Dedicado a Zuirig
Perdón por hacerte esperar tanto.
-¿Tenéis un avión privado? -le pregunté a Charles mientras cogía mi equipaje.-Nosotros no, pero un amigo mio que es fontanero sí, así que cuidad bien el avión.
-¿Un amigo... fontanero? -dije admirando el interior lujoso.
-¿Te creías que solo había Neo Sapiens pobres? -dijo Charles con una mirada pícara.
Fruncí el ceño.
¿Me acababa de llamar pobre disimuladamente?
-Cuida de Lillie -dije.
Entré al avión gruñendo por lo bajo y me senté en un asiento de cuero.
-Éste lugar es como un hotel enlatado -dijo Daito mientras miraba embelesado a una camarera.
-Tío, que tienes novia -dije a modo de advertencia.
Daito sacudió la cabeza y se sirvió un poco de champán.
Los asientos eran bastante cómodos, y, sumando la luz anaranjada y tenue, me estaba quedando dormido.
Y, como era de esperar, Daito me despertó zarandeandome.
-¿¡Qué pasa, qué pasa!? -grité.
-El desayuno. ¿Caviar con tostadas o Té? -preguntó Daito.
Yo, aún atónito, lo miré fijamente.
-¿No hay leche con cacao? -pregunté.
La camarera emitió una leve risilla y Daito me miró con los ojos abiertos de par en par.
-¿Estamos en un avión privado, lleno de lujos, y solo se te ocurre desayunar leche con cacao?
Me encogí de hombros.
¿Qué hora era? Hacía ya bastante tiempo que me había despertado y había ido a la cafetería... no debería haber pasado mucho tiempo.
-Disponemos de leche con cacao de Madagascar, si gusta el señor -dijo la camarera (una chica... sospechosamente joven) con una sonrisa.
Me encogí de hombros.
-Bueno... sorprendame -le dije a la camarera.
La chica se ruborizó un poco y caminó hacia un cuarto en la cola del avión.
Daito me miraba con una sonrisilla extraña.
-Conque novia... ¿eh? -dijo levantando una ceja.
-¿Qué?
-Nada, dejalo...
Al rato, la chica volvió con dos platos cubiertos por unas tapas elegantes.
-Para el caballero asiático huevos centenarios... -dijo dandole a Daito el plato- y para el... señor, una especialidad de la casa. Foundier.
Miré el plato extrañado. ¿Qué era eso de Foundier?
-Tu primero -dijo Daito mientras señalaba mi tapa.
-No, tu primero -dije.
-Si insistes... -dijo Daito levantando la tapa.
Al instante una nube de vapor le empapó la cara, dejando ver unos huevos duros... ¿Que eran verdes?
-¿Pero qué...?
-Una delicia asiática -dijo Daito cortando un huevo por la mitad.
Asentí con la cabeza asombrado por que alguien pudiera comer algo así y levanté la tapa de mi plato.
ESTÁS LEYENDO
Pyros (Elektros #2)
Science FictionContinuación de Elektros. Ésta es la continuación de la historia de los Neo Sapiens desde el punto de vista de Sam a partir del momento en el que le comunican a él que su madre ha muerto. Ahora, Sam tendrá que viajar por el globo, buscando al creado...