Cap. 7

439 16 0
                                    

Cap. 7

 

Al llegar a mi casa, sentí deseos de abrazar y desahogarme con mi madre, pero por motivos de trabajo, esa noche no llegaría a casa temprano, no quise llamar a Stephanie, porque, seguramente, dañaría la velada con su galán.

No cene aquella noche, me dirigí hasta mi cuarto, me quite los zapatos, busque mi reproductor Mp3, me tire en la cama, abrase mi almohada y llore, no por aquel infeliz, si no, por lo estúpida que fui al creer tantas mentiras, y al recordar todo lo vivido, entonces me dije a mi misma que esto no era tan malo, el tiempo lo curaría; porque el tiempo cura todo. Quizá esto era uno de esos tantos golpes que te da la vida, y ya el karma se encargaría de hacerlo pagar por todo.

Me imagine, mostrándole a mis hijos a Sebastián en unos años, y susurrándoles que ese podría haber sido su padre, pero lo había echado todo a perder, como lo hacen todos los pendejos y advirtiéndoles que jamás fuesen como él; entonces embosque una sonrisa y me dispuse a dormir.

A la mañana siguiente le conté todo a mi madre,  y en su rostro se percibía sed de venganza.

-Los hombres suelen enamorarte, prometer darte todas las estrellas, para luego cambiar tu amor por otro, se fuerte mi niña- Dijo mi madre, mientras me abrazaba fuertemente.

Le agradecí por su apoyo, y llame de inmediato a Stephanie, ella tenía que ser la segunda persona, luego de mi madre, en darse cuenta de lo que sucedió, y efectivamente lo hice detalladamente.

-Eres mi heroína Vaioleth.- Decía Stephanie, por teléfono mientras reíamos.

-Lo sé, lo sé, soy tan ruda, como para no llorar, luego de que hagan picadillo mi corazón.- dije en son de broma.

Ambas reímos.

-Estas cordialmente invitada a mi casa, veremos películas toda la noche, ¿qué te parece?

-Estupenda idea, Stephanie haya nos veremos querida.

-Esa es la actitud, Vaioleth, me enorgulleces.

No pude evitar reír.

Tendría que esperar que llegara la noche, así mi madre me llevaría a la casa de Stephanie;  entonces agarre mi móvil, y encontré 103 llamadas sin contestar, echas por Sebastián, y 47 mensajes de texto, a decir verdad tuve curiosidad por leerlos, sin embargó los borre, sin siquiera, darles un vistazo.

Sebastián continúo llamando y enviando mensajes, los cuales ignore por completo, me dispuse a terminar con la relación de raíz,  por lo tanto evitaría a Sebastián, en lo más posible.

Son los locos, los que inventaron el amor, pensé, nadie en su sano juicio inventaría algo que doliese tanto.

-¡Vaioleth, te necesitan al teléfono!- Grito mi madre.

-En seguida atiendo- Respondí, no podía ser Sebastián, mi madre inmediatamente le abría colgado.

-Hola, Vaioleth, ¿cómo te encuentras?- Pregunto Ryan.

-¡Vaya, Ryan!, estoy feliz de que me llamaras, te agradezco tanto lo de... Bueno, ya sabes… lo de anoche, de verdad muchas gracias.

-No es nada Vaioleth, suenas más animada.

-Por supuesto, decidí no llorar oh deprimirme, por alguien quien no valga la pena.

En realidad, no estaba animada, estaba destrozada, deprimida, pero como siempre, fingía estar bien; en realidad no lo entiendo, no me entiendo, puedo sonrió y me divierto, pero en el fondo siento un vacío, que no desaparece, por más de que ría a carcajadas.

-Me encanta tu pensamiento positivo, Vaioleth.

-De nuevo te lo agradezco, Ryan.

-No fue nada, cuídate Vaioleth.

-Adiós, lo mismo te deseo.

Luego de llegar la noche, mi madre me llevo a casa de Stephanie, pedimos una pizza, ya que sus padres no se encontraban en casa, alquilamos películas románticas, pero antes de reproducirlas, hablamos y recordamos cuando éramos niñas y estudiábamos en primaria, solíamos pararnos, con la excusa de sacarle punta al lápiz, tan solo para platicar. Jamás tocamos en tema de Sebastián y Érica.

-Vamos, hora de ver la película- concluyo Stephanie.

-Estoy de acuerdo, vamos reproduce esa porquería.-Sonreí

-Es tan solo una película romántica.- se hecho a reír.

La película que vimos se titulaba, “Posdata: Te amo” no puedo negar, la película fue hermosa, y con un desenlace triste y bonito, a la vez, Pero como toda típica película romántica, la chica termina con un galán, viviendo felices para siempre.

-Estúpidas películas, que nos ilusionan y hacen pensar que enamorándonos, tendremos un final feliz.- Comente, mientras hacía gestos graciosos.

-Tienes toda la razón, todo lo pintan color de rosa.- argumento Stephanie, entre risas.

-Claro, que la tengo.- sonreí.

De repente mi móvil sonó, era Sebastián, Stephanie y yo nos miramos, note una mirada perversa en su rostro, entonces tomo el celular, lo coloco en altavoz y dijo:

-Oh, Hola, pedazo de mierda.- Quería reír, pero de inmediato recobraba la compostura.

-Stephanie, no es lo que piensas- Hubo un minuto de silencio, atravesó de ambas líneas, Stephanie no hablo, esperando que continuase, sin embargo este no lo hiso.

-No quiero, escúchame bien, Sebastián, no quiero, que jamás, vuelvas a intentar buscar a Vaioleth, no quiero que la llames, vayas a su casa, o envíes mensajes- Stephanie. Respiro y continuo.- Espero que te quede claro, no sabes con quien estás hablando.

-Lo entiendo, dile a Vaioleth, que espero, algún día me perdone, lo lamento.

-Ni te creas, eres un completo idiota, con un “lo lamento” no solucionas nada, que te crees acaso, jugar con mujeres, y ser un rompe corazones, te faltan cojones.- Explote, y de inmediato colgué la llamada.

Stephanie, me observaba con gran asombro, mientras, no me creía, ser capaz de decir aquello, entonces mi amiga, se lanzó, con sus brazos abiertos y me abraso fuertemente.

-Estoy a punto de llorar, creciste y maduraste tan rápido, querida, me llenas de gran orgullo.- Dijo estepario, mientras actuaba, como si se secara lágrimas de sus ojos.

 -Ni yo, me la creo, ¿en realidad, lo dije?

-Claro que lo hiciste.

Ambas sonreímos.

-Vale, vale, hora de dormir, son las 2:30 de la madrugada, estoy cansada.- Dije.

-Entonces que así sea, a dormir.

-Buenas noches Stephanie.

-Buenas noches, querida.

Apagamos las luces, y al tocar la almohada, me quede dormida de inmediato.

Un buen recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora