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Aunque en muchas ocasiones había pecado de curioso, y esta vez solo parecía que era otra de esas veces. Se sintió distinto.

—No puedo dar muchos detalles, porque ella se molestaría.—Dijo el menor moqueando, hizo un mohín que hizo mella en Jimin, y aún más en Taehyung.

Se quedó varios minutos viendo las expresiones de aquel chico que contaba con paciencia que Elena tenía un familiar en el hospital que significaba todo para ella - su abuelo- el hombre que la admiraba, la cuidaba y quería. Taehyung se unió al gimoteo del menor, y Jimin lo entendía, no hace mucho había fallecido su abuelo, y sufrió mucho.

Nuevamente, perdido entre aquella ola de palabras, Jimin no dejaba de comprar las expresiones del menor con las que había visto en aquel libro.

El talento—de los dibujos de Elena—era indiscutible.  Y eso que Jimin no sabía mucho de dibujo.

[...]

La melena caía en el filo de la cama, y aquel cuerpecillo enfundado en ropa de casa (que en su tiempo fue ropa de salir de primera línea) era cubierto por una manta de hospital con el nombre a un costado.

—Bichito.—Dijo aquel hombre de voz gruesa. Como un susurro.  Con cansancio. Con dolor.

La chica, elevó la cabeza y bostezo para sonreír a su abuelo.

—¿Estas mejor? ¿Te traigo algo? ¿Quieres que llame a mamá? ¿O a la enfermera? —Dijo acelerada mientras se reincorporaba y se decidía a salir.

El anciano, tomó la mano de su nieta, y la apretó —como pudo—con la poca fuerza que le iba quedando.

Parecía que con cada suspiro se le iba acortando el tiempo, como si su vida —o lo que quedaba— fuera  un reloj de arena.

Él . Lo sabía.
Ella. Lo intuía.

—Siéntate Elena. —Silencio.—Te lo dije .—Silencio.—En su momento. —Silencio.—Tendré que irme.

—No te despidas.

El nudo en el pecho, en la garganta, en todo su cuerpo. Se sentía engarrotada. Como si se le estuviera quitando vida.

—Bichito...—Dejó caer las palabras que Elena sintió como dagas clavadas directamente en el corazón.

Le dolía escuchar ese tono de despedida. Le molestaba odiar esa situación. Ya lo había aceptado cuando llegó la noticia. ¿Entonces? ¿Por qué se comportaba así?

—No te vayas. No me dejes. Aún te necesito.

—Bichito, ya he hecho todo lo que tenía que hacer en esta vida. Es hora. He terminado aquí. Y tu podrás continuar. Al principio te dolerá pero seguirás adelante, y pasará. Además, siempre estaré contigo. Ahí dentro, en tu corazón.

Con cada día que pasó después de ello, sentía que una canción trágica se escuchaba en su mente.

Más concretamente.

Requiem. De Mozart.

Y dolía. Ahí, de luto. Dolía más. En el funeral.

[...]

Kim Namjoon, nieto de Kim SungJoo , quién había sido mejor amigo del abuelo de Elena, pidió a su nieto que le acompañará al funeral.

Namjoon, quién era muy unido a su abuelo, accedió. No sin antes pedir a su novio, que le acompañara. Seokjin.

Pero debido a que este—para buenas o malas—estaba unido en una amistad rara a Elena, decidió quedarse con ella. A lo que Namjoon entendió, y optó por llamar a otro de sus amigos. Jimin, quién accedió aún sin saber de quién era el funeral.

Lo que no te dije | Park Jimin | but not only(?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora