Las manos (+18)

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Estabamos solos en mi casa con mi novia Elizabeth, al principio la bese lentamente, lento pero apasionado, me separaba de ella y luego me acercaba, rozaba mis labios con los suyos pero sin besarla, solo para aumentar el deseo que ella pudiese sentir y cuando sentia que su respiración ya estaba agitada, la besaba de golpe, pero solo por unos segundos, dejaba que su lengua explorara dentro de mi boca solo por unos segundos y luego me separaba, solo para poder despertar ese mounstro que todas las mujeres llevan dentro. Con mi mano izquierda le acariciaba la mejilla y con la derecha el tomaba la mano, mientras que mis labios se encargaban de besarla alrededor de la boca, lo más cerca de los labios que pudiera, pero sin llegar a los labios, bajaba lentamente y llegaba hasta su cuello, lo masajeaba con toda mi boca. Mientras yo hacia esto ella puso mi mano derecha en su estomago, pero poco a poco fue subiendo, hasta dejar mi mano sobre sus senos, cuando dejo mi mano en ese lugar me la solto y me dio toda la libertad de juguetear sobre su ropa. Por mientras mi mano  izquierda seguia acariciando su mejilla, pero algo celosa de su hermana diestra,  decidio ir bajando lentamente y luego rapidamente, hasta llegar a su trasero, lo aprete con fuerza y deje su cuello en paz, para poder volver al acecho de su boca, la besaba de manera corta y rapida, y mientras más hacia esto, más se aceleraba su respiración, suspiraba más y más y más rapido, hasta que llego un omento en el que me contagio su acelerado ritmo y no pude aguantarme lanzarme con todo sobre ella, mi mano derecha empezo a moverse como si estuviese batiendo crema, mientras que mi mano izquierda tambien hacia lo suyo en el lugar en el que estaba. Luego de unos instantes asi, mi mano derecha decide ir en una aventura, se suelta del deleitoso lugar donde estaba y comienza a bajar, se escabulle por debajo de la polera y comienza a levantarla lentamente, hasta llegar al punto del sostén de mi novia, el cual no hizo más que entorpecer el camino de mi mano, pero no pasaron ni cinco segundos y ya se habia escabullido por debajo del sostén, logrando su encuentro con ese botón lleno de placer, el cual comenzó a apretar de a poco, tratando de encontrar la intensidad perfecta con la cual Elizabeth no pudiese dejar de gemir, por mientras mi mano izquierda batallaba con el boton del pantalon de elizabeth, ella iba por un premio mayor, por mientras yo y mis labio levantabamos la polera de Elizabeth pero cuando estabamos a punto de lograr que se despojara de su prenda tuvimos que detenernos, el sonido de un auto detuvo todo, mis padres estabn de vuelta, pero sabiamos que esto.... no quedaria asi  

Historias De Lujuria (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora