Imaginaciones sobre el colchón (+18)

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Emilia me dijo que la esperara en su habitación mientras salía a hacer unos trámites personales, de los cuales, según ella, yo no tenía porque saber. Me recosté en su cama y encendí el televisor para pasar el rato. Estaba empezando "El padrino", la primera de la trilogía – y la mejor según mi criterio –. Luego de ir a la cocina para servirme un vaso de refresco y poner botanas en un bol me acosté bajo las sábanas de la cama para estar más cómodo y me dispuse a ver la película sin ninguna interrupción.

Me acomodé los cojines para quedar a la altura precisa de la televisión. Cuando apoyé la cabeza el olor de Emilia arraigado en las almohadas invadió mis sentidos por completo. Por alguna razón el solo estar en contacto con el aroma me produjo una erección instantánea. Traté de ignorar el bulto de mis pantalones y ponerle atención a la película, pero no podía. La imagen de Emilia invadía mis pensamientos. En un principio era la imagen de su rostro y sus ojos negros, luego se añadió su cuello y hombros y sin darme cuenta me la imaginaba a cuerpo completo. Mi mano, como si fuese un ninja, comenzó a arrastrase bajo mis pantalones hasta que llegó a mi pene. Estaba sumamente duro, tanto como si hubiese estado viendo alguna película porno. Me encanta el cuerpo de Emilia, me encanta ella entera, pero nunca imagine que con tan solo imaginármela y sentir su olor junto a mí me excitaría tanto. Me acaricie suavemente el glande, pensaba que quizás un pequeño masaje en esa zona me ayudaría a aliviar la erección. Me equivoqué.

Las ganas de masturbarme con la imagen de Emilia comenzaban a ganarle al poco autocontrol que tengo. Ya con mi pene totalmente estrangulado por mi mano derecha comencé a moverlo de lado a lado esperando que el roce con mi ropa ayudara a calmar las ansias de eyacular en las sábanas. De nuevo me equivoqué. Pero por un segundo mi autocontrol tuvo un envión lo suficientemente fuerte como para poder tener la voluntad de retirar mi mano y ponerla sobre el cubrecama, alejándola de mi miembro que aún palpitaba.

<< Qué demonios estoy haciendo>> pensé. <<No puedo masturbarme en la cama de Emilia. Menos si el único estimulo erótico que había tenido era el olor de sus cojines y la imagen mental de su cuerpo, que de hecho, imagine con ropa>>. Pero tan solo recordarlo hizo que mis ganas volvieran con más fuerza. No se de donde conseguí la fuerza para no sacar mi pene, apretarlo fuertemente y comenzar a moverlo de arriba hacia abajo, con toda la fuerza que pudiese, hasta eyacular sobre la cama de Emilia y dejar mi semen sobre el lugar donde duerme todas las noches.

Durante los 15 minutos que sucedieron a mi lucha interna por darme placer o no, logré poner algo de atención a la película y comer un poco de las botanas que había traído, por supuesto que tenía cuidado de usar la mano con la que no me había toqueteado.

Comenzaron los comerciales y, como si hubiesen estado esperando para atacar, cada uno de los pensamientos que había tenido antes volvieron. El aroma ahora provenía de toda la cama, de las murallas, incluso la televisión dejó de sonar y comenzó a expeler el aroma de Emilia. Mis pensamientos esta vez formaban un cuerpo desnudo que bailaba sensualmente frente a mí. Imagine a Emilia sobre mí, masajeando con sus tetas y por encima de mi ropa al bulto que tenía en los pantalones. No aguante más, me baje los pantalones junto con la ropa interior. Mi pene quedo en contacto con las sábanas de la cama. Observe dentro de la cama por a mera curiosidad de saber que tan excitado estaba. Fue evidente que estaba demasiado caliente. El glande estaba totalmente rojo, no era necesario observar atentamente para darse cuenta de la cantidad de sangre que había en esa zona. El cuerpo de mi pene estaba rígido, llegué a pensar que un movimiento brusco podría llegar a romperlo de igual forma que se rompería un hueso. Tuve la extraña sensación de que mirarme el pene aumento mi calentura. Debó admitir que me preocupo tener algún tipo de impulso homosexual. Aunque quizás fuese normal, después de todo, narciso murió por su imagen y eso no quería decir que fuese gay... o eso creo.

Agarré fuertemente mi miembro, duro como un roble y rojo como los copihues. Lo jalé arriba y abajo, mientras, con la otra mano, apretaba el cojín de Emilia contra mi glande como si el cojín fuese Emilia misma. Cerré los ojos e imagine las tetas redondas de Emilia, imagine como se las apretaba y chupaba. La fantasía de morder sus pezones mientras ella lamía mi cuello hizo que la velocidad de mi mano aumentara, cayendo en un frenesí que me cansaba el brazo. Pero no podía parar, por extraño que parezca prefería desgarrarme un músculo antes de soltarme el pene. Las imágenes se sucedían sin tener un patrón lógico. En un momento la estaba penetrando en cuatro y azotándole el culo tan fuerte que mi mano sonaba como un latigazo, y al otro, la tenía chupándome el pene, primero pasaba su lengua por el glande, luego con sus labios rodeaba el cuerpo de mi falo, y finalmente me veía con las manos sobre su cabeza, atrayéndola fuertemente y sin soltarla hasta que hiciera arcadas. Casi sentía su lengua en mis pezones, produciéndome un pequeño escalofrío. Movía la almohada en forma circular simulado las caderas imaginarias de Emilia sobre mi pene imaginario, lo frotaba con fuerza para producir un calor que simulara el interior de su vagina. Mis caderas se empezaron a mover como si realmente estuviese penetrándola. La velocidad de mi mano junto con la de mis caderas producían un éxtasis del que estaba seguro, era imposible salir. Mi respiración se agitaba cada vez más, el sonido de los suspiros se volvía demasiado fuerte por lo que empecé a contener la respiración. Hacerlo fue una pésima idea. La asfixia temporal y voluntaria me excitaba más. Tanto como para no querer respirar hasta que mi rostro estuviese totalmente rojo, y cuando finalmente exhalaba e inhalaba se escuchaba un sonido parecido al que deben hacer las personas que luego de casi ahogarse vuelven a respirar.

El aroma de Emilia y la imagen mental de su culo siento invadido por mi pene evitaban cualquier posibilidad de frenar. La ilusión de ver la cadera de Emilia embistiendo contra las mía, la imagen de ver sus tetas haciéndome una paja, la ficción de tener mi pene dentro de su boca y la fantasía de eyacular sobre su rostro me tenían al filo de irme. Apuré mi masturbación manteniendo fija una imagen de Emilia de rodillas mientras se apretaba las tetas, una imagen típica de una película porno. Imaginaba pasaba su lengua sobre mi glande mientras yo me masturbaba en su cara. Cerré los ojos para agregarle nitidez a la imagen. Estaba a punto de venirme y escuché a Emilia, no la que estaba de rodillas chupándome, sino la que hace unos minutos – o quizás mucho más, no sabría decirlo – había salido a hacer unos trámites. – ¿Qué demonios estás haciendo? – Dijo sin elevar el tono de voz, como si realmente nunca hubiese visto un hombre masturbándose. Incluso con la interrupción de su voz no me detuve, estaba convencido de terminar lo que empecé. - ¿Cuánto de falta? – me preguntó, - estoy por irme – Le respondí jadeando. Casi paro por unos segundos cuando Emilia se sacó rápidamente la blusa y los sostenes, dejando libre sus pechos cuyos pezones estaban totalmente levantados. – Párate – me ordenó. Hice caso sin dudarlo. Emilia se arrodilló y se apretó las tetas mientras, con la lengua, repitió exactamente los movimientos originados en mi imaginación alrededor de mí glande. Me masturbé más rápido, tenía a la Emilia que había creado en mi mente junto con la que había creado la naturaleza. Sentí que un escalofrío recorría mi espalda hasta llegar a mis muslos y finalmente pasar a mi pene, en ese momento mi cuerpo, tanto el real como el imaginario, eyacularon sobre el rostro de Emilia, lanzando mi semen sobre la real, también y sobre la imaginaria.

Fin

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Decidí adelantar la publicación de esta parte ya que honestamente tenía ganas de subir algo je je. Espero que les guste. Además, si es que lo desean, pueden ver la otra obra que tengo en el perfil, se que no vienen aquí para leer spam, pero no quería dejar pasar la oportunidad de que conozcan otra parte de mi narrativa. Que tengan una semana genial :). 

Historias De Lujuria (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora