Cap. 5

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Cap. 5

 

El 17 de mayo luego de ser novios oficialmente alrededor de tres semanas transcurridas Sebastián me llamo e invito a una fiesta a la cual habían solicitado nuestra presencia, la celebración se realizaba por los cumpleaños de Ryan, el mejor amigo de Sebastián y por lo consiguiente me llevaba de maravilla con él, me duche y me vestí me blusa negra con estampado floral, chaleco de jean azul, jean negro y zapatillas azules, Sebastián paso por mí y estaba vestido completamente de negro exceptuando su saco gris.

-Estas hermosa como siempre mi amor.

-Tú y tu manera peculiar de enamorarme día tras día.

Sonreímos y nos besamos apasionadamente, entonces nos despedimos de mi madre y partimos hacia el festejo… luego de llegar a la fiesta, nos saludó Ryan el cual era un chico rubio, físicamente apuesto, media cerca de 1.75 y con su color de piel excesivamente blanca.

-¡Chicos!, me alegra tanto que pudieran asistir, par de tortolos- Sonrió.

-Felicidades por tu cumpleaños Ryan-Dije sonriendo.

-Hermano, felicidades amigo mío.- replico Sebastián mientras sellaba el saludo con un cálido abrazo entre amigos.

Al entrar a la residencia donde yacía la fiesta, una chica de cabello rizado, rubio, largo y un cuerpo como de modelo no apartaba la mirada de Sebastián, mientras me miraba de reojo y diría yo con un gesto amenazador. Le comente a Sebastián el cual no se había percatado de la presencia de la chica lo que sucedía.

-Amor, la chica sentada en aquel sofá rojo, no ha dejado de mirarnos desde que llegamos.

-Oh... vaya no esperaba encontrarla acá, ¡oh Dios…! –Dijo Sebastián mientras hacía gestos, parecía horrorizado y su vos temblaba nerviosamente.

-¿Cuál es el problema Parker?-pregunte angustiada.

Sebastián no me respondió, entonces señalo hacia Ryan y le grito para que se acercara, Ryan inmediatamente se percató y acudió en seguida.

-¿Qué hace Érica aquí Ryan?, debiste haberme avisado que ella vendría-Replico Sebastián en tono enojado.

-No sabía que ella vendría pero Daniela (la novia de Ryan) la invito…lo siento.

-Necesito que alguien me explique lo que ocurre aquí- Alce la voz mientras exigía respuestas.

Ambos chicos se miraron entonces Sebastián dijo:

-Veras…Vaioleth, ella es mi ex novia, duramos aproximadamente dos años, y bueno no es como si aún yo…la quisiera.- respondió .percate un tono dudoso en su vos mientras me respondía, agache la cabeza y me encogí de hombros sin encontrar palabras para pronunciar.

-Ahora estas tu mi princesa, no tienes por qué dudar, eres y serás la mujer de mi vida, lo supe desde el primer momento en el que te vi.- continuo- ella es pasado mi amor.

-Gracias...- no pude decir más.

Me encontraba desesperada, por alguna razón el pecho me dolía, era de esperar que su ex novia fuese hermosa, no tenía más remedio que resignarme y aceptar la situación; entonces Érica se acercó a la mesa en la que nos encontrábamos y saludo a Sebastián.

-Hola Sebastián, ha pasado ya mucho tiempo.

-¿Quién eres? –Pregunto Sebastián mientras tomaba mi mano y le hacía gestos de interrogación a Érica, claro está que mentía, ya que sabía perfectamente quien era, ¡me lo acababa de decir!

-¿Qué?, tan rápido te has olvidado de mi-Repuso Érica desconcertada.

-Oh… espera ahora lo recuerdo, eres Érica- sonrió.

-Así es Sebastián, soy tu ex novia.

-¿Qué tal estas? Ha pasado ya bastante tiempo.

-Uhmm sí, estoy bien gracias, por lo que veo estás feliz con tu nueva novia. Entonces vio fijamente, y me lanzaba una mirada amenazadora.

-As acertado Érica, soy feliz con Vaioleth… por cierto te la presento.

¡Era enserio!, ¿me iba a presentar a su ex novia?...!! Tenía una mezcla de desespero, rabia, impotencia (ya que no podía negarme, seria excesivamente descortés decirle) “Oye, Sebastián es solo mío, y no me interesa dirigir una palabra más en lo más mínimo contigo”; el caso era que esto suponía eran los famosos celos, sin embargo ambas estiramos la manos y la apretamos en símbolo de saludo.

-Es un gusto, mi nombre es Vaioleth.- dije, fingiendo una sonrisa.

-El gusto es mío, soy Érica.- su tono se escuchó sarcástico.

No dirigí más palabras, Sebastián también permaneció callado, así que el silencio se tornó incomodo, percate que Sebastián y Érica se miraban fijamente y entonces recordé ese viejo refrán “donde hubo fuego cenizas quedan”.

Érica se acercó de la nada, quedando frente a Sebastián y se le lanzo dándole un beso.

-No he podido olvidarte Sebastián-Dijo Érica murmurando.

-¡Érica!, ¡qué te pasa acaso ‘ambos no dejamos las cosas claras?!

-¡Sabes que no me has olvidado!, y mira con quién andas, con esa chica común y corriente, mírala nomas Sebastián, despeinada, con esa vestimenta tan fuera de moda, ¿acaso estás loco?, ¡¿escoger a alguien así, antes que a mí?!

-¡Y si lo estoy ¿Cuál es el problema?! Ella es la mujer a quien amo, es la mujer de mi vida, es perfecta- gritaba Sebastián mientras que todos alrededor percataban la escena.

 No sabía que decir o hacer, estaba en shock, desconcertada, ¿Por qué Érica tenía que gritar todo eso? Claro está que ya lo sabía, pero no era necesario recordarlo, nadie desea recordar que es fea las 24 horas del día, menos cuando el chico que te gusta y al que quieres está al frente tuyo.

Cuando me toque el rostro estaba empapado de lágrimas que escurrían hasta mi cuello, entonces me pare y Salí casi corriendo de aquel aposento, en realidad no sé cómo termino la discusión; tome un taxi y pude ver que Sebastián intento alcánzame mientras corría pero le resultó imposible.

Entre a mi casa, y me recosté en el sofá, mi madre no estaba, en mi móvil habían cerca de 54 llamadas por parte de Sebastián, 24 de Ryan y 31 de Stephanie sin contestar; seguramente Sebastián le contó lo sucedido a Stephanie y por ello se había intentado comunicar conmigo; por otra parte no dejaba de llorar recordando la escena, era doloroso recordar.

“Eres estúpida” pensaba, debí haber retirado a Érica de Sebastián y dejarle claro a quien le pertenecía ahora, por otro lado Sebastián debió meterle un puño en la cara, dejando de lado y olvidándose que Érica era mujer por un segundo. Dios tenía tanta rabia, con todos y conmigo misma

Luego de calmarme el timbre de la casa sonó, entonces atendí y como era de esperar Sebastián estaba al otro lado de la puerta.

-Ciento que hayas tenido que pasar por eso Vaioleth- dijo, mientras me abrazaba, y continuo- jamás hubiera imaginado la reacción que tendría Érica, ella mi amor, no te llega a los talones, te amo tanto.

No pude pronunciar palabra, respondí a su abrazo agarrándolo aún más fuerte. Ambos nos encontrábamos llorando y abrazándonos, finamente nos dimos un beso entre lágrimas.

-Te amo Sebastián- Dije mirándolo a los ojos.

-Y yo a ti señorita Goulding.

Sonreímos.

Un buen recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora