Capítulo 10: Éras mi hermano.

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-¿Qué...? -pregunté en el interior de mi mente.

-¿Ahora sientes lo que yo he sentido todos éstos años Sam? -dijo Jhonny delante mía-. ¡¿LO SIENTES?!

Era... endiabladamente parecido a mí respecto a los rasgos faciales y al cuerpo... pero tenía algo distinto de mí.

Sus ojos eran amarillos.
Los míos castaños.

-Me abandonaste diez años Sam -dijo Jhonny a punto de estallar en lágrimas-. DIEZ AÑOS. Eras mi mejor amigo. Eras mi hermano. Y me tiraste al rincón más alejado de tu mente como a ese puto muñeco de trapo de aquél asno idiota que tanto te gustaba.

-Ígor... -musité.

Jhonny apretó la mandíbula.

-Ni siquiera te acordabas de mí -dijo.

-Eso es mentira. Y lo sabes -dije.

-No, no es mentira. Me recordabas como el producto de esa maldita enfermedad que te estaba arruinando la vida. Eras mi amigo, eras mi hermano Sam.

Ésta vez lo miré a la cara yo.

-Soy hijo único, y tú -dije tocándole el pecho con el dedo índice- sólo eres un producto de mi cabeza. ¿Éras mi amigo en aquella época? Sí. Pero eso es cosa del pasado Jhonny.

Jhonny miró al suelo y reprimió un sollozo.

-Estoy vivo Sam -dijo llorando-. Vivo. Estoy vivo desde que ese rayo te dió en la cabeza, y soy independiente de tí, Sam... pero necesito un cuerpo. Necesito un cuerpo para seguir vivo. Así no aguantaré mucho más.

Las manos de Jhonny eran translúcidas.

-Jhonny, es mi cuerpo -dije sujetándole por los hombros-. Y tú más que nadie sabes por qué lo necesito a él y a mi facultad.

-Lillie -dijo limpiándose la mucosidad.

Sonreí y le dí un abrazo.

Era extraña ésa sensación... el contacto metafísico era igual que chupar una pila.

Era electrizante.

-Al final vas a ser mi hermano pequeño -dije separándome de él y viendo cómo el rastro de su odio se borraba.

-Pues necesitarás un cuerpo para ello -dijo empujándonos a la negrura del subconsciente.

***

Aspiré una bocanada de aire y miré a Sarah.

Parecía que no había pasado ni un segundo.

-¿Estás bien? -dijo la niña.

-Mejor que bien -dijo Jhonny por mi boca.

Bueno, ésa respuesta valía.

Además... ¿Dos conciencias en un solo recipiente?
No era tan caótico como esperaba.

-Espero que funcione -dije susurrando.

-Tranquilo. Funcionará -dijo Jhonny.

Corrí en dirección a Daito y detuve un zarpazo que iba directo a la cara del chico pelirrojo.

Mi facultad había vuelto.

-El pelirrojo es malo -pensó Jhonny.

-¡Daito! ¿Que dijimos de arrancar cabezas? -le reprendí.

El pelirrojo me miró impresionado.
Y con razón.

No todos los días veías a un chico escuchimizado calmar a un zorro gigante en llamas.

Pyros (Elektros #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora