Wish You Were Here (Cherik)

Capítulo Seis: Entendimiento

Wish You Were Here

Capítulo Seis: Entendimiento

Más tarde, Erik bajó a la cocina a desayunar y se encontró con Charles y Hank tomando cada uno el suyo. Raven no estaba pero Erik la conocía lo suficiente para saber que había regresado a su misión: proteger a los mutantes. Al verlo entrar, Charles apartó la vista del periódico que estaba leyendo, y Hank siguió estudiando un libro de física.

-Buenos días, Erik – saludó Xavier, sonriéndole -. ¿Cómo amaneciste?

-Muy bien, gracias, Charles – respondió y miró al joven -. Buenos días, Hank.

-Buenos días, Erik.

-Allá tienes el café o el té, según prefieras, además hay tostadas, cereales, jugo, leche, frutas – enumeró Charles -. Desayuna lo que gustes.

Erik se sirvió un poco de todo y regresó a la mesa.

-Olvidé mencionarte ayer que Raven borró todas las cintas de las cámaras de seguridad del laboratorio – explicó Charles, mientras doblaba el diario -. No hay registro de nuestra presencia y, por lo tanto, no hay manera de que nos rastreen hasta aquí.

-Eso fue inteligente – opinó Erik.

Hank terminó el café y se retiró con el libro. Los dos siguieron desayunando tranquilos.

-¿Ya pensaste qué hacer hoy? – indagó Charles.

-No aún. Quizás recorrer la casa, hacer algún ejercicio sencillo, entretenerme con metales. Descarto pasear por el jardín viendo lo descuidado que lo tienes.

-No es conveniente que te canses, ayer tuviste un día violento y necesitas recuperarte. Pensé que tal vez te gustaría conseguir algún libro para leerlo mientras me acompañas en el despacho. Así podremos estar juntos y los síntomas no van a molestarte.

-Es buena idea – aceptó Erik. Charles se esforzaba en apoyarlo y que se sintiera bien. Esto provocó que la plática con Moira le causara celos nuevos.

-También pensé que necesitas atención médica – continuó Charles -. Tiene que ser alguien discreto y de entera confianza. ¿Conoces a algún médico mutante?

-¿Sigues en contacto con Moira McTaggert? – la nombró Erik como algo casual -. Ella podría conocer a alguien en la CIA de su entera confianza.

-Sí, seguimos en contacto – confesó Charles con inocencia -. A veces la invito a cenar. Es mi amiga, bueno, una de las pocas que me quedan además de Hank, Raven y ahora tú – vio que Erik bajaba la cabeza -. ¿Te ocurre algo?

Erik se observó las manos que temblaban, estaba alterado y decidió decirle la verdad.

-Hoy te llamó temprano a la habitación y atendiste.

-Pensé que estabas durmiendo – se asombró Charles -. Ayer la invité a salir pero ella tenía otro compromiso. Fue una suerte porque poco después llegó Raven para que la ayudara a rescatarte.

-Te preguntó qué habías hecho ayer – siguió Erik y lo miró -. Le mentiste diciéndole que habías ido a tomar algo con Hank.

-No quería decirle la verdad por teléfono – se excusó -. Ni Hank lo sabe aún. Quiero que le demos la noticia los dos juntos y a Moira explicarle cuando la tenga de frente.

-Podrías haberle dicho que se lo explicarías luego – reprendió Erik.

Charles suspiró, cansado.

-Escucha, Erik. Déjame manejar mis cosas a mi manera. Si le dije que salí con Hank y ella se ofende, será un problema mío y de ella, ¿entiendes?