Capítulo final

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Contado por Israel

-Corre Justin -le grité ya que los licántropos comenzaban a reducir el espacio entre nosotros. Eran muy veloces, mas de lo que hubiera imaginado.

-Eso estoy haciendo, pero no hay forma de que podamos escapar. Tenemos que luchar.

-Estás loco -repliqué-. Son demasiados, nos matarán. No podemos luchar contra ellos, no sin magia.

-Y cuando crees que podamos hacer magia de nuevo.

-No estoy seguro. Durante nuestra estadía en la escuela recuerdo haber leído que los eventos astronómicos podían afectar nuestra magia, claro que no sabía que podía llegar al punto de suprimirla. Si la desaparición de la magia se debe a eso, en teoría solo debe durar algunos minutos.

-¿Y cuanto tiempo llevamos?

-Tal vez cinco minutos o un poco mas, no tengo idea Justin estoy corriendo por mi vida.

Llevabamos un rato corriendo y los licántropos cada vez acortaban la distancia, teníamos que hacer algo, o estaríamos muertos tarde o temprano. Pero no había forma de escapar los licántropos sellaron las entradas cuando creían que seríamos atacados así que no hay forma de salir, a menos que no hayan bloqueado todas, alguna debieron haber dejado para poder comunicarse o salir de emergencia como ahora. Eso era, la salida de emergencia por donde me sacaron cuendo fingí ponerme mal. Pero si lograbamos llegar y salir, los licántropos también lo harían y eso sería peligroso.

-¿En qué estás pensando? -pregunta Justin.

-En que tenemos que llegar a la salida para... -guardo silencio cuando un olor inconfundible llega hasta mi desde la zona de las casas-. ¡Oh por Dios! -grito al darme cuenta que me olvidé de las chicas.

-¿Qué?

-Davina y Kelly, me olvidé de ellas. Tenemos que ir a buscarlas, pueden estar heridas.

-Tenemos que salir de aquí, lo único que lograrías si es que aún siguen con vida, sería llevar la muerte hasta ellas con esta cantidad de licántropos.

Justin apresura el paso y yo lo hago también. Los licántropos están a solo unos metros.

-Salta Israel -ordena Justin-. Hacia la pared y escalamos.

No me da tiempo de decir palabra alguna porque saltó hacia la "pared" -si se le puede llamar así al límite de este agujero bajo tierra que está formado por roca, tierra y demas- y comenzó a escalar.

Lo imite y escalamos varios metros.

Los licántropos chocaron contra la piedra, intentaban alcanzarnos pero no podían escalar. Me sostuve con fuerza, una caída sería como lanzarme a los brazos de la muerte.

-¿Cómo supiste que no podían escalar? -cuestioné.

-La clase sobre licántropos -responde-. Aunque no lo parezca ponía atención en ellas.

Yo no lo recordaba, supongo que tampoco puedo recordar todo, después de todo no soy perfecto.

-¿Y ahora qué? -pregunté mirando a los licantropos que se reunían bajo nosotros.

-Y ahora llegamos a alguna salida.

-No hacia alguna salida -corrijo-. A la salida de emergencia. Tenemos que sacarlos  para después buscar a las chicas.

Parecía que iba a replicar sobre eso, pero guardó silencio y comenzó a avanzar de manera horizontal por la pares.

-¿Qué se supone que haces?

IV: El descendiente del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora