Capítulo 35

111 17 2
                                    

Noticias de última hora.
¡Mi mejor amigo había regresado!
Llegó un lunes en la mañana, yo estaba en la escuela, y cuando regresé un tipo alto, castaño, de ojos azules, musculoso estaba parado en el porsche de mi casa.

-¿Quién es el tipo? -Me preguntó Zach antes de bajar del autobús.

Su rostro se formó en una mueca.

-No tengo idea. Te veo al rato. Te llamo. -Le di un beso de despedida y bajé.

Caminé hasta la entrada de mi casa y el chico no se movía, tenía mi edad aproximadamente, y su rostro se me hacía levemente conocido.

-¿Te puedo ayudar en algo?

-Eh, sí, si no es mucha molestia. Estoy buscando a mi mejor amiga. -Respondió.

-¿Tu mejor amiga? ¿Puedes decirme su nombre?

Y sonrió. Entonces supe que se trataba de Richard. Una felicidad inusual me invadió al reconocerlo y tiré mi mochila al suelo y me lancé a abrazarlo.

Si alguna vez pensé en volverme a reunir con él, esperaba encontrarme a un Richard flacucho, bajito. Después de todo así era la última vez que nos vimos. Me costaba imaginarme ahora a tal chico frente a mí debajo de mí, pues era yo la que siempre le ganaba en las peleas. Yo era más alta, pero ahora él medía casi lo mismo que Zach. Además estaba musculoso y no se notaba para nada débil, no, ni siquiera un poco.

-¡Oh Dios mío no te reconocí para nada!

Estoy segura de que muchas lágrimas se me habían escapado ya.

-Tú tampoco estas exactamente igual a como te dejé. ¡Dios cómo te extrañé!

-Pero... ¿Cómo? ¿Cúando llegaste?

-Hace unas horas. Pensé en ir a buscarte a tu escuela pero consideré en que era mejor esperar. No me hubieses reconocido y yo a ti tampoco. Tu cabello es genial, y tu voz, cambió mucho.

-No hablemos de cambios porque, o sea... Mírate, ¿cuánto mides? ¿1,85? ¿90? ¿Has estado yendo al gimnasio? ¡Tu voz de bebé ha desaparecido!

Se rió y me rodeó con un brazo conduciendome hacia la calle.

-He pedido permiso ya a tus padres.

Avisó y caminamos por el pueblo, muchas cosas habían cambiado desde su partida hacía varios años atrás y tuve que enseñarle cada una de ellas.

La manera en como dejamos de contactarnos fue tan esporádica, solo supe que cada vez dejábamos de hablar menos hasta que un día el contacto entre los dos desapareció.

-Estudiaré lo que queda del semestre en tu escuela.

-¿Eso se puede?

-Nada es imposible nena.

-Jaja, será genial, ¡Dios! De nuevo seremos Ricky y Vania. ¡Ah! Te extrañé, baboso.

-Lo sé, yo también, como no tienes idea.

En poco tiempo nos pusimos al corriente de lo más importante que nos había sucedido durante los últimos 5 años. No fue nada difícil, yo no tenía mucho que contar, y él en cambio no tenía inconveniente alguno en confesar que había tenido decenas de novias, besado a otras cien, fumado hierba, reprobar unas materias, embriagarse hasta ahogarse y conocido a Taylor Swift y Armin Van Buuren.

Me reí de la mayoría y lo rependí por lo otro. Era bonito saber que nada entre nosotros había cambiado a pesar de todo el tiempo que pasamos sin contactarnos, nuestra amistad seguía intacta, él confiaba en mí y yo confiaba en él.

PacienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora