Un buen recuerdo.

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 Un buen recuerdo

Me levante temprano como de costumbre, cepille mis dientes, me dirigí al ropero y oh sorpresa aun estando totalmente lleno de ropa no encontraba que ponerme… por lo tanto tome lo primero que encontré lo cual era un blusa negra manga larga, un jean blanco y unas zapatillas blancas, me bañe y desayune.

Solía pasar la mayor parte del tiempo pensando en la muerte, haciéndome preguntas estúpidas, leyendo libros, jugando video juegos y acostada en mi cama; pero hoy no podía hacer tales cosas ya que tenía que acompañar a Stephanie a el parque municipal ya que tenía una cita con quizá su próximo novio.

-¡Vaioleth, llamo tu amiga al teléfono, dice que pasa a recogerte en 15 minutos, ¿Estas lista?!

-¡Si lo estoy, gracias mamá!

Stephanie era mi única y fiel amiga, era una chica atractiva, cabello castaño, sus ojos eran color miel y su piel era morena… y bueno yo era una chica normal, piel blanca cabello castaño, ojos claros y bueno… Esa era yo. El caso es que  a su lado todos pasaban un rato agradable, era alguien que irradiaba felicidad por así decirlo. Siendo sincera no entiendo como alguien como ella pudo llegar a ser mi amiga.

Pasaron los 15 minutos sin darme cuenta, cuando tocaron el timbre de mi casa, baje las escaleras como alma que lleva el diablo.

-Adiós mamá vuelvo en la tarde, te quiero.

-Vaioleth!, cuídate mucho yo también te quiero hija- dijo mientras salía

Fuera de la casa Stephanie, me esperaba con una gran sonrisa y me saludo de beso en la mejilla.

-Hola Vaioleth, querida.

-Hola Chiquilla –sonreí.

Caminamos hasta el parque, lo que nos tomó cerca de 40 minutos, estuvimos platicando sobre cómo nos estaba yendo en las vacaciones, cuando llegamos un joven apuesto la estaba esperando, nos saludó y yo decidí dejarlos  solos, claro está que no quería ser la violinista soltera del paseo.

-¿A dónde vas querida?-dijo Stephanie.

-Voy a caminar un rato, llámame si necesitas algo.

-No lo dudes.

-Vale.- sonreí

Anduve deambulando por el parque el cual era tan grande como mi colegio multiplicado por el triple, como el llanero solitario, y decidí sentarme en una banca a esperar la llamada de mi amiga.

Estuve pensando en tantas cosas.

-Waooh-  dije para mí misma- Me siento sola, aun cuando hay tanta gente en este parque, supongo que podemos sentirnos solos aun cuando mucha gente nos rodee, soy una marginada-Pensé.

De repente sentí unos ojos puestos en mí, un chico me estaba mirando.

Estaba absolutamente segura que no lo había visto antes. Delgadamente muscular, su cabello era negro, liso y despeinado, alto. Parecía de mi edad quizá me llevaba tan solo unos meses de ventaja, estaba sentado con sus ojos azules mirándome fijamente, tenía las dos manos metidas en los bolsillos de su pantalón negro, se encontraba recostado a un poste. Cuando me di cuenta yo también lo observaba fijamente así que quite inmediatamente mi vista de ese lugar.

Vaya yo me encontraba despeinada, con ese atuendo casual, y escuchando por mi reproductor mp3  “Lego house” de Ed Sheeran. Y sin embargo le di una vista por segunda vez. Carajo aun me seguía mirando, agache la mirada en cuestión de segundos dirigiendo mi vista al suelo, de pronto vi unas zapatillas negras. Oh no, eran los pies de una persona.

Un buen recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora