeza acariciándola para que pudiera dormir. Me aferre aún más a él con la intención de no separarme ni un centímetro, si pudiese quedarme así para el resto de mi vida sin dudas lo haría.

Deposito un beso sobre mí nuca indicándome que el estaría ahí conmigo, que nada me sucedería estando él ahí. Aunque no lo niego, siento vértigo ante todo esto, pero me gusta lo que siento.

De un momento a otro nos quedamos dormidos sin percatarnos, abrazados fuertemente uno del otro.

Este capítulo fue un poco corto, pero espero les guste. ¿Qué piensan de la mentira de Deimon al Violeta no poder recordar?

Besos guapuras.💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙

En Mis Sueños ( Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora