Warrior Cats: Una ultima oportunidad

Capitulo 9

Punto de vista: Zarpa Dulce

Estaba en el río. Sus tonos de azul bajo la luz de la luna calmaba mis nervios. Todo oscuro pero ligeramente iluminado por la luna era una vista digna de ver. Escuché unos pasos detrás de mi y volteé. Había marcas de pisadas pero no había nadie. "Zarpa Dulce", me llamaba, "Zarpa Dulce"...

Desperté en un lecho, pero no era el mio. Me sentía acalorado, algo raro ya que tengo pelaje corto. Mire a mi alrededor, todo estaba a oscuras pero ligeramente iluminado por la luna. No se veía tan bien como el río de mi sueño. Cerré mis ojos nuevamente, el olor a hierbas me decía que estaba en la guarida de la gata medica y el dolor de mi hombro me decía el porque. Aunque el dolor era menor que antes, no podía ignorarlo. Abrí ligeramente los ojos, un pedazo de musgo con agua estaba delante de mi. Me estire levemente y bebí de esa cristalina agua. Apreté los ojos con el deseo de dormir pero, ¿quien me llamaba?.

Desperté nuevamente en el río, pero una sombra me rodeaba. Sentía miedo, y entre mas se acercaba podía ver un pelaje blanco brillando bajo la luz lunar. En un momento se detuvo, muy lejos para reconocerlo. Se quedo quieto, como analizándome. Su cola terminada en un negro y naranja se retorcía lentamente. Llegue a la conclusión de que el gato que veía era un calico. Me sentía congelado ante la figura. Una de sus orejas dio un movimiento súbito y desapareció. Así sin mas.

Desperté de nuevo, pero esta vez me sentía menos caluroso. Recordé mi sueño pero no le di importancia. Busque con la mirada a Cola de Flor o a Brisa Pequeña, pero ninguno estaba a la vista. El musgo delante de mi desapareció, así que simplemente coloque mi cabeza entre mis patas. Escuchaba conmoción afuera. Quería saber que estaba pasando, pero no creía que levantarme sería una buena idea. Esperé un rato y Cola de Flor entró a la guarida con un par de hierbas que no reconocí. Asintió hacia mi y colocó sus hierbas donde debían estar.

-Veo que despertaste, ¿que tal te sientes? -maulló luego de dejar sus hierbas-.

-Algo acalorado -maullé sin levantar la cabeza-. Y mi hombro duele un poco.

-Normal -suspiró-. Tienes una infección algo severa en ese hombro tuyo -maulló tocando suavemente mi herida, pero aún así retrocedí adolorido-. Deberías haber estado reposando un poco y no habríamos terminado así -maulló algo molesta-.

-Lo siento -murmuré cerrando los ojos-. Es que tengo muchas cosas que hacer.

-No eres el único aprendiz del clan -maulló-. Hablaré con Estrella Fría sobre esto. Aunque quizás este no sea el momento...

-¿Que pasó? Escuche conmoción allí afuera -maullé abriendo los ojos-.

-Tal como era de esperarse, Brisa Pequeña murió -suspiró la gata medica-. Sus heridas eran muy profundas, no había mucho para hacer.

Me quede congelado unos momentos procesando lo que me dijo. Entonces caí en cuenta. Brisa Pequeña había muerto por una herida que había sido apuntada a mi. Estrella Fría y Zarpa Oscura van a sufrir mucho por esto. Espera, ¿Que paso con Zarpa Oscura?.

-Debo ver a Zarpa Oscura -maullé intentando levantarme, pero mi pata frontera flojeaba-.

-No -maulló la gata de cola anaranjada-. Tu te quedas aquí. Si tanto deseas hablar con ella, la puedo traer. Aunque recomendaría que descanses.

-Tráela... -murmuré-.

La gata de ojos verdes asintió y se marcho. Parpadeé un par de veces para despabilarme. Aún adormecido, intente acicalarme, hasta que unos pasos me distrajeron. Cola de Flor fue rápida en irse, dejándome a mi con Zarpa Oscura y Zarpa de Algodón.

-Estas despierto...-maulló Zarpa Oscura, sus orejas se levantaban lentamente y una calma parecía llenar su cara-.

-Zarpa Oscura estaba preocupada -maulló Zarpa de Algodón-. Le pidió a Cola de Flor que le avisara en cuanto despertases, y puedo ver que cumplió su palabra.

-No quiero perder a nadie mas -suspiró la aprendiza de pelaje oscuro-.

Les di una sonrisa, era como si no pudiese hablar. Zarpa Oscura colocó su cabeza sobre mi espalda, donde no dolía. Con un ronroneo intenté acurrucarme en su peluda cola. Zarpa de Algodón sonreía y parecía al borde de tener un ataque de risa. Le dio un toque suave con la nariz a la aprendiza de ojos ámbares y su sonrisa creció un poco más.