25. Las Bestias del Plenilunio

110 9 1
                                    

Corrí hasta que el bosque volvió a ser normal de nuevo. En algún tramo había perdido a la chica loca, pero no me detuve. El que ella me dijera sin más que sabía todo sobre Kurjak y yo me dejó perpleja, además temía que cometiera alguna locura como asesinarme en medio del bosque.

—Ahí estas —Breanna me rodeo con sus brazos cuando me vio salir detrás de un árbol. Se veía muy preocupada.

—Ya te pensábamos muerta —señaló Eoghan.

—No tanto así —dijo Samaria quitando una ramita de mi cabello.

—¿Cómo no? si los humanos mueren tan fácil. Yo he leído que se caen y mueren, se bañan y mueren, comen y se mueren, se asustan y mueren. ¿Demonios, hay algo por lo que los humanos no se mueran? —me recorrió de pies a cabeza— ¿Segura que no te has muerto aún?

—No —me aparté de las manos de Breanna y Samaria que se apresuraban a comprobar alguna herida. —Estoy bien. No estoy muerta.

—Recorrimos todo el bosque y no encontramos tu rastro.

—Creí que tú... —Breanna miró a Samaria de reojo y susurró— me había dejado atrás.

—No me iría sin decírtelo —le susurré de vuelta, para después agregar en voz alta —Yo... me perdí.

No me atreví a contarle de mi aventura con la chica loca. Era tan surreal y aterradora que lo mejor sería borrarlo de mi memoria. Eso nunca pasó.

—Lo importante es que estas a salvo —dijo Samaria —Tenemos que volver y avistar a Eowin y a Sylkar que regresen. Salieron del cráter a buscarte.

—¿Cráter?

—La aldea está en medio de una especie de cráter—se apresuró a explicar Breanna— que a su vez está en medio de una cordillera, además de la barrera natural de roca, está protegida por el antiguo encantamiento del espíritu de los lobos. Nadie la puede encontrar y absolutamente ningún enemigo la puede traspasar.

¿La aldea estaba encantada como el castillo de Hogwarts o quizá en otro plano como la habitación del tiempo, algo así como un reino oculto en otra dimensión? Maldición ¿Cómo iba a salir?

Tomé disimuladamente a Breanna de la mano, desando que pudiera leer mis pensamientos y dar mengua a mis preocupaciones. Debía haber una forma de salir furtivamente de aquí.

El sol de medio día calentó sobre nuestras cabezas. De pronto una neblina comenzó a extenderse como garras, el aire se volvió helado, cargado de lo que podría llamar energía mística. Sentí una descarga de euforia, excitación, anhelo y angustia, todo al mismo tiempo. Me faltaba el aire. A mi lado, Breanna comenzó a dar bocanadas desesperadas de aire, sus ojos se habían vuelto completamente de oro, sus garras se estaban extendiendo y sus colmillos crecian.

—¿Qué pasa? ¿Estas bien?

—Ha comenzado su transición —respondió Samaria —Trata de tranquilizarte, deja que el lobo tome el control, deja que el llamado te inunde.

—Duele —gimió— tengo miedo.

—Lo sé, pequeña Bree —Samaria estaba consternada —la primera vez puede ser aterrador, pero te prometo que cuando despiertes te sentirás completa.

Breanna lanzó un grito al cielo que se transformó en un aullido, se lanzó al bosque a mitad de su transición, perdiéndose en la bruma. Justo después una sombra borrosa se agitó entre las copas, se movía a gran velocidad, gruñendo y raspando sus garras. Había visto a Kurjak transformarse en lobo, en humano y en un hibrido de estos dos, pero lo que acababa de ver era algo más aterrador, feroz y bestial.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 09, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Niña y El Lobo Feroz [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora