Entonces llegó la profesora, la señora Hooch. Era baja, de pelo canoso y ojos amarillos como los de un halcón.
—Bueno ¿qué estáis esperando? —bramó—. Cada uno al lado de una escoba. Vamos, rápido.
Harry miró su escoba. Era vieja y algunas de las ramitas de paja sobresalían formando ángulos extraños.
—Extended la mano derecha sobre la escoba —les indicó la señora Hooch— y decid «arriba».
—¡ARRIBA! —gritaron todos
La escoba de Harry saltó de inmediato en sus manos, pero fue uno de los pocos que lo consiguió. La de Hermione Granger no hizo más que rodar por el suelo, solo unos pocos pudieron conseguirlo. Luego, la señora Hooch les enseñó cómo montarse en la escoba, sin deslizarse hasta la punta, y recorrió la fila, corrigiéndoles la forma de sujetarla
—Ahora, cuando haga sonar mi silbato, dais una fuerte patada —dijo la señora Hooch—. Mantened las escobas firmes, elevaos un metro o dos y luego bajad inclinándoos suavemente. Preparados... tres... dos...
Pero un chico de Ravenclaw, nervioso y temeroso de quedarse en tierra, dio la patada antes de que sonara el silbato "seguro que es un nacido Muggle" se dijo Harrison mentalmente
—¡Vuelve, muchacho! —gritó, pero el Ravenclaw subía en línea recta, como el corcho de una botella... Cuatro metros... seis metros... Harry le vio la cara pálida y asustada, mirando hacia el terreno que se alejaba, lo vio jadear; deslizarse hacia un lado de la escoba, en ese momento Harry vio que la señora Hooch no haría nada para detener la caída del Ravenclaw
Tomo su escoba y sin escuchar los gritos de sus compañeros se elevó y salió volando en busca del Ravenclaw, el pobre chico había llegado a los ocho metros, a lo lejos escuchaba los gritos de Granger <Harry vuelve aquí, no vale la pena, te podrías lastimar> los gritos de la profesora <Potter vuelva aquí en este instante> pero no escucho, fue elevándose hasta el chico y cuando estaba por agarrarlo, este callo de la escoba, la escoba termino perdiéndose en el bosque prohibido
Harry vio, como si fuera a cámara lenta, como el chico comenzaba a caer y antes e que el se diera cuanta ya estaba moviéndose. Se inclinó hacia delante y apuntó el mango de la escoba hacia abajo. Al momento siguiente, estaba ganando velocidad en la caída, persiguiendo a el Ravenclaw, con el viento silbando en sus orejas mezclándose con los gritos de los que miraban. Extendió la mano y, a unos metros del suelo, lo atrapó, justo a tiempo para enderezar su escoba y descender suavemente sobre la hierba, con el chico Ravenclaw a salvo.
—¡HARRISON POTTER!
Su corazón latió más rápido que nunca. La profesora Hooch corría hacia ellos. Se puso de pie, temblando.
—Nunca... en todo mis años en Hogwarts...
La profesora Hooch estaba casi muda de la impresión, y sus ojos centelleaban de furia.
—¿Cómo te has atrevido...? Has podido romperte el cuello...
-No fue mi intención señora, pero simplemente no podía quedarme sin hacer nada, viendo como el pobre chico caía, él también pudo hacerse daño, sin embargo usted prefirió quedarse quieta sin hacer nada- le contesto Harry
La mujer suspiro y entonces dijo-Yo haré mi trabajo como yo quiera, por otro lado señor Potter-decía la profesora, pero el, la interrumpió
-Es Ashford profesora- al ver la cara de incredulidad Harry le explico- mi apellido es Ashford, profesora, de esa manera podrá diferenciarme de Daniel Potter, según entiendo, usted les da clases a los Slytherin y Gryffindor de primer año
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Distintas Caras de la Misma Moneda[Editando]
FanfictionAquella noche del 31 de julio de 1980 dos niños nacieron y una profecia hicieron Un niño que naceria con el poder necesario para derrotar al señor tenebroso, nacido de aquellos que lo han enfrentado tres veces, pero cuando aquella pareja alla dado...