Capítulo 10: Ya me estoy quemando y no me importa

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Me desperté con el cuello algo adolorido por la postura en que había estado durmiendo. Cuando dejé de prestar atención a la incomodidad, percibí las caricias de unas manos, cada vez más conocidas, dibujando líneas a lo largo de mi cintura. Gemí con sueño estirando mis piernas hasta las puntas de mi pies. Justin rió y sonreí abriendo los ojos.

-Buenos días – dije bostezando.

-Son muy buenos, créeme – besó mi frente.

-¿Qué hora es? – pregunté rascando mis ojos.

-Cerca de las once – besó mis labios.

-Hmmm … Estás muy mimoso esta mañana – me reí.

-Calla – reprochó.

-No es que me queje pero deberíamos volver a casa – alcé la cara hacia él.

Asintió y me estiré un poco en el sofá para alcanzar a darle un beso en la mandíbula antes de levantarme. Cogí mi camiseta del suelo para ponérmela y le tiré la suya. Sonrió con picardía y me sonrojé al recordar lo que habíamos hecho la noche anterior.

-Te has puesto roja, nena. ¿En qué piensas? – me guiñó.

-Calla – protesté mordiéndome el labio.

Justin carcajeó mientras arreglaba su ropa. Mirándome en el reflejo de una cristalera acomodé mi melena en una coleta. Lo único que hizo él fue pasar su mano por su pelo un par de veces y quedó perfectamente perfecto al más puro estilo Justin.

-¿Te puedo preguntar algo? – dije recogiendo mi móvil para ver si había alguna notificación.

-Dispara – respondió tomando mi mano para dirigirnos a la salida.

-¿Por qué te llaman Bizzle?

-Ni idea. Esos niggas me lo pusieron así que … Pregúntale a ellos. Allí nadie sabe mi nombre, simplemente soy Bizzle.

-Mierda – exclamé viendo el móvil.

-¿Qué?

-Siete llamadas perdidas de mi madre, tres de Jesse y tres de Derek. Y dieciséis mensajes. Joder – me mordí el labio viendo tan solo los mensajes de mi madre. – Joder, está preocupada y enfadada.

-Yo también tengo llamadas perdidas de mi familia – dijo Justin.

-Saben que estamos juntos – declaré algo asustada.

-¿Te arrepientes? – colocó tras mi oreja un mechón libre de mi coleta.

Sacudí la cabeza. No me arrepentiría de la noche que había pasado por mucho que acabara discutiendo con mi madre. Tomé la mano de Justin mientras salíamos por la puerta y con la otra mano tecleaba una respuesta a mi madre diciéndole que estaba bien y estaba de camino a casa. Su única respuesta fue un “ok” y con aquello me temí lo peor. Un nudo de nervios se acumuló en la boca de mi estómago.

-No va a ser bueno lo que va a suceder – anuncié.

* * *

Por mucho que le pedí a Justin que no fuera a casa conmigo, él insistió en enfrentar a nuestros familiares juntos. No tenía problemas en dar la cara, pero mis motivos eran más para evitar echar más leña al fuego que por cualquier motivo de orgullo u honor.

Pick Me (Justin Bieber y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora