You're Perfect [Kellic]

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—¡No puedo creer que hayas dicho eso!— exclamó una voz abajo— ¡¿En serio lo dijiste?!

Suspiré cansado de escuchar los gritos
Faltaban al menos 30 minutos para que mi alarma sonara; me moría de sueño pero los gritos fueron los causantes de despertarme. Por más que intenté dormir e ignorarlos, no podía.

—¡Créeme que podría irme de una buena vez!— la voz de mi papá no tardó en oírse— ¡Pero no pienso irme sin Kellin!

—¡Pues ya va siendo hora de que tu hijo tome una decisión!— gritó mi mamá molesta—.

—¡No tienes derecho a presionarlo!— exclamó mi papá—.

—¡Tengo todo el derecho si solo así podría librarme de ti!

Decidí levantarme de mi cama y caminar al pequeño sofá que estaba bajo mi ventana.

Creo que de todos los lugares existentes en esta ciudad y en mi casa, este era mi favorito; era como el lugar donde podía desahogarme mientras veía las luces de las casas del vecindario.

Me senté en el pequeño sillón y observé por un momento el vecindario, luego atraje mis rodillas hacia mi pecho y las rodee con mis brazos, escondí mi cabeza entre ellos y luego simplemente cerré los ojos mientras seguía escuchando los gritos de fondo de mis padres.

Si tan sólo tomara una decisión, los gritos en la casa acabarían.
Pero el problema era que no quería dejar ir a ninguno de los dos, no estaba listo para eso, y era la decisión más difícil que había tomado en mi vida, o más bien, que tomaré.

Me quedé dormido sin pensarlo y sólo desperté hasta que la alarma de mi celular sonó media hora después.

Me levanté del sillón un poco adolorido, y luego caminé hacia mi armario para tomar la ropa que usaría hoy. Caminé hacia la puerta de mi habitación y luego salí al pasillo, rogando por no encontrarme a ninguno de mis padres mientras caminaba hacia el baño.

Por mala suerte, no siempre las cosas estaban a mi favor.

—Buenos días Kellin— saludó mi papá con una sonrisa—.

—Hola.

Antes de que pudiera interrogarme o si quiera verme con el ceño fruncido me apresuré a adentrarme al baño; no pude ni siquiera devolverle la sonrisa a mi padre.

Caminé hacia la regadera y abrí la llave, esperando a que el agua se templara un poco, y mientras tanto, observé mi reflejo en el espejo.

Mis ojos escaneaban cada detalle que el espejo reflejaba, hasta que me detuve en el reflejo de mis ojos, aquellos ojos que había heredado de mi padre; los cuales estaban cristalizados. Y antes de que pudiera evitarlo o siquiera notarlo, una lágrima ya estaba resbalando por mi mejilla, la limpie rápidamente, pero luego cayó una inmediatamente, y luego otra y otra más, hasta que ya no pude contenerme y deje que mis lágrimas cayeran libremente y recorrieran mi rostro.

Supe que mi día sería un asco.

(...)

Salí de mi casa sin desayunar, ni siquiera pensé en eso hasta que ya me encontraba caminando hacia la parada del autobús, con mi mirada agachada, viendo el pavimento de la calle y mientras reflexionaba sobre lo que había escuchado y de la decisión que tendría que tomar rápidamente.

Escuche un claxón de coche sonar muy cerca de mi, así que alce la mirada para ver si era para mí.

Me encontré con Vic, quien iba en su coche, avanzando lentamente a mi lado.