12.— ¿Se ve bien este color, Roma?
Volteé ha mis espaldas al escuchar a mi mejor amiga. Tendría un vestido azul pastel largo hasta debajo de las rodillas, y tenía una trenza de lado con su cabello de puntas moradas, nunca le hizo falta maquillaje en cara, se veía muy natural. Estaba embarazada, su panza me hacía gracia muchas veces.
— Te ves divina.
Me acerqué a ella para abrazarla sin lastimarle, estaba tan feliz porque al fin pudiera comenzar su vida con el que se volvió mi mejor amigo.
— Gracias, ¿ya regresó Manu?
— No, pero avancé con los globos mientras llegaba. ¿Qué tal quedaron? — coloqué gas a unos cuentos globos azules que adornaban en el techo.
— Me gustan. — río. Antes de que pudiera acercarme con ella para ver el trabajo que me había quedado sola, sonó el timbre. — Hey, debe ser él, ¿abres por favor?
Asentí, me acerqué a abrir la puerta encontrándome con Manuel batallando con unas bolsas de refrescos y botanas.
— Hey, ¿me ayudas?
Me reí al verle tan apresurado, parecía no poder despegarse de Gina el día de hoy. Tomé dos bolsas y lo dejé pasar para luego cerrar la puerta.
— ¿Quien lo terminó tan rápido? — escuché decir a Manuel apenas viendo las decoraciones.
— ¿Quién crees? Fue Roma. — les sonreí cuando me acerqué a ambos. Me gustaba tanto ayudar a los demás cuando lo necesitaban, por ello tenía que trabajar más en mi universidad, pero eso era otro caso.
El timbre sonó de nuevo y yo me ofrecí a volver para ver quién era.
— Eres un imbécil, ¿Bien? — apenas abrí escuché tremendas palabras. El chico se había quedado estático pensando mejor cuando me vió. — Oh, lo siento. Pensé que era Manuel, me dejó afuera con demás bolsas y...
— Mejor pasa. — tenia bolsas con sodas y más decoraciones, no iba ayudarlo ni de coña.
Sus ojos me habían llamado mucho la atención, no lo había visto jamás eso era lo más raro y con su forma de hablar el inglés, te dabas cuenta de que no era de Inglaterra.
Cómo sea, al pasar por la cocina me lo topé riendo con Manu, hací que decidí ir con Gina al patio verde trasero, inflando globos y preparando más juegos.
Las personas comenzaron a llegar de poco en poco, familiares de los prometidos, amigos, algún que otro vecino. Incluyendo al que era mi crush y mi mejor amigo, Alli y yo siempre hemos sido amigos desde que nos conocimos en la fiesta de cumpleaños de Manuel en Moscú, entonces nos volvimos más cercanos que todos pensaban que entre nosotros había algo, y sí por mi parte, pero entonces traté de alejar ese pensamiento.
Sentí un buen codazo en mi costilla, me giré a ver a Gina con molestia. Sabía que lo hacía por él, tenía rato que lo estaba viendo, estaba muy tonta.
— Ve a saludarle. — carcajeó, rodé los ojos.
— No, viene con su novia. ¿No la ves? — reí cuando la ví observándola sin disimular. Le dí un ligero zape.
— No la veo, ¿quién es?
— Esa tipa de vestido largo, verde, cabello rojo.
— Ugh, que horrible combinación. Voy a hechar a esa chica como me caiga mal también. — reí ante su comentario de asco por la chica. Dele era un chico con mucho dinero por su profesión y aveces eso le hacía creer que podía jugar con cualquier mujer modelo.