Capítulo Cinco: Sentimientos

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Nota: A mitad del capítulo hay un flashback del tiempo en París, tuve que aclarar cuando terminaba porque no sabía cómo distinguirlo del resto de las escenas. Espero que se entienda.

Wish You Were Here

Capítulo Cinco: Sentimientos

Esperaron veinte minutos para que Erik se recuperara y cuando quisieron ayudarlo con la escalera, él se rehusó y subió por sus propios medios. Arriba ya caminaba erguido y se dirigió derecho a la alcoba de Charles. Conocía el recorrido de memoria. Encendió la luz para observar el lugar cargado de recuerdos apasionados. Las incontables noches, mañanas y tardes que se habían amado bajo esas cuatro paredes. La habitación se conservaba igual: la cama de dos plazas con dosel, el cortinaje pesado, el mobiliario antiguo, el piso de mármol italiano y el balcón estilo Julieta. Cada elemento había permanecido en el mismo sitio por más de una década.

Charles entró detrás.

-Hank fue a buscar un pijama suyo para prestarte – avisó mientras encendía el velador de la mesa de noche -. Ponte cómodo.

Sin replicar, Erik se detuvo frente a un espejo. Se miró a través de él y llegó a la conclusión de que aunque había pasado el tiempo, tanto la alcoba como él mismo se veían igual que en 1962.

-Recuerdo que elegías dormir del lado izquierdo – continuó Charles -. Así despertabas con la luz que entraba por el balcón.

Erik fue hasta el ventanal y descorrió la cortina para que por la mañana, el sol lo iluminara a pleno.

Charles entró al baño y abrió la cajonera.

-Creo que tengo un cepillo de dientes sin usar por aquí – lo oyó Erik -. Hank se encarga de las compras y recuerda lo precavido que es.

Justo en ese momento Hank golpeó, Erik le abrió y recibió un pijama prolijamente doblado. Cuando Charles regresó, su amigo se estaba desnudando para vestirse. Al quitarse la camisa, mostró su abdomen un poco abultado todavía. Charles cerró los ojos con remordimiento por haberle provocado el segundo ataque con la discusión que habían tenido.

Erik fue al baño y después entró en la cama del lado izquierdo, mirando hacia el balcón. Charles se terminó de cambiar, se acostó del derecho y se acomodó mirando hacia su amigo. Despacio se le fue aproximando hasta quedar casi pegado a él. Erik cerró los puños al sentir su cercanía.

-No digas nada – murmuró Charles y lo abrazó por detrás. Con un brazo le circundó el cuello y la otra mano le apoyó sobre la barriga -. Quiero que pases una buena noche y así vas a poder dormir tranquilo.

-Gracias – musitó Erik.

Charles le rozó con la nariz el pelo y aspiró para envolverse con su fragancia. Desde que llegaron a la mansión, lo había tratado con frialdad y despecho, y por eso se sentía culpable del último ataque. Jamás en su vida había deseado lastimar a Erik y ahora lo había hecho de manera física y emocional. Por el remordimiento, los ojos se le empañaron.

-¿La noticia te provocó miedo? – preguntó Erik, acomodando su almohada.

-No miedo, sí ansiedad.

-Pienso que una vez que esté implantado, ya no sufriré los síntomas, o, al menos, no serán tan severos.

-De igual manera, quiero que te quedes aquí – replicó Charles con sinceridad -. Por lo que veo, descartaste el aborto – sonrió aliviado -. Entonces, vas a conservar al bebé – Erik se mantuvo en silencio. Charles le masajeó el vientre, seguía abultado y eso lo preocupaba -. ¿No te duele?

-Ahora ya no. Tarda en aplanarse, eso es todo.

-Lo que dije en el despacho de acompañarte, lo dije en serio.

Wish You Were Here (Cherik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora