Capitulo 13

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_Nuevo invitado_

Los rayos de sol se abrían paso por la ventana, posándose en las sábanas, las máquinas que se encontraban detrás mío, y aquella solución que estaba conectado a un bajante el cual al final tenía algo que estaba insertada en mi piel, la habitación se encontraba iluminada solo por los rayos solares.

parpadeo unos segundos para acostumbrarme a la claridad del día. Deimon aún permanecía en su mismo lugar, sus fuertes brazos aún se mantenían sumergiéndome más a él, aun dormido no perdía su encanto se veía como un semi dios. Esas perfectas curvas faciales, esa mandíbula cuadrada, sus hermosas pestañas, sus labios rojizos, y ese hermoso cabello des alborotado ahora puedo decir saber la respuesta del por qué me atrajo. Una pequeña sonrisa curvada se dibujó en mi rostro.

—Deja de mirarme de esa manera

Estaba algo confundida ¿Como sabia el que lo estaba mirando?

—¿Cómo sabes que te observo? —refute.

—Solo lo sé —sus palabras se escuchaban más como un "yo lo es todo" no le di tantas vueltas al tema y preferí cambiárselo por uno más interesante.

—¿Cómo nos conocimos?

Este continuaba con los ojos cerrados. Frunció la seño para luego abrir los ojos y quedarse mirándome fijamente, mantuvimos las miradas unos segundos.

—¿Porque me miras de esa manera? —me removí en mi lugar acomodándome para poder ver su rostro más detalladamente.

—Ahora soy yo el que mira raro, si fuiste tu quien me observaba mientras tenía los ojos cerrados —eludió mi pregunta

—Me miras con cara de ''te secuestre y finjo ser tu novio para luego asesinarte'' —una carcajada acompaño mi comentario para no parecer tan infantil con aquel argumento.

—Pensándolo bien no sería una mala idea —sonrió sutilmente, pero a su vez se encuentra tenso, como si de alguna manera planease un plan macabro y yo le descubrí.

—Santo cielos, cálmate solo bromeo

Él se mantenía mirando el techo, como si de este saliera un holograma de todo lo ocurrido para comenzar a contar aquel suceso. Por unos segundos se perdió entre tantos recuerdos hasta que al final emitió unas palabras.

—Salí una mañana a correr, por accidente tropecé contigo en un pequeño parque no muy lejos de casa, ese mismo día nos dimos cuenta de que somos vecinos, desde entonces comenzamos a vernos más e interactuar, me invitaste a tu casa a pasar un rato y en una ocasión decidiste devolverme el gesto...

—Qué raro todo esto, ¿por qué no puedo recordar nada?

—No me gusta que me interrumpan Violeta. Además, no lo recuerdas por el accidente —su vos se volvió algo demandante.

—Lo siento mucho —dije apenada—. Puedes continuar.

—De hecho, ya terminé —embozo una sonrisa curveada que parecía más bien un gesto de desagrado.

—Eso es todo. La verdad que me esperaba una historia un poco más extensa —no comprendo el por qué decirme eso si no continuaría hablando, no llamaría "interrupción a eso"

—Regresare a casa a darme una ducha, les informare como sigues a Katherinne y Saddy ¿Se te apetece algo? —se incorporo de la cama lentamente.

Si quiero algo, que no se marche. Me siento cómoda con el a mi lado y ya comencé a acostumbrarme a su presencia.

—¿Unos chocolates estarían bien? Necesito algo dulce

—No me preguntes eso, solo pídelo —expreso mientras sale de la habitación, no antes de darme un beso en la frente.

Unos minutos después de Deimon marcharse entro una enfermera, esta me analizaba los signos vitales. Tardo unos minutos para que me observara y escribiera al parecer todo lo que me veía en mi expediente médico. Me realizo uno series de preguntas, ¿Si ya desayuné? ¿Cómo me siento? ¿Si me duche? y demás preguntas unas más personales que otras, pero nada fuera de lo común. Todo esto lo escribía en mi expediente. Lo dejo a un lado para medicarme. Antes de retirarse me dice en voz baja casi para sí misma.

—Los medicamentos te ayudaran y no pensar más sobre esta vil realidad, estarás a salvo en tus sueños.

No tenía ni la menor idea a que se refería, no pude comprender el significado de esas palabras para empezar desconocía el origen de aquellas palabras, de hecho, solo veía a esta chica cuando venía hacerme la visitas cada dos o tres veces al día. Cada que me visitaba su mirada reflejaba aquella tristeza en sus ojos.

—¿Disculpa, pero ¿quién eres? —intente incorporarme un poco para llamar su atención antes de que esta se disponga a marcharse.

—Pronto lo sabrás, no quiero apresurar las cosas.

Estaba confundida, no entendía absolutamente nada ¿Cuáles sueños? ¿de qué estaba hablando? repentinamente la puerta se abrió dejando ver a un chico de ojos azules, cabello rubio, alto, no tan delgado, pero tampoco era una escultura, se podría decir que un intermedio. Este se acercaba más a mí con unas flores rojas. genial, solo falta que me diga que es mi amante y que no recuerdo nada por el accidente.

—¿Come ti sentí? Dijo de una manera penosa.

—Perdón, pero no domino muy bien el italiano —sentí lastima por no poder comprender con exactitud aquel chico.

—Lo siento, pensé por un segundo... olvidado, quería saber cómo te encuentras, he venido en algunas ocasiones, pero temía entrara a la habitación, además siempre estabas rodeadas de personas y quería poder estar a solas contigo.

—¿Quién eres? —inquirí algo aturdida.

—Escucha...yo solo quiero disculparme, sé que me comporté como un idiota, yo debí traerte al médico, debí hacerme responsable de ti... No, dejarte ahí tirada y ver cómo te desangrabas, fui un cobarde —arrastraba aquel acento italiano que le sentaba a la perfección.

—Espera, ¿A qué se debe todo esto? —le interrumpo.

—Me refiero al accidente, yo soy el culpable de todo esto, y por mi inmadurez mira en donde te encuentras. De veras, lo siento mucho —su mirada contemplaba el suelo con pena, parecía atormentado.

Posee una ternura que no pasa de inadvertida, una persona ingenua e incapaz de causarle cualquier daño a un animal o persona. Al parecer yo soy la acepción.

—Descuida, me encuentro bien, el doctor dice que con un poco de terapia y un buen tratamiento poder recuperarme, todo este bajo control —hable con toda la sinceridad del mundo.

Su semblante cambio de inmediato. Tomo asiento en aquella silla que se encuentra a un costado de la camilla, los minutos corrían de lo mas normal y las charlas no cesaban. Así pasamos un buen rato.

Escuche la puerta abrirse dejando ver la figura de Deimon parada en el marco de la puerta, ambos nos quedamos en silencio mirando a Deimon, quien parecía molesto con la presencia de este chico.

—¿Quién diablos es este? —Deimon da dos pasos al frente sin quitar la vista de aquel chico. Tratando de ocultar toda esa ira que lo carcome.

Para ser franca tengo un buen rato charlando con este chico mas sin embargo su nombre no lo sé, tampoco pregunte.

—Me llamo Thovias, pero ya me iba. Espero te mejores Violeta —se incorporo sutil mente de la silla y se dispuso a marcharse de la habitación.

El percibió aquella molestia que causa su presencia en Deimon lo cual lo motivo a marcharse, no puedo decir con certeza si Deimon reconoce su rostro ya que no le ve desde el accidente y Thovias no se atrevía a verme con ellos aquí, quizás por pena.

—Nos vemos Thovias —embocé una sonrisa para no causarle molestias a Deimon.

Come ti sentí

(Cómo te sientes)

En Mis Sueños ( Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora