Capítulo 9: ¡Jhonny está aquí!

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Max estaba vivo.

Vivo.

—Max, oh por dios tío te creía...

Con un rápido movimiento que me recordó a Sam, él se colocó delante mía.

—¿Muerto? —dijo con una mueca de dolor y odio.

Me quedé paralizado.

—Os presento a mi primer sujeto exitoso vivo —dijo la dama de negro.

Me giré hacia la mujer y miré otra vez a Max.

Algo... algo había cambiado en él.

—¿¡Qué le has hecho!? —grité.

—Salvarlo —dijo encogiéndose de hombros.

—Y mejorarme —dijo Max con una sonrisa socarrona.

Di un paso atrás.

No podía ser.

—¿Lo has... has...?

—¿Convertido? Sí. Pero no en un maldito Neo Sapien, que es como os llama ése estúpido de Darwin...

Max puso su mano encima de mi hombro.

—Soy un Neo Habilis Daito. Estoy una evolución por delante de tí —dijo Max sonriendo—. Soy MEJOR que tú.

Apreté la manita de Sarah.

No.

Eso no era posible.

—Y pronto el mejor Neo Sapien será el mejor Neo habilis... —dijo la dama de negro sonriendo inocentemente.

Si no estuviera Sarah delante le arrancaría la cabeza.

Di un paso hacia ella... y no pude moverme.

No podía moverme.

—¿Se me había olvidado comentar mi facultad? —dijo la dama de negro con una sonrisa siniestra—. Controlo la gravedad y los campos magnéticos.

Mierda.

—¡No me vas a convertir en un Neo habilis! —grité.

La dama de negro y Max empezaron a reír descaradamente.

—¡Eres un egolatra, como siempre! —dijo Max.

—No eres el centro de todo Daito... —susurró la dama de negro apretando un botón.

Una caja transparente bajó del techo, colocándose en el centro de la plataforma.

—No... —murmuré.

—Sí —dijo Max enseñando todos los dientes que eran todos colmillos—. Él, tu nuevo mejor amigo.

—¡No! —grité mirando a Sam.

Estaba inconsciente, sentado en una silla y con la cabeza ladeada.

Una explosión retumbó detrás mía.

—¡Ya ha llegado la caballería! —gritó el teléfono de Sam montado encima de una maleta.

Daito se quedó boquiabierto.

¿En serio? ¿Un teléfono con complejo de caballero los iba a ayudar?

—¡Te dije que trajeras refuerzos! —chilló Sarah.

Todos miraron a la niñita.

—Y eso he hecho Señora —dijo el teléfono dejando paso a un ejército de maquinas expendedoras y de... ¿Robots?

Pyros (Elektros #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora