El Club de Duelo

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Al despertar Harry la mañana del domingo, halló el dormitorio resplandeciente con la luz del sol de invierno, y su brazo otra vez articulado, aunque muy rígido. Se sentó enseguida y miró hacia la cama de Colin, pero estaba oculto tras las largas cortinas que el propio Harry había corrido el día anterior. Al ver que se había despertado, la señora Pomfrey se acercó afanosamente con la bandeja del desayuno, y se puso a flexionarle y estirarle a Harry el brazo y los dedos.

—Todo va bien —le dijo, mientras él apuraba torpemente con su mano izquierda las gachas de avena—. Cuando termines de comer, puedes irte.

Harry salió apresuradamente de la enfermería, deseoso de compartir la información que tenía con su nueva confidente, Ginny Weasley, desafortunadamente no sabía dónde se podría encontrar la chica, después de todo era domingo, asique decidió hablar con la segunda persona que podría escuchar lo que tenía que decir, su segunda confidente, Hermione Greanger, sin embargo tampoco la había podido encontrar, fue entonces que se le ocurrió ir al baño de chicas del segundo piso, el baño que rondaba Myrtle la llorona, no sabía por qué, pero algo le decía que tenía que ir allí, donde seguramente encontraría algo que sería de sumo interés para el

Decidido se dirigió al baño de chicas del segundo piso, donde después de asegurarse de que no merodeaban por el lugar Filch ni ningún prefecto, abrió la puerta y oyó tres voces provenientes de un retrete cerrado, con sumo sigilo se acercó lo suficiente para escuchar, pero para no ser visto y agudizo sus oídos

—Cuanto antes le saquemos a Malfoy una declaración, mejor —esa era la voz de Ronald Weasley—. ¿No piensas igual? Se ve que después del partido de quidditch estaba tan contento que decidió celebrarlo tomando a Colin...

— ¿Y si la cámara de los secretos fue abierta antes? —escucho la voz de Hermione

—Si eso fuese verdad, solo habría una manera de que haya pasado —dijo Weasley con voz de triunfo—. Lucius Malfoy abriría la cámara en sus tiempos de estudiante y ahora le ha explicado a su querido Draco cómo hacerlo.

Esperen, no están queriendo decir que Draco es el heredero de Slytherin ¿o sí? pensó. Él lo había hablado con el rubio y este se notaba impresionado y a la vez envidioso de que Harry pudiera hablar en aquel idioma, pero Draco mismo no, asique decir que el rubio era el heredero era simplemente estúpido aunque reconsiderando el hecho de que el año anterior esos tres habían creído que Snape era el que había querido robar la piedra y no Quirrell, no era para sorprenderse de que su deducción estuviera siendo errónea

—Sin embargo— escucho la voz de su hermano—me gustaría saber qué monstruo hay en ella. Me gustaría saber cómo es posible que nadie se lo haya encontrado merodeando por el colegio.

—Quizá pueda volverse invisible —dijo Hermione—. O quizá pueda disfrazarse, hacerse pasar por una armadura o algo así. He leído algo sobre fantasmas camaleónicos...

—Lees demasiado, Hermione —le dijo Weasley— Oye no crees que podrías tratar de sacarle información sobre la cámara a tu amiguito de Hufflepuff, ya sabes, según nos dijiste el parece tratar de resolver este misterio por su cuenta, seguramente tratara de contarte algo más, si es así podrías decirnos

—P-pero y si se entera... no quiero que se moleste conmigo— comento la chica con vergüenza

—Créeme Hermione, mi hermano no se enterara de nada— le dijo Daniel Potter

O eso es lo que tú crees, pensó Harry saliendo del baño en silencio

Estaba molesto, Greanger le había dado la información a los dos estúpidos Gryffindor, información que él le confió a Hermione pensando que ella no diría nada, solo porque se supone que eran amigos, pero al igual que el resto de sus "amigos", lo había dejado solo, dándole información al enemigo ¡El Enemigo!, ahora la única persona que quedaba a su lado era Ginny Weasley, la chiquilla de primer año, genial estaba completamente solo

Distintas Caras de la Misma Moneda[Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora