Miénteme pero Ámame- TERMINADA

Reencuentro (Extra)

- ¿Qué te parece este?

Pregunto Yuri, mostrándome un baby doll de encaje, seguía sin entender por qué de todas las tiendas de Park Avenue tendríamos qué entrar a Victoria's Secret Hearld Sq.

Yuri era mi asistente ejecutiva hasta el momento, si todo salía bien en la junta de la tarde, pronto se convertiría en la encargada del spa.

Aún recuerdo el día que entro a mi oficina hace tres años, en la entrevista ella perecía decir mentiras cada vez que hablaba, pero revisando su currículum era de las mejores, tenía referencias confirmadas, y estaba preparada.

Paso un año en que la apode mi pequeña pinocho, nadie creía su historia de amor surgida de un secuestro en México y rescatada por su ahora esposo, un agente del FBI, con cuerpo de dios griego, celoso, posesivo y pasional. Descripción de Yuri no la mía.

Después de detallarme su historia seguía pensando que era una mentirosa nata, hasta que llego el día de su cumpleaños, y apareció su misterioso esposo. Y era todo lo que ella describía y más.

-A Marcus le encanta la lencería-siguió hablando ella.

-Ya me doy cuenta, te vas a llevar media tienda a Miami.

-Deberías comprarte algo, que tal si esta noche conoces al hombre que te haga vibrar y que sólo con verle te den tres paros vaginales. Te hace falta tener un buen polvo.

Reí por sus locuras, pero tenia razón desde hace tiempo no tenía sexo. La última vez había sido hace medio año con un tipo que se preocupó más por él que por mí.

-Tienes razón debería comprar algo- dije finalmente, hoy sería mi noche.

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-Estoy muerta -dijo Yuri cayendo directa al sofá curvo de la sala.

Luego de las compras de lencería dimos un paseo por Central Park, seguimos caminando a un ritmo frenético en Time Squeare.

Terminamos en Rockefeller Center subiendo al observatorio Top of the rock, miramos la panorámica de la gran manzana.

Hasta que finalmente llegamos al Hotel Mandarín Oriental, mis futuros socios habían sido muy amables al darme hospedaje en su hotel.

-Deberías ir a tú suite, tomar una ducha y prepararte para la junta.

-Como ordene jefa- se levanto y se despidió con un saludo muy al estilo militar, luego se retiro de mi suite con sus bolsas de compras en mano.

Al igual que ella me fui directa a la ducha, tenía el tiempo suficiente para arreglarme y esperar el auto que vendría por nosotras y nos llevaría a las oficinas de empresas Hamilton.

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-Por nuestra sociedad- dijo Mathew Hamilton, levantando su copa de vino haciendo su brindis.

Después de nuestra junta en el edificio Hamilton, Mathew y su hija Megan decidieron traernos por una copa de celebración.

Había logrado firmar un contrato con ellos, pronto tendría un spa en cada uno de sus hoteles y resorts.

Pero no pensé que la copa sería hasta una vieja bodega de vino de Willamsburg en Brooklyn.

El dueño era un viejo amigo de mi ahora socio, el lugar es tranquilo ideal para tomar una copa o tener una cita romántica en la zona de restaurante.

-Dime Ángela, que te ha parecido la gran manzana- dijo Megan.

-Me encanta, mi sueño siempre fue vivir aquí.