Parte 8

17 3 0
                                    

Los dos siguieron caminando y encontraron una serie de hoyos en la parte donde se cultiva, eran demasiado extraños pero ellos no le prestaron atención ya que parecía que habían excavado toda esa parte; pero lo raro es que todos los hoyos se encontraban en una misma línea.

Habiendo pasado más de 60 días con niebla Julian vuelve a encontrar esa extraña chica en la biblioteca y de nuevo Julian sintió una energía proveniente de ella, él asustado, se le acerca y le pregunta:

Julian – ¡Hola!, ¿cómo te llamas?

Antes de que esta chica contestara la pregunta de Julian, Julian observa que está leyendo un libro y es el mismo libro que tiene él, ella le responde rápidamente, asustadiza y volteando la cara hacia la izquierda:

Anónimo – hola me llamo Alejandra.

Julian sigue preguntado:

Julian – creo que es obvio pero ¿te gusta leer?

Alejandra – sí, me encanta.

Julian dejando a un lado que ella no lo miraba a los ojos siguió preguntando:

Julian – y veo que lees el mismo libro que yo, ¿te gusta?

Alejandra – no, no me gusta.

Julian – entonces ¿por qué lo lees?

Alejandra – porque me lo exigieron en el colegio.

Julian apartó la mirada y sin preguntas comenzó a mirar hacia el alrededor, observó la mesa de Alejandra y ella estaba sangrándole la oreja, Julian preocupado le pregunta:

Julian – disculpa no debería importarme pero ¿por qué sangras?

Alejandra no responde, solamente gira la cabeza y su oreja estaba cortada, prácticamente le faltaba el largo de un mondadientes para que se le despegara de la cara, Julian se sorprendió, salió de la biblioteca y empezó a vomitar en el primer bote de basura que encontró, cuando Julián vuelve adentro no la encontró, fue directamente a la recepción y comenzó a describir a Alejandra pero ella le respondió que en ese día nunca la había visto entrar ni salir, Julián se extrañó, cuando pasó por la mesa nuevamente encontró una nota pero no la podía leer ya que parecían un montón de garabatos, Julián decidió irse y llegó a casa a dormir pero no pudo dormir porque no paraba de pensar en esa chica tan extraña y esa nota que dejó.

Amantes de dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora