Caminaba con mi cabeza agachada mientras escuchaba música a través de mis audífonos. 

Puedo afirmar que había olvidado que siempre llevaba mi MP3 conmigo; estos últimos días ni siquiera lo había utilizado, y justo ahora, que volvía a sumergirme e identificarme con las letras de las canciones, me sentía muy raro.

Después de la reunión, tuve que salir por la puerta de atrás de la cafetería porque ví el auto de Vic estacionarse fuera.

Por suerte, la única persona que me había visto fue Juliet, y estuvo dispuesta a ayudarme por si Vic preguntaba por mí.

Agradecí que no hubiera hecho preguntas, porque ni siquiera hubiera sabido que responderle, pero lo único que hizo, fue dedicarme una sonrisa comprensiva y ayudarme a salir por la puerta trasera.

Caminé sin rumbo mientras intentaba no recrear la escena de Danielle y Vic besándose, ni siquiera sabía cómo sentirme al respecto; no sabía si estar triste, enojado, decepcionado, dolido...

No sabía nada de mis emociones, las cuales eran todo un torbellino; y hacía demasiado tiempo que no me sentía así.

Me detuve cuando quedé frente a la casa de Vic, no sabía si debía entrar o si simplemente podía caminar hacia mi casa y no dormir en su casa, aunque sentía un poco de culpa por dejarlo solo y no pasar la noche con él.

Suspiré levemente mientras me daba la vuelta y caminaba hacia mi casa, no tenía ninguna obligación en dormir con él y además, dada la situación, tenía mis razones para que no estuviera molesto.

—¿Kellin?— preguntó la voz de mi mamá cuando cerré la puerta principal a mis espaldas— ¿Qué estás haciendo aquí?

—Vic no llegó a su casa— dije intentando que mi voz no me traicionara— No quería estar solo.

—¿Crees que esté en una fiesta?— preguntó mi mamá con voz soñolienta y bajando las escaleras—.

—Si— contesté— Es Viernes, de seguro lo invitaron a alguna.

—¿Y tú dónde estabas?— preguntó mi mamá llegando a donde yo estaba—.

—Con los chicos— dije mientras apartaba la mirada—.

Mi mamá asintió y me dio un beso en la mejilla mientras volvía a caminar hacia las escaleras con paso lento.

—Deberías llamarle a Vic— dijo mi mamá— Sólo para que no estemos preocupados.

—Si.

Mi mamá terminó de subir las escaleras y caminó hacia su habitación, cerrando la puerta detrás de ella.

Suspiré pesadamente y dejé mi mochila en el suelo, a un lado del perchero.

Empecé a caminar hacia las escaleras y las subí con pasos lentos y pesados, como si sintiera que mis piernas no me respondían.

Un nudo empezó a formarse en mi garganta conforme seguía subiendo las escaleras y por más que intentaba distraerme con la música que seguía sonando a través de mis audífonos, mi mente no podía dejar de reproducir una y otra vez la escena del beso.

No sabía si reír o llorar por la suerte que tenía.

Nunca había querido tener una relación sentimental porque temía terminar herido o herir a la persona; siempre había intentando mantener mis sentimientos al margen, aunque tampoco es como que muchas personas me llamaran la atención, aún así, si llegaban a llamarme la atención me convencía a mí mismo de que era imposible llegar a algo más y a los pocos días dejaban de atraerme, pero con Vic había sido diferente.

You're Perfect [Kellic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora