Capítulo 15: Pensaba que estarías

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-¿A ti te han preguntado?- oí decir a una voz lejana.

-Sí pero no les he dicho nada, espero que tu tampoco.- contestó otra voz.

-No te preocupes.

Me dolía todo, intenté moverme pero el dolor me lo impidió. Abrí los ojos y pude vislumbrar dos siluetas que estaban de pie a mi lado.

-Se está despertando!!- gritó una de ellas.

-Voy a llamar al médico!.- dijo la otra a gritos también.

Algunas imágenes empezaron a abordar mi memoria. Recordaba haber sentido muchos golpes y mucho dolor antes de desmayarme. La última imagen que tenía de antes de perder la consciencia era la de Miriam. Mi leona me había salvado de morir a causa de la paliza que me dieron y ahora mismo, a pesar de tener el cuerpo inmovilizado por el dolor, sentía la necesidad de agradecerselo.

-¿Miriam?- pude decir mientras hacía un gran esfuerzo por abrir los ojos lo suficiente para buscar su silueta en la habitación.

-¿Ana?- me contestó una dulce voz que no me costó mucho adivinar que no se trataba de la de Miriam.

-¿Dónde está Miriam?- pregunté con un hilo de voz.

-Eh... ahora no está aquí pero estamos Amaia y yo, enseguida vendrá el médico para hacerte un chequeo ¿vale? Ahora descansa un poco.

Me entristeció que Miriam no estuviese ahí, pensaba que después de lo sucedido querría saber que estaba bien.

-¿Cuanto tiempo he estado inconsciente?- pregunté curiosa.

-Un par de horas solamente, pero no te preocupes por eso, duerme un rato más.

Antes de dormirme, Aitana se me acercó a la oreja y me susurró:

-Ana si te preguntan qué ha pasado no cuentes nada, hazlo por tu bien, no te conviene meterte en más líos.

Después de oír sus palabras asentí débilmente y me dormí.

Desperté aún un poco dolorida pero mejor que antes. Abrí los ojos para darme cuenta de que estaba sola en la habitación, me senté en la camilla y intenté levantarme. Me costó mantener el equilibrio pero al menos me aguantaba en pie. Me miré los brazos y las piernas y los ví vendados y con pequeñas manchas de sangre que asomaban a través de los vendajes. Ayudándome de la pared me acerqué a un espejo que había y pude ver las consecuencias que habían tenido todos esos golpes. Tenía el ojo derecho morado y el labio partido, me levanté la bata y pude ver mi torso lleno de moratones. Las lágrimas empezaron a resbalar por mis mejillas sin poder controlarlas y me sumí en un profundo llanto que me hizo darme cuenta de que alomejor tenía alguna costilla rota.

Alguien entró y rápidamente me sequé las lágrimas de la cara y me intenté recomponer.

-¿Ana?- preguntó la persona que acababa de entrar.

Me dí la vuelta y ví a Noemí parada enfrente mío. Le aparté la mirada y me dirigí a la camilla para volver a tumbarme.

-¿Que ha pasado Ana?¿Quien te ha hecho esto?

Contuve las lágrimas como pude y recordé las palabras de Aitana."Ana si te preguntan qué ha pasado no cuentes nada, hazlo por tu bien, no te conviene meterte en más líos."

-No ha sido nadie.- contesté sin mirarla a los ojos

-Cómo no va a haber sido nadie, cuéntamelo y te podré ayudar.

-Noemí dejalo, no te voy a contar nada y sabes perfectamente qué pasaría si lo hiciera.

Galera bajó la mirada, ella también sabía que si contaba algo me iba a meter en un buen lío así que no me volvió a insistir.

-Ahora vendrá el médico y te dará el alta, hoy no hace falta que vayas a trabajar, descansa en tu celda y mañana ya te reincorporas.- dijo para después irse dejando la puerta cerrada.

En media hora ya estaba de camino a la celda. Cuando entré, me encontré a Aitana y Amaia sentadas en la cama de la segunda. En cuanto atravesé la puerta se levantaron de un salto y vinieron a recibirme.

-¿Cómo estás Ana?- preguntó la del flequillo.

-¿Estás mejor?- dijo la otra.

-Estoy mejor chicas no os preocupeis.- contesté yo en tono tranquilizador.- por cierto, ¿dónde está Miriam?

Se miraron durante un segundo y Aitana habló:

-Hace rato que no la vemos, supongo que luego vendrá.

No se la veía muy convencida pero preferí no insistir y intentar no pensar en ella.

-Una pregunta chicas, ¿Como supieron que estaba en el baño?

-Bua pues porque Aitana y yo llevábamos un rato esperando y como no aparecias a Aitana se le ocurrió que podrías estar en el baño.

-Como la otra vez- Añadió la del flequillo.

-¿Y porque vino Miriam?

-Estábamos hablando sobre eso cuando ella entró y quiso acompañarnos.- contestó Amaia encogiéndose de hombros.

-Ah...- suspiré yo un poco decepcionada con su respuesta.

La conversación no se alargó mucho más porque la sirena que indicaba la hora de comer sonó y abandonamos la celda para dirigirnos al comedor.

Cuando estábamos de camino vimos a muchas presas asomadas a una celda, la curiosidad nos pudo y nos acercamos también.

Mientras andábamos entre la gente caí en que esa celda era la de Mimi. Aitana soltó un grito que retumbó por todo el pasillo al ver lo que se encontraba en en su interior.

Me llevé las manos a la boca y el corazón me dió un vuelco al ver esa imagen.

No me lo podía creer...





Sorpresaaa

Al final he podido actualizar pero ahora si que voy a deconectar unos días.

Un besoo

VOLVER A SER INVISIBLE~wariam~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora