Capítulo 6

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Me desperté y sentí toda mi espalda dura, gracias a la cama horrible del hospital. Al parecer ya llevaba unos días en esta cárcel porque mi abuela ya tenia había convertido el sillón de la sala en una cama con almohada y frazadas para poder dormir tranquila. Trato de girar la cabeza para ver al resto de la sala, pero no podía no se porqué.

Ya veo que me metieron alguna droga o algo por el estilo y me dejaron re duro. Obvio que se comerían EL juicio y yo me comería EL asado para festejar. Gire mi cabeza y la deje caer en la almohada y vi a Matias sentado con la cabeza colgando de un costado y la boca media entreabierta.

Juro que si podría moverme me levantaría para meterle algo en la boca, pero apenas pude girar mi cabeza, así que imagínese. 

Vuelvo mi cabeza al medio y quedé mirando a la puerta pensando que mierda había pasado para que este acá. Veo que unos doctores pasan caminando y miran hacia adentro, veo como vuelven para atrás y entran corriendo hasta mi.

–Buenos días, Manu...

–Manuel –la doctora ordena unas cosas que estaban en la mesita y el doctor anotaba unas cosas y salió de la sala.

–¿Ya se despertó? –Matias vino corriendo hasta mi con cara de dormido, y lo confirmo, tenía un hilo de baba seca en su pera.

Cerré los ojos cuando vi a Matias, algo adentro mio me lastimo: Matias. Jennifer.

***

–Abuela, gracias por bancarme –

–No te creas que me pagas esto así fácil, eh –se inclinó para darme un beso en la frente y se fue a buscarme la cena. 

–¿Que día es hoy? –pregunté, para al menos hablar con mi mejor amigo aunque en estos momentos no me vendría nada mal que desaparezca de la faz de la tierra. Digo, no. 

–Martes.

Me sonrió y se sentó conmigo en la camilla.

–¿Estuve cuatro días dormido?

–No estabas dormido tarado, solamente se pasaron un poco mucho con la pastillita dormilona –reímos y le pegue en el hombro. Todavía lo quiero.

–En realidad....

–No hace falta que me lo digas Manuel, yo te vi que de noche te levantabas para tomar más de las pastillitas. Tranquilo amigo, las drogas no son buenas.

–Sos lo más boludo que hay Matias –empezamos a reír y después de un ratito tocan a la puerta, sin ver quien es–. ¡Pase! 

Apareció ella, esa rubia tarada que casi sin verla, casi sin hablar, me hacia feliz.




SHE LOOKS SO PERFECTbueno hola dulzuras, un gusto. Soy la otra rubia, la mayor. Bueno muchísimas gracias por sus votos y sus comentarios, les juro que las amo♥ PARA TODAS LAS READERS FANTASMAS DEJEN AL MENOS SU VOTO porfi. Muchísimas gracias!

1) ¿Que les gustaría que pase con Manuel, Matias y Jenn?

2) ¿Que cosas les gustaría saber de nosotras, las escritoras?

LAS AMO Y porfa voten y comenten muchomucho♥

Besos♥

El diario de un chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora