Capítulo 10: Una aventura

1K 64 7
                                    

Después de aquel susurro, fue ella quien se acercó a mi y hizo que nos fundiremos en en un beso. Sus labios eran suaves y carnosos y me besaban apasionadamente con un poco de rabia. Puse mi mano derecha en su cuello mientras la izquierda se enredaba entre sus rubios rizos. Ella me agarró de la cintura y me acercó a su cuerpo.

Estaba muy excitada y no quería que esa escena acabara pero no podía evitar pensar que en ese momento Miriam tendría que estar con Mimi y yo se lo había impedido. Obviamente prefería que estuviese conmigo pero y si la otra rubia venía a buscarla y nos veía así, no quería ni imaginarme las consecuencias.

Miriam paró el beso y con la respiración aún agitada me dijo:

-¿Qué pasa Ana?- Se había dado cuenta de que no estaba cómoda del todo y desde luego no era por ella, porque lo estaba disfrutando muchisimo, pero era evidente que algo me pasaba.

-Nada nada- dije intentando reanudar el beso pero no me dejó.

Me echó una de esas miradas que dicen "dime la verdad porque se que me estas mintiendo". No quería admitirle que no solo no podía parar de pensar en que si no fuese por mi ahora se estaria follando a Mimi sino que el simple hecho de que ya hubiese pasado otras veces me molestaba.

Parecía que nos conocíamos de toda la vida porque me leyó la mirada a la perfección.

-Es por Mimi ¿verdad?

-Sí-contesté suspirando

-Por ella no te preocupes, no habíamos quedado ni nada, de hecho, solo iba a dar una vuelta, y lo que tenemos es solo un entretenimiento, aquí nos sentimos muy solas y no va mal desfogarse de vez en cuando.

-Entonces si ella es un entretenimiento, ¿yo que soy?

-Tú eres una aventura. Cuando nos conocimos las dos sentimos esa atracción, y no puedes negarlo, no me gusta la gente nueva por lo general pero tu eras diferente así que preferí apartarte sin más y bueno ahora simplemente me quiero dejar llevar.

No sabía cómo tomarme lo de que soy una aventura para ella, no me había sentado mal pero en el fondo no era lo que me esperaba. Decidí no darle más importancia de la que tenía y me lancé de nuevo a sus labios.

El beso se volvió más apasionado a medida que nuestros cuerpos se acercaban, su lengua se hizo camino dentro de mi boca y decidimos seguir recorriéndonos a besos en su cama. Miriam hundió su cara en mi cuello y empezó a dejar pequeños mordiscos que provocaron en mí un gemido que no pude contener. Soltó una pequeña risa y empezó a quitarme la camiseta.

La verdad es que estaba un poco nerviosa, no era ningún secreto que me gustaban las mujeres pero nunca había tenido sexo con ninguna. Me tranquilizaba saber que la leona tenía experiencia pero a la vez me preocupaba no estar a su altura.

Yo también le quité la camiseta y agradecí que no llevase sujetador. Sus pechos eran preciosos y no pude evitar acercarme a besarlos y morderlos. Ella también soltó un gemido mientras clavaba sus uñas en mi culo, lo que hizo que me encendiera más todavía.

-Shhh- le susurre al oído- no te olvides de que Aitana está durmiendo encima y Amaia ahí al lado, tendrás que contener tus rugidos.-me miró con deseo y rabia de tener que callar sus gemidos, pero eso no frenó sus besos.

Nos acabamos de deshacer de la ropa que llevábamos hasta quedar desnudas. Nuestros cuerpos estaban pegados, su piel era suave y tersa, irradiaba calor y no podía dejar de recorrer cada centímetro de su piel con mis manos y mis besos.

Su lengua jugaba dentro de mi boca mientras su cadera se movía contra la mía. Mis uñas arañaban su espalda y podía sentir como eso la excitaba cada vez más.

De mis labios pasó a mi cuello y desde ahí fue dejando un recorrido de besos. Cuando llegó a mis piernas, las abrió de manera brusca y empezó a morderme sensualmente los muslos, acercándose cada vez más a mi centro.

-Miriam- suspiré rogándole que siguiese.

Después de mi súplica, pude notar su aliento en mi entrepierna, era caliente y acelerado. Noté una suave caricia de su lengua en mi clitoris que hizo que me derritiera. Fue aumentando su velocidad y variando sus maniobras con la boca, no tardó en introducir un dedo en mi entrada, lo que provocó en mí un gemido que tuve que ahogar mordiéndome el labio inferior.

Añadió otro dedo y aumentó la intensidad hasta que exploté en un orgasmo. Subió hasta mis labios y pude saborearme a mi misma mientras recuperaba el aliento.

Estaba totalmente agotada y no tenía intención de dejar a la leona sin su parte pero ella se dio cuenta de que el cansancio se estaba apoderando de mí y me dijo:

-Vístete y vete a tu cama, no querrás quedarte dormida aquí y que cuando estas se despierten se encuentren con este panorama.

-No te importa que no haya...- dije yo por si acaso.

-No te preocupes y vete a tu cama anda.

Le hice caso y me levanté, me vestí otra vez y subí a mi cama.

Me dormí en pocos minutos con, sin duda, la mejor sensación que había tenido en mucho tiempo.

VOLVER A SER INVISIBLE~wariam~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora