"Relación a distancia." [Sabo x Ace] (One Piece)

||Capítulo 11: Perdido||

A la mañana siguiente.

Un rubio llegaba a la casa que había dejado atrás hace unos meses, tocó la puerta y esperó a que abrieran.

Ésta se abrió después de varios minutos de haber tocado.

—¿Sabo?

—Luffy —Sonrió, estaría preocupado pero realmente le alegraba ver a su hermanito.

Luffy lo invitó a pasar, dejando ver el desastre que estaba en la sala, algunas cajas de comida a domicilio tiradas por todos lados. No dijo nada al respecto por que tenía prisa.

—¿Y Ace? —Preguntó.

—Ace no llegó a casa. —Respondió serio.

Se sorprendió, Luffy nunca le había tratado así de... Cortante.

—¿Estás enterado de lo que pasó?... —Tembló un poco.

—Sí.

—Ha sido un malentendido.

—Sabo, te quiero mucho... Pero lo que ha pasado... Ya conoces a Ace —Lo miró triste, el corazón de Sabo sintió la culpa, realmente había lastimado a su hermano.

—Fue un malentendido, por eso vengo a explicarle, sino fuera así no tendría razones ni el valor de verle a la cara —Dijo con firmeza.

Vio como el monito sonrió a aquello, confió en su palabra.

—¿No te dijo a donde fue? —Se levantó, decidido a buscar a su, esperaba, aún novio.

—No, me dijo q estaría en casa de un amigo y que volvería después —Recordó las palabras de su hermano.

—Joder...

Lo pensó, Ace tenía bastantes amigos del trabajo y con los que mantenía contacto de la escuela, sino había dicho uno en especial, tendría que consultar a todos.

—Bueno... Iré a buscarlo —Dio un último sorbo al agua y salió de la casa, no descansaría hasta encontrarlo.

Visitó a Izou, que vivía unas cuadras más lejos que ellos; Vista, el más lejano pues se ubicaba a la salida de la ciudad; Namur, Haruta, Athos...

Hasta finalmente llegar al de su amigo cocinero.

Tatch.

—Marco. —Dijo apenas lo vio en su puerta.

—¿Uh?

—Si buscas a Ace, está con Marco. —Dijo serio, no tardó en reaccionar y se fue corriendo a casa del otro rubio.

—¡Gracias! —Gritó una vez estuvo lejos.

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Se adentró al edificio, preguntó por el rubio y le dijeron el número de la habitación de éste, no sin antes haberle avisado a éste.

Tenía los nervios de punta al acercarse a su destino, no pudo evitar la sorpresa al ver al rubio afuera de su departamento.

—Hola, Mar- —No terminó y sintió un puño en su mejilla, se golpeó en la pared por la fuerza en la que se lo había dado.

—No eres bienvenido aquí, vete —Escupió con rabia.

—Déjame verlo... Por favor. —Pidió, sin mirarlo a los ojos.

—No. —Se dio la vuelta, Sabo lo sostuvo del brazo con fuerza.

—Marco, porfavor... —Le pidió, suplicó, para que lo escuchara.