Narra Justin
Miedo. Pocas veces solía admitir que lo tenía. Pero en aquella ocasión no tenía miedo. No, más bien estaba aterrorizado, devastado, consumiéndome por los nervios por dentro. Tenía ganas de gritar. Quería matarlos a todos. Quería llevarme a Queen lejos. Quería abrazarla y no dejarla sola nunca más. Protegerla entre mis brazos y recibir todas las puñaladas por ella si era necesario.
Estaba en el hospital, caminando de arriba para abajo en el pasillo. Dando vueltas. Las enfermeras ya me habían pedido más de una vez que me quedara tranquilo sentado pero no podía con ello. ____ estaba en un quirófano, supuestamente por un accidente culinario con un cuchillo, y yo estaba volviéndome medio loco allí sólo.
En un acto desesperado llamé a mi madre a pesar de que pasaban las cuatro de las madrugada. Necesitaba hablar con alguien y desde luego no iba a ser con mis hermanos porque tenía la extraña sensación de que iba a llorar por la impotencia y el gran error que había cometido dejándola ir por delante de mí en el club.
-¿Drew? – preguntó mi madre soñolienta.
-Mamá – suspiré sin siquiera hacerle caso al nombre por el que siempre me llamaba.
-¿Qué pasa? – se alertó. La sentí moverse de donde fuera que estuviese –. Son las cuatro para las cinco de la madrugada – dijo poniéndose más nerviosa –. ¿Qué ha ocurrido?
-____ – dije con un nudo en la garganta –. Estamos en el hospital porque la han apuñalado – gruñí tratando de ocultar un sollozo.
-Oh, Dios. Iremos a Stratford ahora mismo, cariño. ¿Tú estás bien? – se precipitó.
-No, no, no – me alarmé enseguida –. No os expongáis, quedaos donde estáis. Sólo necesitaba hablar – empecé a lamentarme por llamar –. Yo estoy bien.
-Está bien … – respondió sin estar convencida –. Llámame para cualquier cosa que necesites, ¿de acuerdo? Y avísame por cualquier noticia de ella. Ya verás como se pone bien …
-No puedo perderla – me lamenté.
-Ella es fuerte, Justin. Estará contigo antes de que te des cuenta – trató de tranquilizarme –. No te culpes por esto – añadió conociéndome –. Sé cuanto la quieres y que verla sufrir es lo que más te duele. No te culpes.
-Pero está pasando por demasiado por mí – susurré tirando de mi pelo y mirando hacia el techo –. Papá jamás hubiera permitido que esto pasara.
-Tú no eres tu padre, cariño. Estás haciendo las cosas lo mejor que puedes y ____ te entiende, tal y como yo lo hice con Jeremy en su día.
En ese momento vi a un hombre vestido con una bata blanca y tejanos acercarse a mí. Era un doctor mayor, canoso y unas gafas de cristal redondo sin montura. Aparté el móvil diciéndole a mi madre que esperase y miré al señor atentamente.
-¿Familiar de la señorita Queen? – asentí sin querer darle explicaciones –. Hemos tenido una intervención complicada por las heridas internas de sus órganos, además de que antes de traerla había tenido una gran pérdida de sangre. Por poco la perdemos pero finalmente la reanimamos y ahora se encuentra estable en la habitación 312.
-Gracias – tomé su mano con ímpetu –. Gracias – repetí pensando que podría haber perdido al amor de mi vida. El Dr. Stevenson asintió simulando una sonrisa –. ¿Puedo verla?
-Claro, pero déjela descansar. Ahora mismo está bajo los efectos de la anestesia.
* * *
Me había quedado mirándola durante varios minutos. Ella dormía plácidamente en la camilla como si nada malo hubiera sucedido hacía unas horas. Apenas me atrevía a tocarla por no querer hacerle más daño, así que le di un beso en la frente y me senté en el sillón que había al lado de la pared para estar atento a ella. Cogí el móvil y mandé un mensaje buscando en mis contactos a Mason Reynolds.
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Pick Me (Justin Bieber y Tú)
Fiksi PenggemarTres hermanos. Misma cara. Aspecto totalmente diferente. Un nerd, un deportista y un problemático. Cada uno atractivo a su manera. Si uno era tímido, otro era carismático y el último un antisocial. Si uno era extremadamente cauteloso, otro era despr...