13_ Carla Estefani Adriaen Smit ✓

943 55 1
                                    

Carla

Mi vista se acomodaba a la luz poco a poco, sabía que estaba en el hospital ya que percibía las cosas típicas de este, el color blanco es una de ellas. Las imágenes de esa tarde en la cabaña llegaron a mi mente recordándome que no estaba sola en esa pesadilla, así que como pude me levanté, las piernas me dolían, pero ahora solo pienso en Julián. Mis pasos son lentos, mi mano sostiene el tubo de metal que sostiene unas bolsas con un líquido transparente. Salgo de la habitación y camino un poco más, pero una voz me detiene.

— ¿Señorita Adriaen? ¿Qué hace acá? Por dios, acaba de levantarse, tiene que descansar. Ven a tu habitación, que tu madre no tardará en llegar.

Mi madre vendrá, está bien, creo que estará molesta por dónde me fuí a meter. Espero que entienda que lo tenía que hacer. Por cierto, mi nombre completo es Carla Estefani Adriaen Smit. Mi segundo nombre casi no lo uso, me recuerda a mi padre, ese hombre me llamaba así, lo odio.

— ¿Cuanto tiempo he estado aquí? — pregunté.

— Llegó a las 5:30pm del día de ayer, y por lo visto a despertado a las 7:07am de hoy, estubo descansado más de diez horas. Tu madre estaba muy preocupada — entramos a mi habitación y me senté en la camilla — pero aquí estás, despierta. Lamentablemente el chico que venía contigo...

— ¿Julián está bien?  ¿Donde se  encuentra? ¿Que le paso? — el solo recordar su casi imperceptible pulso me generaba unas fuertes ganas de llorar.

— El chico llegó muy maltratado, tenía costillas y huesos rotos, pero lo más grabe fué el golpe en su cabeza, la operación que se le realizó de urgencia salió bien, solo que el joven ha entrado en estado de coma. El golpe fué muy grabe, no sabemos si despertará pronto.

Y mi mente solo repetía:

«llegó muy maltratado/costillas y huesos rotos.»

Y solo repetía:

«lo más grabe fué el golpe en su cabeza/la operación que se le realizó de urgencia»

Y repetía:

«ha entrado en estado de coma/no sabemos si despertará pronto.»

Siento mis mejillas húmedas, estoy llorando otra vez. La enfermera se retira luego de decir: «lo lamento». ¿Qué lamenta? ¿El que yo esté aquí, que Julián esté en coma o que ella tuvo que decírmelo? No lo sé, y supongo que jamás sabré su porqué. Quien sabe, tal vez fué instintivo. Lo has hecho ¿Cierto? Cuando alguien te cuenta algo trágico que le pasó, tu solo lo miras triste y le dices: "lo lamento". Tal vez para esa enfermera solo fué instintivo, no lo lamenta realmente, de seguro habrá visto cosas peores, quien sabe, seguro alguna ocasión lo lamentó de verdad. Hoy no ví eso en sus ojos, no ví que lo sentía realmente.

Escucho que abren la puerta de la habitación y volteo, ahí de pie está mi madre. Ella me vé, y sonríe al verme despierta, parece que me a estado esperando. Ella se hacerca a mi me abraza.

— Mi niña, mi pequeña niña. — la escucho susurrar en mi cuello.

Luego de asimilar lo que está pasando le devuelvo el abrazo, es extraño, abrazarla me resulta tan melancólico. Luego de lo de mi padre nos distanciamos mucho, ella estaba concentrada en su trabajo y pocas veces sonreía, por otro lado yo iba a la escuela y me sentaba en mis estudios, tampoco sonreía mucho. Creo que ambas estábamos luchando nuestras propias guerras internas de la única forma en la que lo  supimos hacer: ocupando la mente en otras cosas. Ella y yo tenemos eso en común.

— Disculpame hija, de verdad lo siento — dijo mientras se separaba de mi y tomaba mis manos.

— Porqué, mamá. ¿Por qué te disculpas?

— Por no pasar tiempo contigo, por no prestarte mucha atención, por no preguntarte como te fue en tu día,  por no tratarte como la buena hija que eres. Sé que el trabajo me esta quitando el tiempo en el que debería haberlo pasado contigo. Cuando pasaban horas y no despertabas me di cuenta del poco tiempo que estube contigo, tenía miedo de que no despertaras. Con lo que pasó, me centré en trabajar para pagar los gastos, eso de alguna forma me mantenía firme. No intento excusarme, no quise dejarte sola hija.

Ella estaba llorando, me rompía el corazón.

— Madre, lo se. Sé que trabajas para mantener nuestra vida a flote, también para mantenerte a ti misma a flote. Lo entiendo porque a mí me pasaba lo mismo con los estudios y el pasarme encerrada en mi cuarto por horas. No te culpo de nada, no tienes porqué disculparte.

He llorado mucho últimamente, creo que ya no me quedan lágrimas, ni siquiera de felicidad. Así que le sonrío, y ella también me sonríe luego de secarse las lágrimas.

— Te amo mamá.

— Te amo hija.

La volví a abrazar, y así nos quedamos un largo rato. Luego ella se separó y se sentó a mi costado, estoy feliz por tenerla a mi lado, pero también estoy triste, aún me siento mal por el hecho de que Julián esté en coma.

— Mamá, ese chico, mi amigo Julián. Él me salvó la vida mamá, él me ayudó a escapar.

Estaba mirando a la nada mientras le hablaba a mamá. Solo recordando las últimas palabras que le escuché decirme antes de correr, y en qué no quiero que sean las últimas.

— Hablé con su madre, para ella tú le salvaste la vida. Corriendo a buscar ayuda, fué lo mejor que pudiste haber hecho por él en esos momentos.

— Pude regresar a ayudarlo, madre. Pude hacerlo. Él no estaría tan mal.

— No mi niña, hiciste lo mejor al irte a buscar ayuda. Si regresabas a intentar ayudarlo, tal vez no hubieras salido de ahí. Ninguno de los dos lo ubiera hecho.

— Me siento tan mal mamá.

— Lo sé, cariño, lo sé. Descansa un poco más, estás muy débil aún.

Asiento y me acomodo en la camilla, tal vez mamá tenga razón, tal vez si fué lo mejor. Cuando despierte iré con la mamá de Julián. Quiero estar con ella, y quiero verlo a él.

Así que cierro los ojos, pido por favor a quien esté escuchando mis suplicas, por favor, que Julián despierte pronto.









____________________________________





 Desde mi CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora