Día 5: Declaración frente a InuYasha (idea dada por Nicole Sandoval)
InuYasha había cometido un error, lo sabía y eso le carcomía. Cuando terminó con Kagome para regresar con su antigua novia, no pensó en como extrañaría muchas de las cosas que la morena de increíbles ojos celestes hacía por él y aunque amaba a Kikyō, no se comparaba con Kagome, algo en ella era tan puro y preciado que ahora, viéndola conversar tan animadamente con sus amigas, sentía un nudo en la garganta, así que inhalando profundamente agarró valor para acercarse; enseguida vio como la pelirroja fruncía el ceño en el instante en que se percató de su presencia, pero no se detuvo.
-Kagome -llamó, todos dentro del salón se detuvieron para centrarse en él, sabían de la relación que habían tenido y la forma en que le rompió el corazón, por eso todos esos ojos le miraban con odio, no por nada la morena era muy querida-, ¿puedo hablar contigo en privado?
-Ella definitivamente no tiene nada que hablar contigo, Inu-til -respondió Ayame cruzando su pierna y recargándose en su asiento, a pesar de la sonrisa dibujado en sus labios, esa no llegaba a sus ojos, parecían más asesinos que otra cosa.
-Tú no eres quien debe contestar -replicó con acidez el hombre incómodo-. ¿Kagome?
Ella miró a sus amigas, la castaña sólo rodó los ojos mientras que la pelirrojo gruñía.
-Pues-
-Kagome.
InuYasha frunció el ceño ante la voz de su hermanastro, pero más al escuchar que no se dirigía a él, sino a la chica que sonrió.
-Sesshōmaru -ella dejó de prestarle atención para atender al presidente estudiantil-, ¿qué haces aquí?
Él miró ligeramente a InuYasha antes de levantar su teléfono.
-Itō me mandó un mensaje diciendo -miró la pantalla del aparato-: "Querido presi, deberías venir al salón, hay un estúpido rondando a nuestro ángel". Y veo que no estaba mintiendo.
Kagome miró a Ayame, quien se encogió de hombros, mientras guardaba con sutileza su teléfono.
-No molestes, Sesshōmaru, estoy aquí para-
-Seguramente, para hacer una de las estupideces que haces siempre, pero lo siento -él avanzó con elegancia hasta llegar con Kagome, quien le miró expectante y curiosa; tomó la muñeca para jalarla suavemente, pero con firmeza y antes de que cualquiera pudiera parpadear, el platino se había inclinado para besar a la mujer que se congeló de la impresión-. Ella es mía.
Y Ayame aplaudió.
FiraLili
05/08/2018
ESTÁS LEYENDO
Retazos de verano: El amor SessKag
FanfictionPorque el amor tienes muchas formas, y este verano tendrán 31 días de romance