21. Saber mentir. | Kylian Mbappé.

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No podía ser un día más perfecto, ¡Francia es el nuevo campeón del mundo! 🇫🇷

No podía creer la goleada que mi propia selección había hecho en todos sus partidos. No sabía que más hacer aparte de gritar y correr a celebrar con todos mis amigos.

— ¡Melissa, Step, vengan! — gritó cerca de nosotros la chica del francés. Asentimos y seguimos sus pasos.

Tomé con fuerza la mano de mi novio, Stephen. Me sonrió de vuelta y me abrazó por los hombros. Carlotta que era la chica de antes, nuestra amiga, nos invitó para vivir la mejor experiencia que pude haber tenido dentro de mucho tiempo, la final de Rusia 2018. Que para su novio, Kylian -mi mejor amigo- había sido un éxito.

— ¿Necesitas que te ayude? — susurró Stephen con dulzura. El chico de Ohio había insistido demasiado en mí, ambos nos conocimos en uno de sus partidos del NBA. Yo como reportera de los Golden State Warriors y él, una de sus estrellas.

— No, pero gracias amor.

Bajamos todas las escaleras de las gradas y nos acercamos hasta llegar con los guardias de seguridad en el campo. Carlotta le mostraba a uno en específico su credencial de identificación para que le dejaran pasar con su chico.

Había pasado demasiado tiempo desde que no lo había visto en persona, no había hablado con él. Mi trabajo cambiado de París a Estados Unidos me obligó a separarme de muchas personas importantes. Pero, a pesar de todo, seguíamos conservando una buena amistad.

Allons ici — habló la francesa, sus ojos y su sonrisa brillaban más que los reflectores del estadio. Me alegraba. — ¿Están listos?

Asentí por ambos, cruzamos al campo con la ayuda de los de seguridad y andamos por el césped que comenzaba a inundarse de agua a causa de la lluvia. Tomé con fuerza el ante brazo de mi novio y seguimos a Carlotta.

Comencé a pensar en lo gracioso de la situación, ¿que pasaría a Step al no conocer al francés de Kylian? Pero, eso no quitaba que el estadounidense no fuera seguidor del PSG.

Lo que parecía nada más una llovizna, se volvió más densa y un aire frío acompañado de ello, mi piel se erizó al no llevar ningún abrigo.

— ¿Estás bien? — preguntó Step en mi oído, se acercó a uno de sus guardaespaldas a unos metros de nosotros y le pidió una chamarra blanca que cargaba por él. Parecía su mamá, sus cuidados que le daba eran muy maternales. Le sonreí como agradecimiento y le obligé a que se acercara a mi rostro para darle un beso en la mejilla.

— ¡Kylian! — escuché el grito que había dado nuestra amiga llamando al jugador. Miré a nuestro frente, allí estaba Kylian cerca de Antoine y Pogba charlando lleno de pedacitos de papel y completamente mojado.

Caminé con mucha dificultad por los tacones en el verdoso pasto. Carlotta caminaba con sutileza y miedo delante de nosotros por la misma razón que yo, mientras que yo en cuanto vi al chico, me solté con brusquedad de Curry y corrí hasta él.

— Hey, ¿esa no es...? — oí a Pogba antes de gritar.

— ¡félicitations!

En el último paso que di, perdí el equilibrio y terminé encima de Kylian en el mojado césped. Cerré los ojos sintiendo el poco dolor de caer, el francés me había salvado de una dura caída. Fue demasiado tarde pensar en mi vestido cuando ya estaba hecho un desastre, mojado y sucio. Me quité de encima y volví a ver su rostro alegre y sorprendido.

— ¿Melissa?

Antoine me tendió su mano para ayudarme a levantar y con gusto la tomé, lo salude con un rápido abrazo para volver con Kylian.

— ¡MELISSA MCBALLE! — gritó en su perfecto francés, extendió sus brazos de nuevo para acercarme a abrazarlo. Me volví a lanzar a su cuerpo y me dio un par de vueltas en el aire, me sentía de alguna forma aliviada. — tu m'as beaucoup manqué — susurró a mi oído, no pare de sonreír al verlo.

— Yo también... — balbuceé, me bajó de sus brazos y tomo mis manos. — Lo has hecho muy bien, campeón.

— ¿Cuando no? ¡Ese es mi chico! — escuché las palabras de Carlotta a mis espaldas. Rápidamente solté sus manos que me tenían cerca y recordé a mi chico, observé como ella se acercó a plantar un buen beso enfrente de mí y me alejé un poco.

— Mel, estas hecha un desastre, ¡mírate! — me regaño Curry observando con horror el vestido amarillento y sucio. Hice un caso omiso a su comentario y volví mi mirada a mi alrededor. — ¿Dónde está mi chaqueta?

Fruncí el ceño tomando en cuenta su pregunta, ya no la traía encima de mis hombros.

— Ten aquí. — Kylian lo tenía en su mano que extendía con duda a mi chico.

— Oh, babe, él es el novio de Meli. — intervino Carlotta. Le sonreí a Curry que tendió su mano como saludo al francés. — Él es muy caballeroso amor, me ayudó a caminar sin que me estropeara.

Fruncí el ceño ante su comentario y miré disimuladamente a Stephen, me había dado un pequeño ataque de celos. Observe al francés asentir sin entender muy bien la situación y me volvió a dirigir una mirada.

— ¿Y desde cuando están juntos? — sonrío.

— Desde que dejó París. — alardeó Carlotta entrometiéndose en la conversación, gire mis ojos con repudio por su carácter. Mbappé le miró mal y volvió a dedicarme una última mirada con dolor, no entendía absolutamente nada.

— Pronto nos casaremos, ¿verdad, cielo? — dijo Curry entrelazando mi mano con la suya. Mi corazón se detuvo un momento, era algo que no quería que supiera ninguno de los dos.

— ¿De verdad? ¡Es lo mejor! — dijo Carlotta. — Me alegro mucho por ustedes.

— Sí, igual yo. — le seguío Kylian mirándome solo a mí. — Espero que sean muy felices.

El guardaespaldas que traía Curry le hablo un momento y comenzaron a charlar por teléfono, supuse que era algo de su carrera. Carlotta se separó un momento de Kylian que observaba distraído todo el estadio y se acercó a mi lado para susurrarme al oído algo que me dejo completamente destrozada.

Kylian siempre quizo estar contigo amiga, mi chico sabe mentir.

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