~Lazos Más Fuertesᴬᵁ~ [Fanfic Tadelsa]

Seis

He quedado sola. Las clases han terminado y a Tadashi le ha venido a buscar una rubia que llevaba unas grandes plataformas. ¡Dios! No comprendo cómo podía moverse con esas cosas debajo de sus pies.

Saco mi móvil, entro a WhatsApp y abro el chat de Jack. Quiero saber si aún está aquí cómo para irnos juntos.

"Jackie... ¿Aún merodeas por la preparatoria?

-E"

La respuesta llega más rápido de lo que esperaba, pero alcanzo a sentarme en una de las bancas que hay en el patio delantero de Walt Academy.

"Sí. ¿Te importa?

-J"

Está enojado...

"Obvio, eres mi mejor amigo. ¿Nos vamos juntos?

-E"

Escribiendo... En línea... Escribiendo...

Tarda en responder. Normalmente, nuestras respuestas eran fugaces, pero finalmente, contesta a mi pregunta.

"Nos juntamos en la entrada en 5

-J"

Y con eso comienzo a caminar hacia la entrada a esperar a Jack. Hay tantas cosas de las que le debo hablar. Él es mi mejor amigo, merece saber toda la verdad. Sé que hice cosas que él no quería, como hablar con Tadashi, quién según Jack es quién "Robará mi felicidad"

Los cinco minutos se alargaron, y a los treinta minutos ya estaba dispuesta a irme sola. Creí que Jack no quería volver a verme, que ya no me hablaría, que me dejaría. Pero esos pensamientos se esfumaron de mi mente en el momento en el que le vi cruzar la entrada de la escuela. El alivio en mí fue notorio. Sin embargo, su rostro no expresaba nada de felicidad.

—¡Jack! —saludo, ansiosa, él mira hacia ambos lados como si yo le hablase a alguien más. Inmediatamente, apresura el paso.

—Muévete— dice cuando está a mi lado, chocando mi hombro con brusquedad. Toma mi brazo y me obliga a caminar sin siquiera permitirme procesar lo que acaba de ocurrir. Acaba de golpearme. Jack jamás me había golpeado. Mis labios tiemblan. El miedo recorre cada parte de mi cuerpo. Una lágrima cae por mi mejilla y quedo paralizada.

—¿Qué te sucede? —pregunto, y a medio camino la voz se me quiebra. Más lágrimas amenazan con salir, pero las retengo. Seguimos fuera de la escuela, más casi ya no hay nadie. He dejado de avanzar

—¿Qué mierda crees tú que me sucede, Elsa? —responde con ironía, sus palabras duelen, atraviesan mi alma como dagas afiladas.

—No... no lo sé, no sé qué te está pasando ni de qué estás hablando— digo, finalmente.

—Pues permíteme refrescarte la memoria— suelta, venenosamente—. Tú, la que no quería nada, la que lloraba, estabas fraternizando con el enemigo ¡¿Cómo se te ocurre?! ¡Él te está arrebatando la oportunidad de ser libre! ¡Eres una estúpida, Elsa! ¡Te estás vendiendo! ¡Pareces una put-