Dos

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Me despierto sobresaltada y ahogo un grito para mis adentro. Dirijo vagamente la mirada al reloj despertador que aún no sonaba. 5:16 Am, esa es la hora que marca. Había tenido una pesadilla horrible. Me levanto de un salto, pues no creo que, después de eso, vuelva a dormir. En la noche me había costado demasiado conciliar el sueño y no valdría la pena volver a cerrar los ojos por unos cuantos minutos más. La pesadilla consistía del hombre con el que me casaría si lo decidía, al cual no lograba verle el rostro, el que intentaba arrebatarme el corazón, ¿ilógico no? Supongo que todo debe de estar relacionado con la noticia que me habían dado el día de ayer.

—¿Elsa? —dijo la dulce voz de mi hermana desde atrás de la puerta—. ¿Puedo pasar?

No respondo, pero eso le basta para entender que yo si le permitía el paso. Cuando atraviesa el umbral pude darme cuenta de inmediato de lo que le sucedía. Tenía ojeras bajo sus ojos azulados, lágrimas rodaban por sus mejillas y temblaba a causa del frío matutino. Ya está cambiada, el pijama de oso que la vi vestir ayer ha desaparecido dándole paso a un fino vestido hasta las rodillas de un bello color verde claro. Su cabello despeinado y anaranjado se encuentra atado en un perfecto moño y su maquillaje, que en algún momento fue tan perfecto como su atuendo, se encuentra corrido por culpa del llanto.

La invito a acercarse y apenas la tengo al frente mío la abrazo con todas mis fuerzas. Llora en mi hombro, así como yo lo hago en el suyo, si tomaba una decisión, sería una que no afectase el futuro de mi queridísima hermana, aunque tuviese que arriesgar mis sentimientos por ello. Anna siempre fue una muchacha frágil, toda su vida la habían rechazado por tener dinero. Ambas vimos todo el esfuerzo que mi padre había hecho para llegar hasta donde habíamos estado, vimos el apoyo incondicional de mi madre para que él lo lograra, vi como mi hermana llenaba sus vidas de alegría, y ella vio como yo me convertía en la señorita bien portada que era ahora. En el camino dejamos mucho, muchas cosas quedaron atrás, sufrimos, lloramos, reímos y gritamos hasta que se acabase nuestra voz, pero a pesar de todo, habíamos sido felices juntos. Es en estos momentos donde todo se ha complicado.

—No quiero que te cases sin amor— susurra Anna, mientras se acomoda en el borde de mi cama.

—Nuestro futuro depende de mi decisión, y sabes que no puedo resistirme a mi predestinada suerte, no seré tan egoísta para perjudicar tanto esfuerzo que hicimos para llegar aquí y si se presenta una oportunidad como esta debo tomarla sin pensar— le respondo, tratando de explicarle el porqué, sentándome a su lado. Ella me mira a los ojos, y pude ver los suyos cristalizándose una vez más.

—Pero...—. Puse mi dedo índice sobre sus labios, mientras que con mi pulgar acaricio su mejilla.

—Sabes que un no jamás será mi respuesta, y menos en algo tan delicado como esto— digo y ella comienza a llorar de nuevo—. Nada de esto es culpa tuya, debo afrontar mi destino con valentía y no me negaré a una boda, aunque sea forzada, más si es por el bien de las personas que me ha ayudado a ser como soy, justa e inteligente.

~Lazos Más Fuertesᴬᵁ~ [Fanfic Tadelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora