23.
advertencias: ninguna
género: romance, drama.
Gracias al cielo que habían comenzado las vacaciones, era un problemita seguir asistiendo al colegio cuando lo único que hacíamos eran matemáticas estúpidas.Llegué con rapidez y alegría a mi casa, mamá que se mantenía ocupada en su trabajo, prácticamente no tenía a nadie que me molestara en el hogar. Subí las escaleras con pesadez y una vez arriba corrí a mi habitación donde apenas abrir la puerta tiré la mochila y me acosté en el colchón de la cama.
Cerré los ojos un momento mientras me acomodaba entre las sábanas, jamás me había acostumbrado a un horario tan temprano de colegio. Pero valía la pena, ahora que cursaba tercer grado de preparatoria, no veía el momento de ir por la universidad.
Cuando estaba apunto de dormir plácidamente, comenzó a sonar mi teléfono, aquel que estaba guardado en mi mochila. Me levanté rápidamente y lo saqué del bolsillo más pequeño dentro para contestar.
- ¿Sí?
- ¿Allison? - habló detrás del móvil mi hermano, Rashford. - ¿Ya saliste del colegio?
- Sí. - fruncí el ceño y reí antes de contestarle con confusión. - ¿Qué haces tú llamándome? Pensé que te habías ido de casa porque ya no nos tolerabas.
- ¿Qué? Yo no... - detuvo sus palabras, aproveché y me tiré de nuevo al sofá para esperar a que siguiera hablando. - Escucha, no quiero hablarte de eso ahora. ¿Sabes que día es hoy? - dijo, cambiando de tema, igual que siempre.
- Sí, el mejor día de mi vida, he salido de vacaciones. - respondí con alegría.
- ¿Vas a seguir de niña tonta? - respondió con voz molesta. Me reí un momento y hablé.
- Sé que es tu cumpleaños, pero como habías dejado en claro que no nos querías en tú vida profesional, simplemente me dejó de importar ser tu hermana.
- Estás diciendo que te importa una mierda todo lo que he logrado.
- Estoy diciendo que me importa mucho como lo que te importó a tí, dejarme sola y a mi mamá. - contesté con enojo. Había ocurrido un problema familiar que terminó con la poca relación que teníamos como "familia" - y si sólo me llamaste para recordarme el puto problema, ojalá estés contento, te voy a seguir odiando.
- ¿De verdad me odias? - preguntó con una voz normal. Cerré los ojos un momento y comencé a pensar en él, hace mucho que no lo buscaba en internet y veía fotos de él. Era una gran mentira que yo no admirara su esfuerzo en lo que ahora era su vida. - Sólo llamaba para invitarte a mi fiesta de cumpleaños, pero, sigo siendo una mierda cuando hablo contigo y mamá. - pausó. -, voy a mandarte la dirección de mi casa por mensaje, la verdad es que aunque no las veo, sigo viviendo cerca de ustedes. - sonreí un breve tiempo. - Espero que asistas, no importa si llevas regalo o no, también espero poder hablar contigo...
- Adiós.
Colgué de inmediato, apagué el teléfono y cerré los ojos con pesadez para luego pensar bien en lo que haría.
No iba a ponerme a llorar, sinceramente me emocionaba más ver a Marcus y conocer su casa. Aunque nunca me haya gustado eso de ser famosa por él, no presumía ser la hermana de un chico que abandonó su familia por que sí. Supongo que seguía cargando el mismo odio de siempre, tenía que olvidar aquello, estaba bien y mi madre seguía luchando en su trabajo.