12_ la ventana ✓

990 54 0
                                    

Julian

No entendía de lo que se supone que debe de tratar aquel libro, pero si eso es lo que querían algo de importante tenía para que quieran matarnos por eso, yo lo tenía que saber, y no se iban a librar de mi tan fácilmente .

Tomé a Carla de la muñeca, sujetándome con la otra mano el lado izquierdo de mi abdomen donde ese desgraciado me golpeo - creo que me a roto una costilla - bueno , logro visualizar una ventana al costado derecho donde antes se ubicaba un pequeño escritorio. Los ruidos del otro lado de la puerta no se detenían, eran insultos, patadas. Son dos personas mucho más grandes y fuertes que nosotros, no se ni como logré sacarmelos de encima, de hecho, no entiendo porqué aun sigo vivo. Pero teníamos que salir de aquí cuánto antes. Carla está en mucho peligro aquí, la tengo que proteger, se volvió tan cercana a mi desde la muerte de Lily,se volvió mi confidente, el hombro donde podías llorar, incluso se podría decir que es mi mejor amiga, por ahora, mi única amiga.

Aquellas personas estaban moviendo la cómoda que habíamos colocado para que la puerta no se abra y lograban ponerme los pelos de punta. Teníamos suerte de que no hayamos estado en el ático, o ya estaríamos muertos.

Logro con ayuda de Carla poder abrir la ventana - la cual parecía no a verse abierto en unos cuantos años -, esta hizo un sonido ensordecedor que sentí un frío recorrier desde mi cabeza hasta mis pies. Porqué gracias a ese ruido, del otro lado de la puerta se escucho un: «Se escaparán por la ventana del otro lado, ¡Rápido, vayan! yo me quedaré a seguir intentando abrir esta cosa» , para llegar a aquella ventana solo tenían que dar una vuelta a casi toda la casa ya que estaba muy al fondo. Hay que salir ahora.

- Rápido, Carla, sal, y cuando lo hagas te escondes en cualquier árbol grande que encuentres ¿Está bien?

- De acuerdo, pero bienes rápido - asiento con la cabeza y le doy una mirada calmante para que según yo, ella se sienta un poco segura.

La ayudo a salir y la veo correr con todas sus fuerzas hacia uno de los árboles grandes que se encuentran un poco lejos de la cabaña, con un poco de dificultad logro saber su ubicación con la mirada.

Escucho la cómoda caer y a la puerta estrellarse contra el muro, y para mí mala suerte también veo a aquel personaje de casi dos metros con cara de querer matarme ya.

Al verlo intento salir por la ventana, pero él me propina un fuerte golpe en el estómago que me deja sin aire. Luego me levanta del cuello y veo al otro hombre acercarse del otro lado de la ventana.

- Vete a buscar a la chica, imbécil. No pudo irse tan lejos, de seguro sigue esperando al chico por aquí cerca

- Claro, señor.

Aquel hombre aún me sostiene del cuello y me golpea fuertemente en mi abdomen. Estoy viendo a Carla, viene para el lugar dónde me encuentro, no quiero que venga, no quiero que le hagan daño. Yo prometí protegerlas a las dos, y aunque fuí un total inútil para cuidar a una de ellas, no dejaré que a Carla le hagan daño.

- ¡No vengas, maldita sea! ¡Busca ayuda, pero no ven...!

El hombre golpea mi cabeza empujándola contra la pared, esto si que es muy doloroso. La vista se me nubla, su mano sigue sosteniendo fuertemente mi cuello y yo... Ya no puedo respirar.

Carla

Estoy corriendo con todas mis fuerzas por este bosque, y uno de esos hombres va detrás de mí. Lo último que él me dijo era que corra y que busque ayuda, y verlo ser golpeado me rompió, quebré en llanto.

Mientras corría, las lágrimas caían de mis ojos hasta mis mejillas. Cuando estoy cruzando el lago me tropiezo con una piedra y caigo, aunque no tardó en levantarme y seguir corriendo. Tampoco podía dejar de llorar, lo abandone, no quería dejarlo a su suerte,pero tenia que buscar ayuda, a alguien que pueda ayudarme a salvarlo.

Entre tantos árboles iguales perdí de vista a aquel sujeto, mis piernas arden y tiemblan de lo mucho que he corrido sin parar, lo poco que tengo de fuerza ya se me a agotado.

No, no tengo que parar. Por él.

Y cuando logro llegar a la autopista, observo a lo lejos a tu na patrulla y no se de donde pero saqué fuerzas para llamarlos. Corto hacia ellos, mis piernas me fallan y vuelvo a caer, pero no pienso parar en ese momento, no sin antes salvar a mi amigo. No sin antes salvar a mi Julián.

- Señorita, ¿Se encuentra usted bien? - me pregunta uno de los policías mientras ayudaba a levantarme.

- Julian - susurro - salvenlo por favor, tienen que hacerlo ahora.

- ¿Quien es Julian? ¿Salvarlo? ¿Qué sucede?

- Necesita ayuda, allá en el bosque, en la cabaña. Solo síganme, por favor y llamen a una ambulancia - lo digo nerviosa, solo resiste un poco más Julián, haslo por mí.

Un policía me sigue, mientras su compañero llama a la ambulancia. Es alto, delgado y como de unos veintidós años. Así que ruego a Dios que esos tipos de hayan ido ya, no creo que el policía pueda con los dos y tampoco que yo pueda ayudar a salvarlos. Y eso significaría que mi esfuerzo fué en vano. Pero igual no me rendiré, aunque creo desfallecer en cualquier momento, siento que alguien está conmigo ahora, y vuelvo a correr. Por Julián, por Lily y por mí.

- Es por aquí -digo mientras cruzamos el pequeño lago, y el policía iba detrás de mí esperando instrucciones del lugar donde quiero llegar.

Al fin logro ver la cabaña, parece no encontrarse nada ni nadie, ni dentro ni fuera, está todo en silencio. Son las cinco de la tarde, el brillo del cielo esta bajando su intensidad dando a notar que ya va anocheciendo poco a poco.

- voy a entrar.

El policía se coloca al costado de la puerta con arma en mano, por si hay algún peligro. Abre la puerta lentamente, y cuando está se habre por completo, en un hábil movimiento él entra apuntando primero al frente y después a los costados. Cuando me dice que no hay nadie ahí yo puedo pasar. Sigilosa, camino lentamente. Ya que hay otras habitaciones en las que puedan estar. Y cuando me percato de que no haya nadie, me encamino a la habitación del fondo. La puerta está abierta, lo cual me da mucho miedo, ya que Dios sabe que pueda ver, tal ves sea algo indeseado y doloroso para mí.

Doy un paso dentro de la habitación, y me asomo para observar dentro de esta. Y lo que veo me destroza. No puede ser, no...

Julián se encuentra tirado en el piso, está todo golpeado y su rostro irreconocible. Hay un charco de sangre emposandoce debajo de su cabeza. Verlo así, en ese estado, me hace pensar que es toda mi culpa, si no lo hubiera abandonado, tal vez lo hubiera ayudado un poco, pero en esos momentos ya no había tiempo de estar lamentándolo, hay que ayudarlo ahora.

Salgo de mi shock al escuchar al oficial entrar y comunicar nuestra situación y nuestra ubicación a su compañero por su radio. Me pongo de rodillas a su costado, temo moverlo bruscamente y causarle daño. Así que solo le tomo el pulso. Es bajo, casi imperceptible. Y solo atino a llorar. Quería estar fuerte en esos momentos, pero verlo así hace que una lágrima traicionera se escape de mis ojos habiendo el paso a las demás.

Escucho a personas llegar afuera, luego veo entrar a paramédicos con una camilla. Le colocan vendas en la herida de su cabeza y otras cosas que casi no puedo ver porqué se me nubla la vista.

Me arrastro sentada hacia atrás para darles espacio, no me puedo levantar ya que mis piernas no me responden. El policía con el que vine aquí se agacha para hablarme, pero ya no puedo ni siquiera mantener los ojos abiertos. Mi cuerpo cae de costado, pero el joven policía me sostiene. Y antes de perder la conciencia logro decir: «gracias por venir a salvarlo».












____________________________________

 Desde mi CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora