Día 3: Coleccionista de reliquias (idea dada por Raquel Taishō)
Había esperado mucho por ese momento, años y años, coleccionando objetos de incalculable valor que a él no le interesaban en lo absoluto, porque todo eso fue reunido para legar ahí, a este momento.
-Señor -le llamaron-, está todo listo, según esto nos indica que el pasadizo está bajando las escaleras y tras un panel falso.
Él ya podía sentirlo, era el lugar correcto.
-Bajaré.
-¡Señor! Aún no hemos asegurado el lugar, no sabemos si el estado de la escalera es seguro como para-
-Bajaré, hazte cargo de lo demás.
Sin dejarle hablar, se internó en ese lugar que se creía perdido en la historia, pero él no se rindió, nunca lo haría porque su reliquia más preciada estaba ahí, en la oscuridad absoluta; bajó esa escalera sin dudarlo, la linterna y sus ojos agudos eran lo único que la ayudaban en esa negrura, siguiendo las indicaciones que habían encontrado después de años de investigación, de coleccionar cientos de piezas que envidiarían los historiadores.
La sociedad le llama: Coleccionista.
La academia: Saqueador.
Él simplemente se consideraba, un ser en busca de su ser.
Por eso ya no podía esperar ni un minuto más, así que llegó hasta la pared falsa y sin precaución u otra cosa, empujó hasta que cedió, y a pesar de los años que esa habitación permaneció cerrada el aire que respiró fue puro y fresco, pero si eso le sorprendió no lo demostró porque ahí estaba, lo que por mil vidas buscó.
Ese cristal azul enorme que despedía luz propia.
Con cuidado posó su mano desnuda sobre él, lo encontró tibio, no frío como se imaginó.
-Por fin, te encontré -su frente entró en contacto con el cristal-, Kagome.
Gastómil vidas para encontrarla, gastaría otras mil para liberarla de su prisión.
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Retazos de verano: El amor SessKag
FanfictionPorque el amor tienes muchas formas, y este verano tendrán 31 días de romance