Capítulo 14: Pobre ingenua

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La luz del amanecer me despertó antes de que sonase la alarma y el dolor que sentí antes de dormirme me volvió a invadir. No pude evitar mirar hacia la litera de al lado donde estaba la leona durmiendo y pensar en lo preciosa que estaba.

Esperé en mi cama hasta la hora de levantarme. Fijé mi mirada en el techo y empecé a darle vueltas a todo lo que había pasado desde que ingresé en Cabo Blanco. Había entrado en esa cárcel hacía poco más de dos días y ya había experimentado de las mejores y peores sensaciones de mi vida, había empezado a sentir algo por la leona y había hecho dos grandes amigas. Mi estancia aquí empezaba muy movida y los meses que me quedaban por delante parecía que iban a seguir por esa línea. 14 meses en prisión no era mucho tiempo pero estaba segura de que se me iban a hacer muy largos. Aitana iba a salir un poco antes que yo, a Amaia aún le quedaban bastantes años ahí dentro y la verdad es que no tenía ni idea de cuánto tiempo llevaba Miriam ni de cuanto le quedaba. Mis pensamientos fueron interrumpido por la sirena que daba inicio a un nuevo día.

Me levanté y me vestí rápido evitando así tener que estar más del tiempo necesario cerca de la leona. Fuí directa al comedor y empecé a desayunar sola en la mesa de siempre. Las demás fueron llegando progresivamente. Primero aparecieron Mireya, Nerea y Mimi, las quales estaban manteniendo una conversación y, a excepción de la más pequeña, no me saludaron. A continuación llegó Miriam, le dirigí una mirada que esquivó y se sentó al lado de Mimi ignorándome por completo, seguía doliendo. Por último llegaron Aitana y Amaia que se pusieron conmigo.

A pesar de haber llegado la primera, fuí la última en terminar, tenía el estómago cerrado, supongo que debido a que mi cabeza seguía pensando en Miriam, en Mimi y en todo lo que se me venía encima. Noemí pasó un par de veces por nuestro lado y me llamó la atención para que me acabase la comida del plato y hasta que no lo hice no me pude ir. Aitana y Amaia insistieron en quedarse pero al final les convencí de que era innecesario y que en cuanto terminase me reuniría con ellas.

Al final tardé cerca de tres cuartos de hora en desayunar y una vez dejé la bandeja en su sitio me dispuse a volver a mi celda donde mis compañeras me esperaban.

Mientras andaba mantuve la mirada baja intentado pasar desapercibido mientras seguía con lo mismo en la cabeza.

-Ana!- dijo una voz que provenía del interior de una de las celdas sacándome de mis pensamientos.

Frené en seco y miré a mi alrededor para buscar de donde me llamaban.

Por mi derecha se me acercaron Mimi, Mireya y Naima. Solo de verlas supe que no iba a salir nada bueno de ese encuentro. Preferí no decir nada pero no hizo falta porque fue Mimi quien tomó la palabra.

-Creía que te había dejado claro que no quería que te acercaras a MI leona pero veo que no me entendiste bien- me dijo acercándose a mí lentamente con una actitud amenazante.- como veo que no quieres hacerme caso será mejor que tengamos una charla en privado para que te quede claro.

-Mejor en otro momento- dije esquivando su mirada.- Aitana y Amaia me están esperando en la celda.

-Pues que esperen- me contestó mientras la otra rubia y Naima me cogian de los brazos.

Me intenté resistir pero no podía con ellas ni mucho menos así que desistí y dejé que me arrastraran hasta el baño.

Cuando entramos había otras tres chicas que me sonaban de haberlas visto en el comedor o por los pasillos pero no las conocía.

Me tiraron al suelo como si fuese un desecho y me acorralaron entre las seis.

-¿Estás preparada para tener nuestra pequeña charla?- dijo Mimi sonriendo con maldad.

El miedo se apoderó de mí y me quedé bloqueada. Sentía la mirada de rabia de todas las chicas y lo único que podía hacer en ese momento era ser valiente para soportar lo que estaba a punto de suceder.

-Estoy harta de que me tomes por gilipollas, ¿realmente creías que te podrías volver a follar a Miriam sin que yo me enterase?- dijo riendo- pobre ingenua... para Miriam eres solo un capricho, ella no te quiere ni te querrá, así que es mejor que la dejes en paz porque estas haciendo el ridículo.

Esas palabras me estaban doliendo como puñales y era porque sabía que en realidad tenía razón, a Miriam yo no le interesaba, ya me lo dijo ella, era una simple aventura y parecía que se iba a acabar no habiendo casi ni empezado.

Aquí la única que se va a follar a MI leona soy yo- siguió la rubia- ¿queda claro?

Asentí tímidamente con la mirada aún en el suelo y Mimi se agachó y se puso a mi altura, muy cerca de mi cara, y me volvió a preguntar:

-He dicho que si queda claro.

-Queda claro.- contesté resignada.

-No te veo muy convencida eh Anita, alomejor tendremos que aplicar otro método para que te entre en la cabeza que Miriam es mía.- dijo levantándose y sonriendo con maldad a sus compañeras.

A partir de ahí todo se volvió confuso, primero fue una patada en el estomago que me hizo gritar de dolor, después vinieron varios golpes a mi espalda seguidos de puñetazos en la cara y torso. Perdí la cuenta de las veces que me golpearon y llegó un momento que dejé de sentir dolor, solo oía las alteradas respiraciones de las presas que con rabia me pegaban una paliza.

Estaba a punto de perder la conciencia cuando los golpes cesaron y oí una voz que rogaba que pararan. Hice un enorme esfuerzo para abrir los ojos y ví a Miriam hablando a gritos con Mimi seguida por Amaia y Aitana.

Entre todos los gritos, una de las frases que pronunció Mimi se me quedó grabada:

-A ver si ahora sigues teniendo ganas de follarte a esta zorra.

No quería ni imaginarme como me habrían dejado, me dolía todo el cuerpo y a la vez no sentía nada, una sensación que no duró mucho porque perdí la conciencia a los pocos minutos. Justo antes de desmayarme pude notar como Miriam me cogió en brazos y me susurró:

-Esto no va a quedar así, te lo prometo.











Holaa

Me voy a ir una semana a mi pueblo así que no creo que pueda actualizar(aunque lo intentare).

Espero que no me odieis mucho por este capítulo.

Un beso y hasta el proximo

VOLVER A SER INVISIBLE~wariam~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora