Cap. 4

511 17 1
                                    

Cap. 4

 

 

Habían transcurrido alrededor de 3 meses desde que lo había conocido, todos los días platicaba con Sebastián, ya fuera en citas, por mensajes de texto o por llamadas telefónicas, este chico me gustaba y era el hombre al cual quería. El 24 de abril teníamos una cita planeada, me vestí completamente informal, llevaba puestas unas zapatillas negras con azul, jean negro, top color negro y una camisa la cual me quedaba de cierta forma grande de color azul. El por su parte llevaba un saco blanco, jeans azules ajustados y zapatillas blancas.

-Señorita Parker luce usted hermosa… su melena despeinada me fascina.- Dijo de manera que solo yo escuchara mientras sonreía.

-No está en condiciones de decirme eso señor Parker, mírese usted completamente sexy y despeinado- dije sonriendo.

-Pues  déjeme decirle que luce como alguien que ha perdido la cordura, con su atuendo actual y su cabello rebelde.

-Nos encontramos en la misma situación, somos locos navegando por un mar de cuerdos.

-Lo somos.-Dijo mientras hacía muecas cómicas.

Sonreímos.

Nos dirigimos a comprar helados, el escogió de vainilla mientras yo decidí irme por el chocolate, luego de esto nos sentamos en una banca… y hay estábamos en el mismo parque municipal, en la mismo pasillo en el cual nos encontramos, pero esta vez estábamos uno al lado del otro  y tomando un helado mientras observábamos el panorama.

Había una pareja de niños jugando, entonces llegaron al parecer dos amigas de la niña, y empezaron a gritar “¡Dahian y Felipe son novios! ¡Bésense, bésense…!” entonces el niño se le acercó a la niña y le robo un beso de sorpresa; había sido una escena hermosa de repente Sebastián sonrió y me lanzó una mirada coqueta.

-Supongo que es la hora…-Dijo en tono nervioso.

-¿La hora?- Repetí casi tartamudeando.

-Así es Goulding, repetiré la misma pregunta que te hice hace unos meses-Dijo, pero esta vez serio y ruborizado.

Ya estaba segura de lo que iba a preguntar, sabía que me pediría ser su novia por segunda vez. Mi corazón palpitaba fuerte, y ya me había percatado de lo roja que estaba, este tipo...Dios este tipo era tan sexy y adorable, y me iba a proponer un noviazgo por segunda vez, pero esta vez habíamos hablado, nos conocíamos no del todo pero si lo suficiente, y me gustaba.

-Ya te imaginarás mi pregunta…-respiró hondo y continuo-¿Vaioleth Goulding querría usted ser mi novia?, claro está, no tolero ni permito un “no” como respuesta.

-Señor Parker, me encantaría ser su novia.-Respondí nerviosa y sonrojada.

-Ahora, tengo a la joven más hermosa sobre la fas de la tierra como novia... por fin la tengo.-Dijo emocionado.

-Exagerado.-Dije sonriendo.

Entonces se acercó lentamente mientras me miraba fijamente, me rodeo con sus brazos y sello en broche de oro con un beso suave y cálido.

-Te quiero Vaioleth-Susurro a mi oído.

-Y yo a ti- Respondí.

-¡Señoras y señores!-Grito de sorpresa, mientras me señalaba- Esta chica que ven aquí, hoy es oficialmente mi novia, mi futura esposa, y quizá la madre de mis hijos-Sonrió.

Entonces todos alrededor voltearon a ver, se escucharon gritos de felicidad y aplausos… era una pareja a la que no conocían y sin embargo irradiaban felicidad por nosotros. Yo mientras tanto permanecía encogida de hombros y roja como un tomate, mientras Sebastián sonreía y me miraba.

 -Es un hecho, estas completamente loco Parker.

-Desgraciadamente lo estoy, as aceptado a un loco como novio.

-Lo he hecho, y no me arrepiento.

Entonces sonreímos, y de nuevo nos besamos.

Luego de esto nos dirigimos a mi casa, al llegar tocamos la puerta y abrió mi madre.

-Buenas noches señora Katherine-Dijo Sebastián.

-Buenas noches jovencito-Sonrió.

-Mamá, Veras pues… Sebastián ahora es mi…-Sebastián entonces hablo sin dejarme terminar.

-Hoy oficialmente me convertí en el novio e su hija, queríamos informárselo y esperamos lo acepte, sin embargo así usted no lo quiera, no la dejare- Dijo seguro y firme, pero nervioso.

-¡Ya era hora!-Respondió mi madre a gritos de felicidad, continuo- creí que jamás se lo pedirías Sebastián, Dios estoy tan feliz, solo espero que no le causes ningún daño a mi querida hija.

Ambos quedamos sorprendidos de su respuesta y aliviados.

-Jamás lo haría, Gracias querida suegra-Dijo Sebastián sonriendo.

-Gracias mamá.-Dije

-Me hacen feliz par de tortolitos.-Respondió mi madre mientras sonreía de oreja a oreja.

Cuando términos de platicar los tres, Sebastián se marchó hacia su casa, mi madre y yo nos dirigimos a dormir, y cuando me encontraba en mi cama, me llego un mensaje de texto.

“Ahora soy tan feliz, te lo agradezco tanto Goulding, ten una buena noche te quiero.”

El mensaje era corto, pero me había tan feliz. Entonces respondí…

“Yo también me encuentro feliz, gracias a ti Parker, dulces sueños; te quiero”. 

Un buen recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora