CAPÍTULO 65: Flashbacks

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Digamos que éramos buenos amigos, Nirvana Rose.

Nirvana lo miró dubitativa.

-No te creo...

Si hubiesen sido buenos amigos seguramente sus padres le hubiesen hablado antes de él, incluso Richard, o sus hermanos, pero no. Nadie había mencionado antes a un Zach Parrish.

Zach suspiró.

-Tu color favorito es el verde, eres super fan de Guns and roses, tu padre también lo es, por eso te llamas así, Nirvana Rose, fuiste a un concierto de ellos hace pocos meses, tienes un perro labrador llamado Tolkien, tus películas y libros favoritas son los de el señor de los anillos, JRR Tolkien es tu escritor favorito, te encanta leer, y puedo asegurar que en tu habitación tienes una réplica exacta de la luz de Ëarendil.

Ella lo miró. Que supiera todo aquello no era ninguna sorpresa, pudo haber encontrado toda esa información en su página de facebook, o Richard o Becca pudieron habérselo dicho.

-Una vez te dije que yo estaba enamorado de ti. Recuérdalo... -Suplicó.

Nirvana lo miro y de pronto se río con ganas.
Un tipo como Zach Parrish nunca podría haberle dicho algo parecido, ella no era el tipo de chica del que alguien como Zach Parrish se enamoraría, era absurdo. Por Dios santo, por lo que podía ver Zach era un tipo de aquellos sacados de revistas, era guapísimo, tenía que aceptarlo, en cambio ella solo era ella, una chica rara y sosa para nada bonita.
Zach la miró sin expresión alguna frunciendo los labios.

-No sé qué te ha causado tanta risa. -Dijo con la cabeza gacha, mirando solo sus manos.

Y pronto la risa fue cesando hasta convertirse en un silencio incómodo. Otra punzada en sien la atacó. Pero Zach no lo notó.

-Alguien como tú no podría fijarse en alguien como yo. -Replicó cuando se hubo recuperado.

-Sí, eso ya lo habías dicho antes.

-¿Por qué haces esto? Es una broma ¿no? -Estiró el cuello para ver sobre los hombros de el, y luego sobre los suyos mismos en busca de alguien.

-¿Por qué haría algo así? -Le respondió achinando los ojos.

Nirvana no respondió, se limitó a beber un sorbo de su soda.

-Nirvana, tú y yo... -Se vio obligado a interrumpirse. Se suponía que le iba a dar tiempo para que ella recordara, se lo había prometido a sus padres, no iba a interferir por ahora, pero es que ya no soportaba no estar cerca de ella. Ya muchos meses habían pasado.

-¿Nosotros qué? -Inquirió dejando de lado las papás fritas que tenía en frente, demasiado interesada en lo que el castaño le diría a continuación.

Pero él se limitó a negar con la cabeza y sacar algo desde dentro de su gabardina negra.

Su teléfono. Se lo extendió a su novia, ella, vacilante lo tomó

-Enciéndelo. -Le ordenó.

Lo miró, intentando decifrar qué era lo que tramaba, pero sin más hizo lo que él le dijo. Apretó el botón de en medio y la pantalla mostró una bonita foto de ella misma sentada en una roca en medio de un riachuelo pequeño, sonriendo tan risueñamente.
En definitiva no reconocía el lugar. Pero una oleada de imágenes pasaron por su mente, todas ellas de hierba fresca, florecillas de colores, un mar y cielo azul y piedras grises.

-¿Por qué estoy yo aquí?

-Porque yo tomé esa foto. Desbloquealo.

-No me sé el PIN. -Respondió con obviedad.

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